La edición 80 de la Mostra de Cine de Venecia llegó el lunes a su ecuador con un alto nivel de competición y las apuestas por el León de Oro divididas entre el griego Yorgos Lanthimos por Poor things y el francés Bertrand Bonello por La Bête.
El director de La favorita entusiasmó con su adaptación del cuento fantástico de Alasdair Gray sobre una mujer (Emma Stone) que es devuelta a la vida por un cirujano de extraños métodos (Willem Dafoe) y que se embarca en un viaje de liberación sexual e intelectual.
Stone es hasta el momento la más seria aspirante a la Copa Volpi a la Mejor Actriz, con permiso de Léa Seydoux, la protagonista de La Bête.
La apuesta de Bonello es aún más radical, al convertir un melodrama de Henry James, La bestia en la jungla, en un drama futurista que habla de los retos de la inteligencia artificial pero también del miedo al amor en una trama con varias líneas temporales diferentes y los mismos personajes en 2044, 2014 y 1910.
Si la apuesta del jurado presidido por Damien Chazelle resulta ser más clásica o conservadora la ganadora sería The promised land, un monumental filme de época dirigido por Nikolaj Arcel que habla de ambición y de caos, de amor y de crueldad y que se inspira en el estilo de David Lean, a la vez épico e íntimo, pero trasladado a la Dinamarca del siglo XVIII.
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Con pocas estrellas de Hollywood y una cinta italiana comenzó la 80ª edición de la Mostra de Venecia
Mads Mikkelsen, en la piel de un capitán, hijo bastardo de un noble que se embarca en un viaje para colonizar unas tierras y así obtener el ansiado reconocimiento del rey, encabeza las opciones para la Copa Volpi al Mejor Actor.
Más divididas están las opiniones en torno a Maestro, la película de Bradley Cooper sobre el matrimonio del compositor y director de orquesta Leonard Bernstein y Felicia Montealegre, de la que en general gustó más la interpretación de Carey Mulligan que la de Cooper, protagonista y director del filme.
Otra película que podría estar en el palmarés es la alemana La teoría de todo, una historia de espionaje, física cuántica, amor y pesadillas que se desarrolla en los Alpes suizos en 1962 y que su director, Timm Krögger define «como si Hitchcock y Lynch y otros muchos, conocidos u olvidados, hicieran el amor sobre la moqueta de un viejo hotel».
La Priscilla de Sophia Coppola, The Killer de David Fincher y Evil does not exist, el alegato a favor de la naturaleza del japonés Ryusuke Hamaguchi (Drive my car), también tuvieron muy buena acogida.
A la Mostra de Venecia, que arrancó el pasado miércoles 30 de agosto, le quedan aún cuatro jornadas competitivas por delante y el sábado tendrá lugar la ceremonia de clausura, en la que se revelará el palmarés.