Linda Hamilton regresa en Terminator: Destino Oscuro, la sexta entrega de la saga en la que recupera el icónico personaje de Sarah Connor. La actriz vuelve a la franquicia casi 30 años después acompañada del perenne Arnold Schwarzenegger en un filme producido por James Cameron, creador de la saga, y dirigido por Tim Miller. Una película dominada por personajes femeninos muy fuertes, marcada también por la diversidad racial que se adentra de lleno en temas tan candentes como la política migratoria de Estados Unidos.
«No sé si estábamos buscando lanzar un mensaje político, pero sí es un aliciente muy bonito que hay en esta película», afirmó Hamilton al ser interrogada sobre el mensaje que nueva Terminator lanza convirtiendo a una mujer, en este caso la actriz colombiana Natalia Reyes, que encarna además a una mexicana que debe cruzar la frontera de forma ilegal, en la salvadora de la humanidad.
El rodaje de esas secuencias, el paso de la frontera y las escenas que tienen lugar en el interior de un centro de detención de inmigrantes son especialmente duros para el equipo de la película que, aseguran los dos actores durante una videoconferencia desde Londres, fue en todo momento consciente de que abordaban «una problemática muy actual» y de la gran sensibilidad que requiere tratar ese tipo de situaciones.
«Cuando rodamos estas secuencias Tim Miller dio un gran discurso en el que dijo es lamentable que tengamos que representar la verdad de la inmigración en América tal y como es. Y lloró a mares porque era consciente de lo real de esa situación», reveló la actriz. Además afirmó que «todo lo que esta película y cada uno de nosotros podamos aportar para reflexionar sobre este tema es otro punto a favor».
Borrón y cuenta nueva
Un Terminator que llegará a los cines con James Cameron recuperando las riendas de la franquicia que creó en los ochenta, ahora como productor. Su primera decisión al retomar el control fue hacer borrón y cuenta nueva y reiniciar la saga desde su Terminator 2 (1991), ignorando las tres últimas películas de la saga. Dos de ellas estuvieron protagonizadas por el propio Schwarzenegger que, a pesar de ello, está encantado con la limpieza que realizó Cameron.
«Se trata de una gran idea que James Cameron hiciera una secuela directamente desde T2. Terminó siendo la película más taquillera en el año de su estreno y llegó a nuevas cotas en el terreno de los efectos visuales», afirmó el actor de 72 años que destaca que el gran acierto de esa decisión. «Linda no era una mujer más que hacía cine de acción. Ella elevó el listón en el género y supuso una gran inspiración que luego emularon otras. La eché mucho de menos en las anteriores películas», reconoce.
En este sentido, la propia Hamilton destacó la importancia de Sarah Connor como «pionera de papel de mujer fuerte y luchadora». Su regreso, dijo, llega en un momento en el que afortunadamente «estamos viendo cada vez más mujeres haciendo de heroínas de acción» y con papeles más físicos. «Siempre vimos mujeres fuertes en el cine, pero ahora las vemos armadas, peligrosas, capaces de luchar en el cuerpo a cuerpo y creo que eso sin duda es algo nuevo. Espero no sea una moda pasajera sino que continúe. Seguiremos pateando traseros», afirmó con entusiasmo.
Los errores del pasado
Alejada de la saga que la convirtió en estrella, vio cómo Terminator intentaba reconectar con el público a razón de una película por década. Los resultados no fueron los esperados y ella tiene una explicación: «El elemento que faltaba era volver a la esencia de la saga, a una historia con pocos personajes con los que te encariñas, con los que conectas». En este sentido, Hamilton destacó que una película «puede tener todos los efectos especiales que quieras y hacer explotar edificios, pero si no sabes quién está dentro del edificio poco importa».
Además de regresar a sus orígenes minimalistas, con «pocos personajes pero que los amas y te importan», Schwarzenegger también destacó que parte de esa esencia es la violencia, el lenguaje malsonante y otras características propias de una película que necesariamente va dirigida al público adulto. Algo que algunos estudios no entendieron en el pasado.
«Pretender hacer una película de estas características y que sea para todos los públicos es una estupidez. La película no se titula ‘Terminator: El canguro’. Es uno de los errores de películas anteriores que enfadaron a los fanáticos», sostuvo el actor que aseguró que muchas veces en los despachos de Hollywood se olvidan que además de un icono del cine de acción y ciencia ficción un Terminator «es una máquina de matar. Pasar eso por alto es traicionar al personaje», expresó.
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