Los protagonistas separados por cuartos, cada uno paralizado ante un objeto que definirá su personalidad durante la obra, mientras un enorme cronómetro se proyecta encima de ellos, como una metáfora sobre el tiempo que se asigna a cada una de sus decisiones, o tal vez sea una referencia a Pierre-Augustin de Beaumarchais, que fue relojero.
El montaje de la británica Netia Jones para Las bodas de Fígaro, que se presentó hasta el 18 de febrero en el Palacio Garnier, en París, dirigido por Gustavo Dudamel, es dinámico y actual, pues procura ser enfático en temas como el acoso, el abuso y los estereotipos de género mientras el escenario se mantiene en constante movimiento con proyecciones de fragmentos del libreto.
Ópera esencial del repertorio de Wolfgang Amadeus Mozart, con Lorenzo Da Ponte como libretista, que versionó la pieza original de Beaumarchais, Las bodas de Fígaro llegará al país el 26 y 27 de marzo distribuida por Cines Unidos. Las ciudades donde estará disponible son Caracas (Centro Comercial Líder), Valencia (Sambil), Maracay (Hyperjumbo), Barquisimeto (Sambil), Maracaibo (Sambil), Margarita (Sambil) y Puerto Ordaz (Orinokia).
Parte de la proyección cuenta con opiniones de los participantes de la obra. Dudamel, que dirige la Ópera de París desde agosto de 2021, considera que la música de Mozart es puro espíritu, alegría y goce. «Eso me hace tener una fuerte conexión con él», expresó el músico, también director de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles y la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar.
En otra entrevista, esta vez para la agencia EFE, recordó que Las bodas de Fígaro fue una de las primeras obras que dirigió, cuando tenía 12 o 13 años, durante su formación musical: «Desde entonces, forma parte de mi vida. En mi opinión es perfecta. Es como una fiesta para los sentidos. No es una ópera que te contentes con escuchar o ver, también la saboreas».
Para Jones, esta pieza compuesta en el siglo XVIII es absolutamente contemporánea porque tiene situaciones que siguen existiendo hoy día. «Creo que es muy interesante jugar con los dos períodos. Jugar con lo que fue el siglo XVIII y la contemporaneidad», indicó en una entrevista publicada en las redes de la Opera de París.
También explicó que el concepto que ideó para esta versión, donde, subraya, el uso del video es crucial, está totalmente inspirado en Pierre-Augustin de Beaumarchais. «El punto de inicio para la presentación definitivamente es Beaumarchais. Podría decir que toda la idea original de este concepto viene de él». Le gusta, dijo, trabajar en el área «difusa entre lo real y lo teatral».
La trama, ambientada en Sevilla, cuenta la historia de Fígaro (Luca Pisaroni) y su novia, Susanna (Ying Fang), quien es pretendida por el amo de ambos, el conde Almaviva (Christopher Maltman). La pareja buscará, con ayuda de la condesa (Maria Bengtsson) y el querubín (Lea Desandre), la manera de frustrar sus objetivos.
Las críticas en los principales medios franceses fueron variadas.
El diario Le Monde apuntó que la producción «alterna la reinterpretación feminista y la puesta en un abismo teatral sin convencer». Mientras que Le Figaro señala: «La idea puede parecer absurda a primera vista. Rápidamente se vuelve relevante, ya que desdibuja los límites entre nuestro tiempo y el de Mozart». Y Libération considera que «la puesta en escena de Netia Jones, a pesar de un soberbio juego vocal, se pierde en su complicada y redundante interpretación de la ópera de Mozart y Da Ponte».