Rosalía ha hecho vibrar a 18.000 fans que anhelaban ver de cerca a su «motomami», quien una vez más ha demostrado que es posible ser profeta en tu tierra al tiempo que eres una estrella internacional capaz de, quizá, revolucionar el modo en que los artistas de la música actúan frente a sus seguidores, con más pantallas y menos músicos.
«Barcelona, muchas, muchas gracias. A todos los que os habéis sentido ‘motomami’ muchas gracias por oír mi álbum. Me hace mucha ilusión estar en casa y cantar para mi gente», ha dicho en catalán al inicio del primero de los conciertos previstos en el Sant Jordi y en el que ha estrenado el tema inédito «Aislamiento».
Y ha seguido: «Para mí todos los escenarios son especiales, pero no sé por qué siempre me hace muy feliz este. Así que gracias por llenar hoy el Sant Jordi, me hace mucha ilusión».
El público, la mayoría femenino, de todas las edades. Aunque predominaban las más jóvenes y adolescentes que imitan el estilo empoderado de la artista de Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), quien apunta maneras para ser una de las voces de su generación.
Sobre el escenario, una propuesta escénica rompedora audiovisual que recuerda más a un espectáculo de medio tiempo del «Superbowl» que a un concierto. Esto por la ausencia de banda, sustituida por un cuadro de bailarines.
En la transición a una nueva forma de consumo musical, Rosalía y su equipo de producción ya habían apostado por nuevas dinámicas, como la presentación de sus nuevos temas en TikTok.
Rosalía, profeta y revolucionaria en su tierra
Las redes sociales también marcan la escenografía de la nueva gira de Rosalía. Pues, encima del escenario tiene una cámara constantemente grabándola y proyectándola en dos enormes pantallas. Las cuales la muestran al público como historias de Instagram.
La «motomami» ha llegado puntual poco después de las 21.30 y «rugiendo» con ruidos de motor. Esto para desgranar sus nuevos temas, incluida una muy coreada «La fama», uno de los temas del verano con permiso de «Despechá». El tema que ha mostrado directamente encima del escenario en esta gira mundial que arrancó el 6 de julio en Almería.
Para cantar «Hentai» se ha puesto tras el piano, para «Con altura» se ha sentado en un asiento vintage de cabina de avión. Y «Chicken teriyaki» la ha cantado mientras montaba en patinete. Aunque su «look» más espectacular es la enorme bata de cola de más de diez metros que luce para cantar sus temas más flamencos.
Pese a los 38 grados abrasadores en Barcelona, y el calor humano del Sant Jordi, Rosalía ha insistido en su look de cuero. El cual acompañó con botas por encima de la rodilla incluidas, de los últimos días.
«¿Alguien tiene una toalla?», ha preguntado la joven, que ha sudado de lo lindo junto a sus bailarines. Hasta el punto que estos mismos han tenido que secar el suelo mientras Rosalía entretenía a los fans leyendo algunas de las pancartas en su honor entre el público.
Llevará su «Motomami world tour» por América
Rosalía también ha tenido el guiño para el público local de cantar a capela «Millionària», la canción que publicó en catalán antes de la pandemia.
Algo más de una hora y media de recital que también ha incluido temas de «Los Ángeles» o «El mal querer» u otros de colaboraciones como la de la artista con The Weekend.
También ha cantado «Sakura» tras explicar la inspiración que es para ella «Lola y Manuel». Los álbumes en los que ha dicho refugiarse cuando está sola en Los Ángeles.
Tras el concierto de este sábado aún le queda un segundo recital en el Sant Jordi de Barcelona este domingo.
En el palco VIP algunas caras conocidas, incluido el «streamer» Ibai Llanos, que casi causa un problema de seguridad porque decenas de adolescentes han intentado acercarse a él para tomarse una fotografía.
Al término de su gira por España, y tras un descanso de algunos días, Rosalía seguirá con su «Motomami world tour» por México, Brasil y Argentina. También por Chile, Colombia, República Dominicana, Puerto Rico y Canadá. Además de Estados Unidos (con una quincena de fechas), Portugal, Italia, Alemania, Países Bajos, Bélgica, Reino Unido y Francia.