Las acciones que se ejercen sobre otros, por pequeñas que sean, tienen consecuencias. Hannah Baker (Katherine Langford) era una adolescente sensible, recién llegada a la ciudad, que estudiaba en una nueva escuela. Su vida no terminó bien.
En la primera temporada de 13 Reasons Why se escudriña en los recuerdos que Hannah dejó grabados en varios cassettes, cada uno de ellos dedicado a las personas que la hirieron, que la hicieron a un lado o simplemente que no tuvieron el valor de decirle cuánto la querían en sus momentos de profunda tristeza.
La serie intenta analizar los problemas de la juventud actual, que para algunos pueden no significar gran cosa, pero para otros hacen la diferencia: el acoso escolar, los padres ausentes o insensibles, las violaciones, el alcoholismo y las drogas. Son factores que suelen causar depresión en personas que no siempre cuentan con las herramientas que se necesitan para lidiar con ellos.
“Hacer de Hannah me ha hecho también más valiente: ahora, si veo una situación que no me parece bien, me siento más empoderada para decir algo al respecto”, aseguró Langford en una entrevista con la agencia Efe.
También Dylan Minnette, quien interpreta a Clay Hansen, afirma que es un compromiso estar al frente de un proyecto tan delicado: “Es importante tener una presencia positiva en las redes sociales, tenemos muchos seguidores y eso comporta una responsabilidad; yo trato de mostrar cosas positivas”.
Hoy la serie regresa a la plataforma de streaming Netflix con su segunda temporada. Esta edición estará centrada en el desarrollo del juicio que interpone la familia Baker contra la escuela y comienza cinco meses después del suicidio de la adolescente.
En el trailer oficial, los jóvenes se ven en una situación difícil, los problemas aumentan a medida que se conocen nuevas razones del suicidio de la muchacha. Además, Clay Jensen empieza a recibir pequeñas fotografías con mensajes en la cara posterior; en uno de ellos dice: “Hannah no fue la única”.
Al final de la primera temporada otro adolescente de Liberty High aparece en su cuarto con un pequeño arsenal escondido. En la nueva entrega se aborda el problema de los tiroteos en las escuelas de Estados Unidos.
Las opiniones de la crítica estadounidense resultan diversas. Kristen Baldwin expresa en Entertainment Weekly: “Los escritores captan la angustia del ‘centro de mi propio universo’ en la mente adolescente y los misterios de esta temporada ofrecen giros que nos dejan boquiabiertos. 13 Reasons Why culmina su segunda entrega como un show que no disfrutas tanto, sino que lo soportas; lo terminas por apreciar luego, de forma muy similar a la misma adolescencia”.
Kelly Lawler, de USA Today, afirma: “Fue complicado pasar por los 13 episodios de la primera temporada, pero los nuevos son más difíciles. El ritmo se arrastra, el diálogo es antinatural y cursi, la trama es aburrida y absurda, y la mayoría de los personajes sigue siendo aborrecible. Verla es toda una faena y no hay ningún beneficio al final”. Son algunos de los juicios que el diario El Comercio de Perú recopiló en su web.