Peculiar. Así es Los pequeños seres que conquista El Rastro de Madrid. En el bullicioso corazón del barrio de la capital española se encuentra una librería que va más allá de ser simplemente un lugar para comprar libros. Propiedad de los venezolanos Patricia Heredia y Leo Maita, el lugar se ha convertido en un refugio cultural y un punto de encuentro para los amantes de la literatura y la cultura.
La historia de Los pequeños seres es la de una escala ascendente, desde sus pequeños inicios, hasta consolidarse como un espacio de referencia en Madrid. A pesar de que no ha sido un camino fácil lleno de adversidades y sacrificios, Patricia y Leo han mantenido la idea de lo que querían construir: un lugar vivo, un espacio donde las personas puedan encontrarse, conversar y sumergirse en el mundo de la literatura y la cultura.
«Desde el principio teníamos muy claro que queríamos que la librería fuera un lugar vivo y no una tienda. No queríamos que fuera un lugar para pasar y comprarte algo que necesitabas, sino que se convirtiera en un lugar en el que la gente se encontrara y pudiera hablar de literatura y de cultura en general porque tampoco cerramos el espectro solo a la literatura. Eso lo teníamos muy claro. Empezamos además en un momento en el que la gente tenía muchas necesidades de contacto, aunque tenía mucho miedo», dicen sus fundadores.
Los pequeños seres nació en plena pandemia, un sueño que, a pesar de las dificultades, Leo y Patricia estaban decididos a hacer realidad. Sin contar con un gran capital económico, solo con una oportunidad, decidieron abrir la librería impulsados por su pasión por la cultura.
«Era esto o abandonar el sueño de la literatura. Era ir por este camino o buscar otro. O quedarnos en lo que veníamos haciendo que era escribir, corregir o traducir, que lo seguimos haciendo pero mucho menos que antes», explican.
Iniciar con la pandemia le dio justamente el sentido a lo que la librería es en la actualidad. Desde el comienzo, Los pequeños seres se distinguió por su enfoque en el contacto humano y el encuentro físico, incluso en un momento marcado por la digitalización y la virtualidad. La necesidad de tener justamente ese contacto físico definió uno de sus pilares fundamentales: compartir en persona para intercambiar ideas y visiones.
«La pandemia representó una dificultad porque implicaba unas limitaciones de cantidad de personas y también todo el miedo que la gente traía encima, pero también convirtió los encuentros físicos en un valor. Es decir, la posibilidad de ponerse de acuerdo para para quedar en un sitio y hablar de una cosa específica. Un valor que nosotros seguimos defendiendo a pesar de que ya la gran emergencia pandémica parece una cosa muy lejana, pero nosotros descubrimos que está muy bien tener un lugar en el que ocurren cosas físicamente», indican.
«Empezamos en una ciertas condiciones bastante complicadas, pero ya hemos acumulado una cierta experiencia, ya entendemos mejor qué es lo que queremos y qué es lo que quiere también el público de nosotros», agregan.
Además de ser un lugar en el que se promueven no solo los libros nuevos sino también de segunda mando, el espacio de la librería se complementa con muebles y objetos con historia, que dialogan con la propuesta literaria y añaden una dimensión única al ambiente. Para los fundadores, cada objeto tiene su propia aura, su propia alma.
«Pareciera que el mundo real es una es un asunto que está en peligro de extinción. Nosotros estamos en un barrio que valora muchísimo la historia. Estamos en el corazón de El Rastro, que es el mercado de antigüedades de coleccionismo y hemos ido aprendiendo también de eso. De hecho, en la librería también hay muebles y objetos que tienen historia y que están también dialogando con la propuesta únicamente librera que tenemos. Para nosotros es una cosa fascinante».
Aunque reconocen que la era digital es un hecho, la librería se ha convertido en un refugio para aquellos que valoran el papel y el libro en formato físico, cuidando tanto de las nuevas ediciones como de los libros de segunda mano que cuentan historias únicas y valiosas. También promueven actividades en las que se puedan mezclar herramientas del pasado con las nuevas tecnologías.
«Es cuestión de tiempo para que el libro vaya desapareciendo. Creemos que es una realidad y luego irá quedando gente que seguirá valorándolo. Pero cada vez será menos. Pasó también con el vinil y luego regresó. Es un signo de los tiempos, pero aún sigue habiendo muchísima gente que valora el papel y que valora el libro en físico. Nosotros por supuesto somos unos grandes entusiastas de eso. Por eso, además del libro nuevo también cuidamos el libro de segunda mano porque allí hay pequeñas joyas que te cuentan historias».
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Este proyecto, además, tiene como intención ser una plataforma para que los escritores tengan un lugar en el que puedan mostrar su trabajo y en el que los ciudadanos puedan conseguir las propuestas literarias que buscan. Aunque está ubicada en España, Los pequeños seres es un espacio para los autores de todas las nacionalidades. Un universo literario en el que Leo y Patricia asesoran a sus clientes para que disfruten de la cultura.
«Ya tenemos una base de clientes, unas actividades que están rodando, ya tenemos mucho más claro qué funciona en este punto y qué no, aunque eso todo el tiempo está cambiando y está evolucionando según lo que suceda en el contexto también. No estamos en una posición cómoda aún. Llegar hasta acá también ha sido sumamente difícil y con muchísimo sacrificios. No hemos parado de empujar con la misma fuerza desde el principio».
Mediante eventos, clubes de lectura y talleres de escritura creativa junto a escritores destacados, la librería se ha convertido en un espacio donde la literatura, el arte y la cultura son temas de conversación constantes y apasionados.
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En cuanto a los proyectos futuros, Los pequeños seres no se detiene. Planeando su participación en la Feria del Libro de Madrid y la Noche de los Libros, la librería sigue innovando y ofreciendo experiencias culturales únicas a sus visitantes. Desde clubes de lectura de no ficción hasta masterclass con autores destacados, Los pequeños seres continúa siendo un espacio dinámico y vibrante en la cultura madrileña.
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