Gustavo Dudamel, el barquisimetano de 37 años de edad, director de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y de la Filarmónica de Los Ángeles, no pudo estar presente en las exequias de su mentor, pero en una sentida carta que publicó el diario El País de España no dejó pasar la oportunidad para manifestar sus emociones y una vez más demostrar el compromiso que mantiene con la gran obra de su maestro.
“Mi corazón está abrumado. Me viene a la cabeza un haiku de Jorge Luis Borges que corona la Academia de Santa Cecilia, en Roma: “Callan las cuerdas, la música sabía lo que yo siento”, comienza el texto.
Continúa Gustavo Dudamel: “El Maestro José Antonio Abreu, como nadie en nuestros tiempos, nos enseñó que el arte es un derecho universal y que la inspiración y la belleza transforman irreversiblemente el alma de un niño, convirtiéndolo en un ser humano más pleno, más sano, más completo, más feliz y, por ende, en un mejor ciudadano.
“José Antonio Abreu fue para mí una inspiración, un artista, un amigo, un padre, un maestro. Me regaló los arcanos de la música con la misma vehemencia con que me enseñó que el derecho a la belleza es inalienable; me aproximó a los clásicos universales con la misma pasión con que me acercó a mis raíces. Lo que soy se lo debo a su generosidad, a su humanidad y a su visión”, destacó. “Siento un inmenso privilegio que me haya tocado compartir la vida al lado de alguien de su dimensión”.
Y aseguró que su compromiso con su legado es eterno e inquebrantable. “Mi compromiso con el Maestro Abreu y con El Sistema es un compromiso con el futuro, con esos niños que aún no han descubierto la música y al arte. A ellos, y a los millones marcados por el legado del Maestro Abreu, les digo ahora que el viaje apenas comienza.
“Seguiremos tocando, cantando y luchando por el mundo que el Maestro Abreu soñó y por el legado de futuro que nos ha dejado. Honor y gloria eterna al Maestro José Antonio Abreu”, finalizó Gustavo Dudamel.
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