El Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, duramente criticado por ser otorgado por un régimen represor, tiene ganadora: la escritora argentina Perla Suez (Córdoba, 1947) por su obra El país del diablo.
En una accidentada videoconferencia, autoridades del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) leyeron el veredicto del jurado del galardón, que concede 80.000 euros a una novela escrita en español.
El Rómulo Gallegos es el segundo premio internacional para Suez. Con la misma novela, una dramática historia ambientada en el siglo XIX, ganó en 2015 el premio de literatura Sor Juana Inés de la Cruz que entrega la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Suez recibió la noticia en La Cumbre, en las sierras cordobesas, con muy mala señal de Internet. «Estoy muy emocionada por el premio, que es tan prestigioso, y agradezco mucho al jurado -dijo vía Zoom-. Me formé leyendo a los autores que lo ganaron, entre ellos, a Ricardo Piglia».
Hasta ahora, tres argentinos habían ganado el Rómulo Gallegos en años anteriores: Abel Posse, Mempo Giardinelli y Ricardo Piglia. En 2001, Suez había sido finalista del premio con Letargo y en 2013, con Humo rojo.
«El jurado destaca la fuerza de la escritura de esta novela, dura y desgarradora y dueña de un magnífico aliento poético. El país del diablo maneja con gran sapiencia un concentrado y a la vez vertiginoso ritmo narrativo, y establece un equilibrio encomiable entre el desarrollo de la trama, la construcción de los personajes y el trasfondo histórico que la sustenta», se lee en el acta.
Por otro lado, destaca la forma novedosa en que la novela de Suez trata la campaña del desierto en Argentina durante el siglo XIX. «A través de la mirada de una indígena mapuche, que sufre los estragos de militares que efectúan tal campaña, Perla Suez logra sumergir al lector en el horror de la violencia y resarcirlo de ella a través de su hermosa escritura».
El Rómulo Gallegos ha sido uno de los premios más importantes de Hispanoamérica y lo otorga el gobierno de Venezuela desde 1967, aunque desde hace 20 años su prestigio ha sido puesto en duda. En la última edición, el ganador fue el colombiano Pablo Montoya, por Tríptico de la infamia, que en esta ocasión integró el jurado junto con la escritora venezolana Laura Antillano y el escritor argentino Vicente Battista. Montoya estuvo presente en la videoconferencia, junto con el presidente del Celarg, Roberto Hernández Montoya, que leyó el veredicto.
«Vimos una gran diversidad de temas y de tratamientos y una presencia notable de escritoras. La novela de Cabezón Cámara es deliciosa y la de Ortiz, muy poética», indicó Montoya.
En el contexto de la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven 2020), se dio a conocer la lista de 10 novelas finalistas del premio. La Filven 2020 está organizada por el Centro Nacional del Libro con el lema «Leer desbloquea». El premio estuvo suspendido por cinco años: las ediciones de 2017 y 2019 se cancelaron debido a la crisis socioeconómica en el país; por ese motivo, en esta edición concursaron obras publicadas entre 2015 y 2019. En esta ocasión participaron 214 novelas de 21 países hispanohablantes. 4 de las 10 novelas finalistas eran de autoras argentinas y 6 de las 10, de escritoras.
Un premio en debate
En las últimas dos décadas el premio ha recibido críticas y señalamientos de que solo se premia a escritores afines a los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
«10 escritores expectantes por ver si el genocida Nicolás Maduro los condecorará», escribió este viernes en su cuenta de Twitter el escritor venezolano Rodrigo Blanco Calderón (que reside en Málaga), ganador de la tercera edición de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa por su novela The Night .
Blanco Calderón había mantenido meses atrás un debate con el argentino Patricio Pron sobre la legitimidad de participar en un concurso literario organizado por un régimen que viola los derechos humanos. Otros escritores se sumaron al debate y dos retiraron sus novelas del Rómulo Gallegos: la venezolana María Pérez-Talavera y el peruano Gustavo Faverón Patriau.
Las cuatro novelas de autoras argentinas que competían por el premio eran, además de El país del diablo, Las aventuras de la china Iron (Random House), de Gabriela Cabezón Cámara; La ruta de los hospitales (Alfaguara), de Gloria Peirano, y La respiración violenta del mundo (Emecé), de Ángela Pradelli. Completaban la lista de finalistas Moronga (Random House), del salvadoreño Horacio Castellanos Moya; Hijas de Agar (Santander), de la española Pilar Salamanca; Seda araña (Paralelo 21), de la mexicana Antolina Ortiz (México); Pasolini o la noche de las luciérnagas (Nocturna), del español José García López; Hijo de la guerra (Seix Barral), del mexicano Ricardo Rapahel, y El bosque sumergido (Emecé), del chileno Diego Vargas Gaete.
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