A la pregunta sobre la vocación actoral de Claudia La Gatta le sigue de inmediato una respuesta sincera: “No siempre soñé con ser actriz, todo se fue dando poco a poco. Hoy puedo decir que es lo que más disfruto, lo que me apasiona y lo que me gustaría seguir haciendo”.
El rostro de La Gatta se hizo público luego de su participación en el Miss Venezuela 1997, cuando con apenas 17 años ostentaba la banda del estado Barinas. En una edición que evocaba la década de los sesenta, pelucas doradas y carros de la época, salió al escenario de un concurrido Poliedro de Caracas, aquella joven sonriente que siempre tuvo claro el norte tras su paso en el certamen. “Yo sabía que el Miss Venezuela era un concurso muy importante que abre las puertas, en el que conoces a mucha gente y te permite darte a conocer. Lo que buscaba era trabajar como modelo, estar en las pasarelas, que era mi pasión”.
La modista Margarita Zingg, diseñadora del vestido de gala de La Gatta para la noche más linda, le propuso que desfilara en la presentación de su siguiente colección, oferta que inició la anhelada etapa como modelo profesional en la que se convirtió en uno de los rostros más cotizados de las pasarelas nacionales. Se cumplía así un sueño de su infancia.
“El modelaje siempre fue un anhelo para mí, soñaba con caminar en una pasarela, veía desfilar a Sharon Luengo y quería ser como ella, luego se cumplió el sueño y ambas desfilamos juntas, fue lo máximo. Gracias a Dios tuve la oportunidad de hacer grandes campañas, comerciales bellísimos, desfiles maravillosos en una Venezuela muy próspera, con gente muy linda y querida que me acompañó en esa etapa”, asevera La Gatta, cuyo rumbo profesional dio un giro al aceptar la propuesta de un amigo para participar en un casting realizado por Arquímedes Rivero en Venevisión.
Al ser seleccionada se preparó durante todo un año en un curso actoral -dictado, entre otros profesionales, por el actor y director teatral Héctor Manrique- en el que se fue enamorando poco a poco del oficio, aupada por el entusiasmo de varios compañeros dedicados a las tablas nacionales. Su primer gran papel llegó en 2004, cuando en Sabor a ti interpretó a Brenda Gómez, papel al que le siguieron oportunidades en El amor las vuelve locas, Mi prima Ciela, La mujer perfecta y Natalia del mar. En esta última personificó a la villana Estefanía Moncada, la primera de una serie de malvadas que representó casi de manera sucesiva.
“De la actuación me gusta encarnar a diferentes personajes. Dicen que a los actores les pagan por jugar y es cierto, juegas a ser una villana muy mala capaz de matar a alguien con tal de salirte con la tuya o de repente ser una adicta a las drogas, que ha sido de los papeles que más me ha costado”, afirma en referencia a su interpretación de Patricia, una adicta que interviene en la película mexicana Travesía del desierto dirigida por Mauricio Walerstein; y a su papel de Arianna, como la drogadicta que protagoniza la película Espejos, que le valió el reconocimiento del público y de compañeros del medio.
El salto internacional
Seis meses después de participar en un casting, La Gatta se enteró de que había sido seleccionada para presentar un programa producido por Telemundo Internacional. Casi lo había olvidado y hasta pensó que la oportunidad le había tocado a alguien más, pero la buena noticia llegó en una llamada del productor Marco Purroy. Estás en mi lista ciertamente es de producción internacional, pero los 13 capítulos del programa fueron grabados en los estudios de Mata de Coco, en Caracas, adonde se trasladó todo el equipo incluyendo al coanimador, el actor mexicano Rodrigo Vidal, quien hace gala de su buen humor y creatividad en cada sesión, por lo que las anécdotas en el set sobran.
“La idea es destacar las mejores producciones de Telemundo, la calidad de las novelas, los libretos, las increíbles interpretaciones de sus actores, todo visto desde un ángulo jocoso, por eso incluimos tutoriales de las mejores peleas de novelas, o cómo ser un villano muy maluco o dar la mejor cachetada; el trabajo es muy divertido”, afirma la actriz.
Una segunda temporada ya está planteada, aunque esta vez con más secciones y novedades, como entrevistas a los actores de las producciones de la cadena televisiva o los tras cámaras en los sets de grabación, tanto en Miami como en la sede de México, un proyecto que suma a la carrera internacional de La Gatta con Telemundo, donde ya contaba con una participación especial en la popular serie basada en el flagelo del narcotráfico, El Chema, y donde por primera vez tuvo la oportunidad de actuar junto a su esposo Luis Gerónimo Abreu.
Ambos actores consideran seguir probando suerte en el exterior sin dejar de todo a Venezuela, donde La Gatta asegura está todo su afecto. “Me gustaría tener la posibilidad de trabajar en mi país porque es eso, mi país, el que me vio crecer, el que me ha dado las mejores oportunidades. Aquí están mis padres, mis seres queridos, amigos, no queremos irnos definitivamente ni dejar de luchar. Esta es mi tierra y por eso espero que el panorama mejore, nos los merecemos”, enfatiza.
El amor de Salvador
Hace dos años y medio, Claudia La Gatta vive la maternidad con ímpetu, luego del nacimiento de su pequeño Salvador, quien se ha apropiado de su agenda diaria. Las prioridades han cambiado, asevera, y no duda ni un segundo en colocar los sueños de su hijo antes que los suyos. “Estoy enamorada de mi bebé, disfruto cada sonrisa, cada descubrimiento que tiene, cada travesura, es la felicidad plena, un amor verdadero y estoy agradecida con Dios y la vida por la oportunidad de ser madre, y con él por haberme escogido como su mamá, es la etapa más maravillosa de mi vida”.
Como padres entusiastas, tanto ella como su esposo, el actor Luis Gerónimo Abreu, insisten en inculcarle el respeto por los demás, el amor por la familia, la seguridad en sí mismo y el no temer a equivocarse porque siempre hay otra oportunidad. “Sea modelo, actor o abogado, papá y mamá van a estar ahí para apoyarlo, lo importante es que el día de mañana luche por lo que quiera y que lo haga de la mejor manera”.
“Ciertamente, el Miss Venezuela da el empujón, pero todo lo demás depende de cada quien y lo que quiera lograr, de la responsabilidad, el esfuerzo y la constancia que ponga en lograr sus sueños”
Sin guion
¿Un lugar para desconectarse? La playa, el Ávila.
¿Qué colecciona? Zapatos, tengo muchos.
¿Su mayor temor? La muerte de mis seres queridos.
¿Su rasgo más italiano? Cuando me pongo brava digo todas las malas palabras que sé en italiano.
¿Y su rasgo más venezolano? Desde una buena arepa o un rico pabellón hasta contarle tu día a un extraño en la cola de un supermercado o al pagar un servicio.
¿Su palabra favorita? Esperanza. No es la que más utilice, pero es la que más me gusta en estos momentos tan difíciles.
¿El mejor consejo que haya recibido? ¡El pasado ya pasó, el futuro es eso, vive el presente, el aquí y el ahora!
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional