El cineasta Martin Scorsese se refirió en The New York Times a sus recientes críticas al universo cinematográfico de Marvel. Afirmó que ese tipo de películas destinadas al «entretenimiento» están perjudicando al cine, entendido como un «arte».
«La situación, lamentablemente, es que ahora tenemos dos campos separados: hay entretenimiento audiovisual mundial y hay cine. Todavía, de vez en cuando, esos dos campos se superponen. Pero eso se está volviendo cada vez más raro. Me temo que el dominio financiero de uno se esté usando para marginar e, incluso, menospreciar la existencia del otro», argumentó.
En una columna publicada en el medio estadounidense, Scorsese defendió los comentarios que hizo a principios de octubre en una entrevista con la revista Empire.
«Me hicieron una pregunta sobre las películas de Marvel. Yo respondí. Dije que intenté ver algunas de ellas y que no son para mí, que a mi parecer están más cerca de los parques temáticos que de las películas, tal y como las he conocido y amado durante toda mi vida. Y que al final, no creo que sean cine», reiteró.
Primeros enfrentamientos
Las declaraciones de Scorsese a la revista Empire desataron un enfrentamiento entre grandes directores de Hollywood como Francis Ford Coppola, Joss Whedon y James Gunn. Ellos expresaron sus diferencias por el valor artístico y el significado de las películas de superhéroes, que viven una época dorada.
Esta vez, Scorsese explicó que si las producciones de superhéroes no le interesan es por cuestión de «gusto personal» y porque, por razones generacionales, entiende el cine de otra manera.
«Para mí, para los cineastas a los que llegué a amar y respetar, para mis amigos que comenzaron a hacer películas casi al mismo tiempo que yo, el cine trataba de revelación: revelación estética, emocional y espiritual. Se trataba de personajes: la complejidad de las personas y su naturaleza contradictoria y a veces paradójica, la forma en que pueden lastimarse unos a otros y amarse y de repente encontrarse cara a cara con ellos mismos», escribió Scorsese.
Reconoció que el mundo del cine ha cambiado mucho en los últimos 20 años. Puso de ejemplo franquicias, como Marvel, en las que la naturaleza de las películas obedece a «una investigación del mercado, pruebas con la audiencia, (películas) examinadas, modificadas, revisadas y remodificadas hasta que estén listas para el consumo».
El cineasta, cuya última película The Irishman la realizó con Netflix, reconoció al final de la columna que sus propias palabras sobre el estado actual del cine le llenaban de una «terrible tristeza».
«Para cualquiera que sueñe con hacer películas o que recién esté empezando, la situación en este momento es brutal e inhóspita para el arte», concluyó.