Quiero presentarles a Lygia Clark, una artista brasileña representante del movimiento Neo-Concreto desarrollado en Brasil al cierre de la década de 1950 e inicio de los años 1960.
Este movimiento se nutre y a la vez niega el movimiento Concreto, que tuvo una fuerza y desarrollo extraordinarios en Latinoamérica en las décadas de 1940 y 1950.
El movimiento Neo-Concreto –que incluyó a artistas como Lygia Pape y Helio Oiticica- subvirtió categorías formales como la pintura y la escultura, a la vez que incluyó el sentimiento y las emociones, junto a la participación del público, en las experiencias artísticas, aun cuando continuase trabajando con las formas geométricas y ciertos postulados concretos.
En el caso específico de Lygia Clark destacan sus esculturas transformables de carácter lúdico y participativo, como es el caso de su serie Bichos. Los bichos se crearon como estructuras orgánicas, construidas a partir de la superposición de planos metálicos unidos por bisagras. La obra constituía un ente diverso, casi vivo y susceptible de ser transformado por el espectador.
Es precisamente en el acto de modificarla en esta interacción entre el objeto artístico y el público que se desarrollaba una vivencia o experiencia sensorial y emotiva, alcanzando la obra su verdadera funcionalidad estética.
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