Miguel Bosé ganó el juicio por la filiación de los cuatro hijos nacidos durante su relación con el escultor valenciano Nacho Palau, quien fue su pareja por más de dos décadas. Un juzgado desestimó así la petición de Palau de que los cuatro niños sean considerados hermanos legalmente.
Diego y Tadeo, hijos biológicos de Bosé, e Ivo y Telmo, de Palau, son dos pares de morochos fruto de gestación subrogada: dos con los genes y apellidos de un padre y dos con los del otro, pero criados como hermanos hasta la separación.
Según informó el propio Palau a través de una publicación en Instagram, «la sentencia ha resuelto desestimar las pretensiones principales de filiación y estimar la pretensión subsidiaria de establecimiento de un régimen de visitas de los hijos de D. Ignacio Palau y D. Miguel Bosé entre sí y para con sus padres respectivos».
«En cuanto a las acciones principales de filiación, la sentencia, pese a considerar que concurre la posesión de estado y que ha quedado probado el propósito compartido de D. Ignacio y D. Miguel de tener hijos para fundar una única familia en la que los hijos serían hermanos y ambos serían padre, entiende que nuestro actual sistema jurídico no permite efectuar formalmente la declaración de filiación solicitada», continúa.
«D. Ignacio Palau sigue confiando en que se haga justicia a todos sus hijos y para ello se dispone a presentar recurso de apelación frente a dicha sentencia», finaliza el comunicado.
En una entrevista en la revista Hola se detalla que Palau fue quien interpuso la demanda por la filiación de sus hijos, Ivo y Telmo, al considerar que ellos y los hijos de Bosé, Tadeo y Diego, son hermanos aunque no compartan los mismos genes ni tengan los mismos apellidos, pues crecieron como iguales en la misma casa y existe una «filiación afectiva e intencional»..
Los niños tienen en la actualidad 9 años. Los hijos biológicos de Bosé residen con él en México, mientras que los del escultor permanecen a su lado en Chelva (Valencia)