Manuel Rangel anda con un libro bajo el brazo. Pero no es cualquier libro, sino uno de su autoría. Se trata de un método en el que trabajaba desde hace varios años: la representación visual de la interpretación de las maracas venezolanas.
En marzo, Rangel dio un paso importante para esta meta, cuando presentó en Caracas Pataruco: Concierto para maracas y orquesta, una obra del venezolano Ricardo Lorenz que se estrenó en Chicago en 1999. Esa actuación con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, dirigida por Christian Vásquez, fue un impulso para su proyecto.
El libro 5 movimientos son la clave fue presentado en agosto en Francia, durante un taller de música tradicional venezolana organizado por Cristóbal Soto en Mirecourt, donde Rangel es docente desde hace tres años. A esas clases concurren alumnos de varios países y en esta oportunidad fueron músicos de naciones donde la maraca es tan poco conocida como Gran Bretaña o Japón.
En Venezuela, de su propio bolsillo, imprimió 25 ejemplares que se vendieron allá inmediatamente, por lo que el maraquero sonríe cuando se imagina que en este momento, en tierras niponas, alguien estudia su método.
“Estos cinco movimientos no los inventé yo. Existen desde hace tiempo en la tradición del instrumento. Planteo estudiarlos de manera independiente y luego de forma combinada, lo que resulta en 25 combinaciones básicas. Así entiendes mejor los ritmos tradicionales venezolanos. Por ejemplo, a mí me costó mucho deducir técnicamente el joropo oriental, pero al verlo por movimiento y combinación se comprende mucho mejor la polirritmia”, detalla Rangel.
La otra propuesta es la gramática musical. “Nunca antes la maraca tuvo una gramática, como sí ocurre con otros instrumentos de percusión, que suelen escribirse en un monograma, una línea recta. Cada uno de ellos posee su nomenclatura específica de acuerdo con su técnica. La maraca se puede escribir en un monograma, pero no tiene los detalles para su ejecución”.
Por eso, Rangel decidió resolver este asunto a través de un bigrama. “Dos líneas horizontales en paralelo donde la superior representa la mano derecha y la inferior la izquierda. Logramos así la polirritmia de ambas manos independientes. Luego, para saber cuando un golpe es arriba o abajo, las plica de la nota se escribe hacia arriba o hacia abajo de acuerdo con su dirección”.
Ese es el punto de partida para que el instrumento alcance el estatus académico, en el que ya existe una obra para maracas y orquesta. De hecho, una de sus metas es componer otra. “No he comenzado, pero tengo el proyecto de hacerlo con la gramática musical del libro. Quiero contar musical y académicamente la historia del instrumento; cómo ha crecido, desde lo tradicional hasta lo contemporáneo. La maraca ha evolucionado mucho gracias a tantos cultores como Juan Ernesto Laya, Coromoto Martínez o Pedro Aquilino Díaz ‘Mandarina’. Quiero ver el progreso técnico en otros músicos del exterior que quieren aprenderlo, pero que no tienen las herramientas. Acá se hace de forma empírica, pero un europeo o estadounidense no tiene el contacto con la esencia de la música tradicional venezolana. Por eso, necesita la metodología para entender. La maraca es un instrumento con muchas preguntas y pocas repuestas”.
Para 2018 Rangel prevé realizar una gira para presentar el libro en universidades de Estados Unidos y Europa. 5 movimientos son la clave tiene un prologo de Ricardo Lorenz, quien es profesor de composición de la Michigan State University.
Aparte del libro en físico, la propuesta tiene más de 120 videos instructivos que explican lo que está en el texto. En su página web (www.manuelmaracas.com) están. El que adquiera el libro en físico tiene acceso a esto.
—¿Quiere que se deje de ver la maraca como un instrumento exótico?
—Para nada. Más bien ese es el plus. Pero deseo que también se entienda como un instrumento que necesita la misma cantidad de tiempo de estudio como el piano, que requiere años de aprendizaje.
—¿Han visto el libro los maestros de la maraca en Venezuela?
—Todavía no. Lo imprimí y la llevé inmediatamente al taller. No he tenido la oportunidad. Pero los maestros con los que he compartido la experiencia, están fascinados con lo que se ha hecho.
—¿Podemos hablar entonces de un antes y un después?
—Digamos que estoy consciente de que esto marcará una pauta histórica como documento. Permitirá consultar a nivel mundial un instrumento venezolano. Nunca antes había existido un registro de su lenguaje. Existen los históricos, pero no sobre la técnica.
Periplo por Europa y EE UU
El maraquero Manuel Rangel espera viajar en noviembre a Suiza, donde reside el contrabajista venezolano Roberto Koch. Allá ofrecerán una serie de conciertos como parte de un proyecto que incluye además trombón, saxo soprano y batería. Interpretarán música original de Koch. También prevé llevar a cabo algunos talleres, así como una presentación a medios de Miami y Nueva York de 5 movimientos son la clave.
“Hasta la fecha no tengo nada previsto en Venezuela. No creo que este año ocurra. Me encantaría hacer el lanzamiento del libro acá, exponerlo y retomar proyectos con los que suelo trabajar, pero hasta ahora no hay nada concreto”, asevera el músico, quien en el país solía tocar con artistas que ahora forman parte de la diáspora.
Antes de regresar a Venezuela, hace una semana, también estuvo de gira por Barcelona y Londres con el proyecto Joropo Jam, integrado por Leo Rondón (cuatro), Fernando Álvarez (bandola y oboe) y Edwin Arellano (bajo), además de Rangel en las maracas.