En estos días de confinamiento no ha faltado música. Desde hace dos meses que en Venezuela y el mundo todos, o la gran mayoría, están en casa, resguardándose como una medida para evitar más contagios de covid-19. Y, desde entonces, son muchas las alternativas que han surgido en la industria musical para continuar creando y compartiendo contenido.
No han sido tiempos fáciles. Sin embargo, artistas, productores y compositores han aprovechado esta coyuntura para reinventarse y buscar nuevas opciones: cambiar los escenarios por las pantallas de un teléfono, computadora o tableta.
Conciertos y grandes festivales virtuales, como el One World Together at Home o en el caso venezolano el Sunset Home; Instagram Live para hablar o compartir música, como es el caso de Cheo Pardo o Polo Troconis, lanzamientos de nuevas canciones, videos, discos o, incluso, conciertos de otras épocas, como hicieron los Rolling Stones, que publicaron en YouTube sus presentaciones de las giras Voodoo Lounge Tour de 1994 y el Latin America Ole! de 2016, son algunas de las alternativas de un gran abanico de opciones disponibles para todos a solo un clic de distancia.
Aunque estas alternativas pudieran parecer nuevas, no lo son. Sin embargo, el confinamiento aceleró estas experiencias que venían tomando forma desde hace un tiempo, explica William Padrón, periodista musical. «Vivimos en un mundo digital donde los artistas crean sus nichos a través del contenido que van mostrando. Es una nueva forma de capitalizar el contenido y entender el comportamiento de sus seguidores. El artista independiente, más que nunca, tiene el control sobre su obra y su audiencia», dice.
Desde que se inició el confinamiento el público ha podido disfrutar de una oferta variopinta de conciertos: desde Neil Young, pasando por Juanes y Alejandro Sanz, hasta la emotiva presentación Andrea Bocelli en el Doumo de Milán.
Padrón considera que estas alternativas virtuales pasarán a ser una opción más dentro del catálogo de experiencias que ofrecerán los artistas. En esto también coincide el periodista Humberto Sánchez Amaya, quien dice que estos formatos permanecerán en el tiempo, no serán olvidados, pero tampoco sustituirán a los tradicionales.
«La primera opción para apreciar a un artista es ir a una sala de conciertos, pero estas nuevas alternativas van a añadir un valor agregado a lo que ya conocemos. Me imagino, por ejemplo, que comprar la entrada a un concierto te dará la posibilidad de ir al campo a disfrutar de tu agrupación, pero quizá se abra una alternativa donde puedas ver un tras bastidores de forma online que se convierte en un extra», explica Sánchez Amaya.
Los conciertos son una experiencia única. «Ver al cantante que te gusta sobre el escenario con todos los accesorios visuales es una experiencia irremplazable, que en este momento la gente está añorando», afirma Gregorio Montiel Cupello, periodista y productor musical.
En el caso venezolano, Humberto Sánchez Amaya destaca que los conciertos tienen un factor importante, más allá de lo artístico: el reencuentro con el otro. «El toque de queda impuesto no solo por la delincuencia, sino por alto costo de la vida que ya veníamos padeciendo desde hace unos años, hizo mucho más difícil para las personas poder ir a este tipo de espectáculos», explica.
Padrón, Sánchez Amaya y Montiel Cupello coinciden es en que este es un buen momento para publicar nueva música. Los periodistas aseguran que ahora, más que nunca, las personas buscan distensión y desahogo. «La atención de la gente está en casa, en la distracción. El artista independiente tiene la mejor de las oportunidades porque puede hacer crecer su audiencia. No sólo música, sino generar experiencias, visibilidad, conexión», dice William Padrón.
Sobre la forma de consumir música luego de la pandemia, consideran que no cambiará mucho en relación a como se hace hoy en día. «La gente está pendiente del streaming, Spotify, Deezer, Youtube, que son ahora las principales fuentes para un sector importante del público (…) La forma de consumir música seguirá siendo, en su mayoría, forma electrónica a través de estas plataformas. Lo que sí aumentará es el abanico de posibilidades para promocionarla y tocarla para el público», dice Sánchez Amaya.
