En contra del criterio de Hollywood, la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA) anunciará este lunes los nominados a la 79 edición de los Globos de Oro, unos premios que no se retransmitirán por televisión tras las acusaciones de corrupción y falta de diversidad.
La organización, que incorporó nuevos miembros y aprobó un código de conducta para limpiar su imagen, está decidida a seguir adelante con sus galardones a pesar de que nadie tiene pistas de cómo pretenden celebrar su gala prevista para el 9 de enero del próximo año.
De momento, los Globos de Oro están siguiendo el protocolo habitual y el lunes anunciarán los nominados a través de su canal de YouTube desde el hotel Beverly Hilton, la tradicional sede del evento.
Aunque la aparente sensación de normalidad que quieren transmitir está lejos de la realidad: un centenar de compañías, entre estudios cinematográficos y agencias de publicidad, han promovido un boicot que cuenta con el apoyo de pesos pesados como Warner Bros, Netflix y Amazon Studios.
La NBC, que retransmitía los Globos de Oro desde 1996, también dejó claro que no emitirá el evento.
Tampoco ningún estudio hizo campaña para lograr una nominación a los premios porque, lo que hasta el año pasado atraía buena publicidad, ahora puede dañar la reputación de una marca o la de los propios actores.
«No parece que este vaya a ser un evento impulsado por celebridades», aseguraba hace unos días la nueva presidenta de la HFPA, Helen Hoehne, en declaraciones a la revista Variety.
Hoehne, una periodista alemana que tomó las riendas de la HFPA en septiembre de 2021, está tratando de convencer a la industria cinematográfica de que la asociación corrupta de hace unos meses es un espejismo lejano gracias a los cambios impulsados.
El terremoto llegó a principios de este año, cuando se intensificaron las denuncias contra la HFPA por prácticas de dudosa ética entre sus miembros, que se aprovechaban de viajes y otras oportunidades promocionales e impedían el trabajo a otros periodistas de fuera de la organización.
Era un grupo de 87 periodistas, muchos de ellos retirados, entre los que no había ninguna persona negra.
Para enmendar la falta de diversidad, la organización admitió a 21 nuevos miembros, entre ellos varios hispanos y afroamericanos, aunque sigue siendo un limitado número de personas que excluye a la gran mayoría de periodistas que trabajan diariamente cubriendo Hollywood.
Las nuevas normas prohíben que sus integrantes acepten cualquier detalle que pueda crear un conflicto de interés con los Globos de Oro e imponen restricciones presupuestarias.
Sin embargo, los estudios y las cadenas de televisión no cambiaron de postura ante la reforma, anunciada en pleno batiburrillo de demandas, dimisiones y cruces de acusaciones entre los integrantes de la HFPA.
La propia presidenta admitió que ningún actor o persona mínimamente conocida está dispuesta a presentar el anuncio de las nominaciones.
«Al tener unas filas de miembros más diversas, estoy expectante por ver cómo surgen las nominaciones de este año», afirmaba Hoehne.
El año pasado, la ceremonia contó con dos actrices cómicas de peso, Amy Poehler y Tina Fey, como maestras de ceremonias en horario de máxima audiencia televisiva. En esta ocasión, la prensa de Los Ángeles rumorea con que los premios se entregarán a través de Facebook, YouTube o con un escueto comunicado.
Además ya hay otra agrupación, la Critics Choice Association (CCA), que quiere tomar su lugar y anunciará los nominados y los premiados en las mismas fechas que los Globos de Oro.