Andrea Igliozzi se considera una soñadora de nacimiento y, con tan solo 24 años, ha logrado conquistar las pantallas del canal local de Univisión en Sacramento, California.
La joven de sangre tricolor ganó Mejor Reportaje en la categoría de Ambiente y Ciencia, por una investigación que realizó acerca de la contaminación en los ríos de Sacramento y en la categoría de Cobertura Continua por su trabajo en el incendio forestal Dixie al norte de California. Premios que, además, recibió junto a su fotógrafo Maikel D’Agostino, quien también es venezolano.
«No me lo podía creer», resaltó. «Este es mi primer año trabajando de reportera y se cumplió mi sueño», añadió. «Desde que tenía 13 años, en Venezuela, soñaba con este momento; luego de tanto trabajo, de tantos altibajos, de conocer personas que se reían de mí por pensar a lo grande, hoy, me siento orgullosa de no haberme rendido y de representar a mi país,” agregó.
Siempre hay una historia que contar
Sus reportajes han alcanzado el corazón de la comunidad hispana, cubriendo -en su mayoría- problemas que afectan a los latinos viviendo en Estados Unidos. Su meta es ayudar a quiénes la contactan, lo que ha logrado hacer en la mayoría de sus investigaciones.
Asimismo, su objetivo es claro: escuchar a las personas y ser ese link que permite compartir sus historias. Se encarga de buscar, proponer, investigar, grabar y editar los reportajes que salen al aire, tanto en el noticiero de las 6:00 pm como en el de las 11:00 pm. Además, ha logrado desempeñarse como productora, presentadora principal, escribe artículos para la página web del canal y también hace publicaciones en las redes sociales.
“Este trabajo, literalmente, te permite explorar todas las áreas del periodismo. Eres protagonista y testigo de la historia que se contará de la forma más veraz y certera”, recalcó Igliozzi.
Andrea Igliozzi, venezolana ante todo
Nacida en Caracas, abandonó el país a sus 17 años para cumplir, en parte, su sueño de ser periodista mientras -junto a su familia- trataba de ajustarse a su nueva vida.
“Es muy difícil; es trabajar sin descanso; es pagar impuestos altísimos, es tener varios trabajos, es llorar todas las noches, es otra gente y otro trato… pero gracias a Dios, a mi esfuerzo y al invaluable apoyo de mi familia, logré volver a la Universidad ”, señaló. “Me queda mucho aprender, mucho por afrontar y mucho por lograr… siempre con la mejor actitud y ganas de crecer,” comentó.
Esta reportera incita a que quienes compartan sus sueños o, tal vez, crean que no pueden lograrlo, a que sean creativos, que inventen sus propias formas de trabajo porque “nadie sabe ni quién ni cómo ni cuándo, pero las oportunidades siempre tocan a la puerta de quién las busca”, finalizó.
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