La intimidad y cotidianidad del artista venezolano Luis Romero se transforman en arte, pinturas, fotografías y collage en su nueva exposición Still Life. Con casi tres décadas de experiencia, el también curador representa en sus obras la ilusión que genera la ausencia. Esta exposición individual se inaugurará el domingo 8 de diciembre, a las 11:00 am, en la Galería ABRA del Centro de Arte Los Galpones.
Fotografías, fotocopias y pinturas conforman la muestra Still Life que transporta al espectador a la intimidad del hogar de Luis Romero. Interesado en representar la ausencia a través de las sombras, el proceso de creación de estas piezas data de 2008, cuando Romero realizó cuadros titulados Plantas de Interior. Estas primeras pinturas dieron origen al conjunto de las piezas que se expondrán en la Galería ABRA hasta febrero de 2020.
«Trato de representar la ausencia, es una constante en mi trabajo. En mi obra reflexiono sobre las sombras y cómo estas representan algo pero significan, a su vez, que hay un vacío», explica Romero. La exposición está compuesta por piezas realizadas con diferentes técnicas pictóricas y gráficas.
Esta muestra es, además, el lugar en el que se trae a la contemporaneidad el arte de los bodegones, las vanidades humanas y la naturaleza muerta. «Un bodegón representa riqueza y al representarlo en negativo no es una riqueza, es una ilusión, algo que no se puede tener», afirma el artista.
Con la cámara de su celular y sin la pretensión de realizar fotografías profesionales, Romero aprovechó la luz natural que había en su casa para tomar diez fotografías que muestran su espacio íntimo. Las fotos tienen formato pequeño e insisten en la intimidad, lo doméstico y lo cotidiano, temáticas recurrentes en la propuesta artística de esta muestra.
«Hay un guiño al pintor italiano Giorgio Morandi que le daba mucha importancia a lo íntimo. Aquí está mi espacio cotidiano, pero hay también una alusión a lo que está pasando afuera», explica Luis Romero.
Una vez con las fotografías, el artista las amplió, las fotocopió y las calcó en cinco cuadros que recrean cómo incide la luz en los elementos traslúcidos nombrados Naturaleza Muerta. En ellos emplea técnicas, formatos y materiales diferentes a los de las fotos.
La vanidad humana
El legado de los que ya no están es un tema de interés para Luis Romero en Still Life. Con las series «Vanidades», «Vanitas» y «Ánforas» se realiza una reflexión pictórica sobre la obsesión humana de poseer objetos que se quedarán en la tierra después de morir.
«Mi intención era componer en un espacio etéreo y lúdico estas obras que están despojadas del contexto y pertenecen a una persona desconocida. Esta es mi representación de los objetos que la gente no se puede llevar al morir. Representan la vanidad humana de desear tener más cosas materiales», explica el artista.
En la exposición el artista también incluyó tres objetos centrales que guardan relación con la transparencia, las luces y las sombras. Una lámpara de bombillos dañados llamada Revolución, latas vacías con letras y una pieza circular nombrada Volcán se sintonizan con la propuesta de las piezas.
Influenciado por artistas venezolanos como Roberto Obregón, Sigfredo Chacón y Eugenio Espinoza, así como por el movimiento artístico Pop Art, Romero apuesta por la paradoja de representar lo ausente.
Actualmente, el artista está trabajando en obras de mayor formato que expondrá el próximo año en la Galería de Elvira Moreno en Bogotá.
Still Life, que se traduce en español como aún vivo, es un nombre con el cual Luis Romero representa cómo el arte está desapareciendo. Esta es su forma de rendir homenaje a las artes plásticas y de construir su legado. «No podemos extrañar algo que no hayamos tenido nunca», concluye.