El Festival de Cannes inauguró este martes su edición 72 con Los muertos no mueren, del cineasta estadounidense Jim Jarmusch, el primero de una competición que el actor Javier Bardem declaró oficialmente abierta con una breve declaración en español. Compartió la responsabilidad, en francés, la actriz y cantante Charlotte Gainsbourg, su pareja también en una alfombra roja en la que él con esmoquin y ella con vestido blanco y negro de lentejuelas se prestaron solícitos a la firma de autógrafos.
“En cuanto digamos ‘¡ya!’’ todo el mundo empezará a sufrir, menos nosotros”, había bromeado Bardem a su llegada al Palacio de Festivales, sede del certamen hasta el próximo 24 de mayo.
Esta primera alfombra roja prometía ser un espectáculo visual por el privilegiado elenco de la cinta inaugural, encabezada por Bill Murray, Adam Driver y Chloë Sevigny, y no defraudó a pesar de la ausencia de otros grandes nombres como Steve Buscemi o Iggy Pop.
El público recibió con risas puntuales y unos aplausos discretos ese primer filme, que envuelve en comedia una crítica política y social contra el consumismo y la negación del cambio climático.
Una crítica que Jarmusch plaga de muertos vivientes en un apacible pueblo estadounidense, cuyos habitantes asisten desconcertados a esa invasión de devoradores de carne humana, con diálogos que ofrecen un frecuente homenaje al séptimo arte al mismo tiempo que el director se autoparodia. “Para nosotros esto es como una reunión familiar”, había dicho Tilda Swinton a su llegada con un vestido plateado de manga larga, mientras que Selena Gomez, otra de las protagonistas, optó por un top de tirantes, falda de tubo blanca y el pelo recogido en un tirante moño.
El certamen comenzó con ellos sus doce días de competición, en cuyo palmarés también aspiran a figurar otros 20 filmes, incluidos el español Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar, o el estadounidense Once upon a time… in Hollywood, de Quentin Tarantino. Su suerte está en manos del director mexicano Alejandro González Iñárritu, al frente de un jurado compuesto entre otros por el realizador griego Yorgos Lanthimos o la actriz estadounidense Elle Fanning, que como es habitual pisaron juntos la alfombra roja.
Iñárritu había puesto este martes a ese equipo como ejemplo de diversidad frente a los muros que quieren levantar mandatarios como el estadounidense Donald Trump, y al inicio de la ceremonia subrayó que, pese a su rol en esta edición, “en el cine y las obras de arte solo hay un juez: el tiempo”.
Por los 24 escalones de acceso al Palacio también pasaron la modelo española Nieves Álvarez, vestida de Elie Saab; la actriz mexicana Eva Longoria, embajadora de la marca de cosmética L’Oréal, o la estadounidense Julianne Moore, con un vestido de gasa verde botella. Tras la proyección en esta primera gala del filme de Jarmusch, el miércoles se someterán a la criba del jurado el francés Ladj Ly con su ópera prima, Les misérables, y los brasileños Kleber Mendonça Filho y Juliano Dornelles con Bacurau.