El amor y la pasión que siente Mariana Flores por libros son recientes. Surgió hace tres años, cuando decidió crear un club de lectura con un grupo de amigas. En ese entonces, leyó El amante japonés, de Isabel Allende. Aquella lectura la cautivó tanto que, desde esa primera reunión, no ha dejado de leer.
Aunque este pequeño club de lectura de ocho amigas es privado, le gustaría que más personas pudieran disfrutar del hábito de leer un buen libro, ejemplar en mano. Por eso, Flores decidió crear MFM Lectura con la intención de que muchos otros, al igual que ella, se interesen por los libros.
«El club de lectura lo llevó de forma personal, es un grupo pequeño de 8 amigas. Llevamos tres propuestas, elegimos una para leer y luego discutir y analizar. Incluso, a veces nos vestimos igual que los personajes, hacemos una comida que haya salido en el libro o decoramos de forma especial», cuenta Flores, quien además de ser la fundadora de de MFM Lectura se desempeña como contador público, tiene un diplomado en literatura en el mundo y en psicología positiva, y un magíster en mercadeo y negocios.
En sus inicios el proyecto era pequeño. Inició en pandemia, poco después inaugurar el club de lectura, con una cuenta de Instagram. Allí Mariana Flores publicaba algunos libros que había recolectado gracias a donativos de personas cercanas. Con el tiempo, los donativos aumentaron y la colección de libros comenzó a crecer tanto que ya no podía tenerlos en su casa. Por eso, gracias a conocidos, las oficinas de Fospuca, en El Rosal, le brindaron un espacio para almacenar los libros, que suman 10.000 hasta ahora.
«Así los fui almacenando y los empecé a publicar en Instagram, para que las personas tuvieran la oportunidad de ver los libros que tenía, solicitarlos y también donar e intercambiar libros», dice.
El objetivo de MFM Lectura es incentivar la lectura, sobre todo con el ejemplar en la mano. «La lectura enriquece el vocabulario, aumenta los temas de conversación, permite trasladarse a épocas y lugares que jamás has imaginado y también es un método de distracción», afirma. Por eso también participan en ferias de libros.
Al principio, realizaban ferias internas en los espacios de las oficinas de Fospuca y con el tiempo comenzaron a recibir invitaciones de ferias de emprendedores en otros puntos de Caracas. «Nuestra intención es tratar de cubrir la mayor cantidad de zonas de la ciudad, donde podamos recibir libros y que también las personas puedan adoptar otros», dice Flores, quien asegura que para adoptar un libro no es necesario llevar otro si no se dispone de uno en el momento.
Hasta el momento, en MFM Lectura sólo están involucradas tres personas: Mariana Flores, que se encarga de dirigir la cuenta de Instagram, y otras dos más que están a cargo de la logística para organizar las ferias y buscar los libros donados. Además, también reciben donaciones de libros en las oficinas de Fospuca, en El Rosal, todos los días de 8:00 am a 6:00 pm.
«Las personas que deseen donar pueden dejar los libros en la vigilancia. También los buscamos en algunas zonas de Caracas, contamos con un transporte especial. Tenemos estanterías para buscarlos, trasladarlos y almacenarlos en las mejores condiciones para que no se dañen», asegura.
Además de dedicarse al intercambio y donación de libros, MFM Lectura también organiza actividades especiales en las ferias dirigidas a niños y han ofrecido apoyo logístico para desocupar bibliotecas de personas que ha decidió dejar el país. En sus planes a futuro está crear un banco de libros. «Queremos que las personas tengan un espacio para leer un libro, disfrutar de un café, llevar el libro de su preferencia y también dejar otros que ya se han leído».
Flores considera que, actualmente, el hábito de la lectura se está fomentando un poco más que antes en los niños, sobre todo en los colegios. «Me pareció que este año el Día del Libro fue mucho más celebrado que en otros. Además, en los colegios se están realizando más ferias de lectura; de hecho, voy a participar en unas charlas educativas para incentivar la lectura y donar libros», cuenta.
Considera que es importante incentivar el hábito de la lectura en este momento de tanta exposición a las redes sociales, donde el contenido se consume y pierde muy rápido. «Le damos la oportunidad a las personas de que puedan conseguir los libros que deseen en físico, que cada 15 días puedan asistir a una feria y se consigan con una estantería llena de ejemplares, una oferta que los invita a leer libros que, además, están en perfectas condiciones, un espacio de esparcimiento gratuito. Ese es mi apoyo y mi motivación para que la gente se anime a leer en formato impreso», asegura.
«MFM Lectura es mi fundación, es mi mayor reto. Me gustaría poder llevar a otros la pasión que siento yo por los libros», finaliza.