La visión académica
Aunque muchos artistas se han adaptado al confinamiento y lo han aprovechado para explorar otros espacios, la dinámica de un músico académico es diferente. Este es el caso de los niños y jóvenes que forman parte del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela.
El Sistema es el programa social de formación musical más grande de Venezuela, replicado en diversos países. Agrupa a 1.012.077 de niños y jóvenes, de acuerdo con la data de 2019 de la Fundación Musical Simón Bolívar, que se reúnen en 443 núcleos en todo el país.
Desde que inició el confinamiento, hace dos meses, tanto los directores de núcleos como los músicos intentan adaptarse a los nuevos tiempos y continuar con los ensayos bajo una nueva modalidad: a distancia y de forma virtual. Aunque no ha sido posible para todos.
Ahora los ensayos son desde casa y frente a la cámara de la computadora o celular. Jesús Morín, director sectorial de formación académica de El Sistema, explica que, aunque no han podido continuar con la dinámica ordinaria de los ensayos, los músicos practican tocando sobre pistas ya grabadas, lo que les da una «sensación de práctica colectiva». Las sesiones las graban y editan junto a otros compañeros, y se crea una obra nueva, dice.
«Aunque no le hemos podido dar continuidad dentro de las condiciones ordinarias a los ensayos implementamos estrategias que le permiten al niño, al joven, y al músico profesional tener esa sensación de práctica colectiva», explica.
Sin embargo, no todos pueden ensayar de forma virtual, por las limitaciones o fallas que presenta el servicio de Internet en Venezuela, sobre todo en zonas rurales. En el caso de los niños que no cuenten con herramientas tecnológicas o buena conexión los padres y familiares, asegura Morín, han sido un gran apoyo en estos momentos. «El crecimiento a nivel del proceso familiar ha sido increíble. Ver a papá y mamá ocupados directamente de la formación del chamo, de la supervisión del estudio, que los familiares en el hogar se conviertan en el público, la valoración que le están dando los vecinos y la comunidad entera es increíble», dice Morín.
Además de los ensayos virtuales, también han implementado otras alternativas en algunos lugares. Morín dice que en zonas del país donde se han flexibilizado las medidas de confinamiento, los músicos se han podido reunir en plazas o parques para ensayar. No obstante, todo esto con el permiso de las autoridades y los padres siguiendo las normas sanitarias. «Estas son cosas que también ayudan y estimulan a los muchachos, al igual que cada video que se graba, cada clase y cada interacción permite mejorar las estrategias que estamos usando», agrega.
Sobre el tiempo en el que puedan mantenerse sin ensayos, el director considera que dependerá de cuánto puedan mejorar las estrategias para brindar mayor atención a los músicos. «Indistintamente del tiempo que dure el confinamiento, no vamos a parar de buscar las dinámicas que sean necesarias. La música no ha parado y no va a parar. Nos hemos readaptado, sí. La práctica es nuestra esencia, sí. En cuarentena la práctica es compleja, también, pero no es imposible. Vamos a superar esto; indudablemente, dure cuanto dure, allí estará El Sistema viendo cómo desarrolla más y mejores estrategias», asegura.
Luego de la pandemia, Morin asegura que el mayor reto para El Sistema será retomar los ensayos, porque esto implica reunir a 120 o 140 músicos en un espacio cerrado. Sobre los conciertos, considera que será más sencillo, pues se seguirán los lineamientos internacionales sobre cómo reactivar nuevamente el sector.
¿Y los shows en vivo?
En países como Londres o México se está planteando reanudar espectáculos, pero a puertas cerradas en los próximos días. ¿Cómo será esto? En grandes recintos se presentarán los artistas, pero sin público. Este estará a distancia.
Pero en Venezuela esto está lejos de ser una realidad. Aquí, el panorama de la industria del entretenimiento todavía es bastante incierto, tomando en cuenta que el pasado 12 de mayo se extendió por 30 días más el confinamiento. Todo apunta a que, al menos en el país, los conciertos y festivales de música quedarán para 2021.
«2020, creo, será un año sin conciertos como los conocemos. Festivales importantes pospusieron sus fechas, algunos optimistas dijeron en marzo y abril que podían volver al ruedo en noviembre, pero creo que no eso no pasará. Todo apunta a que será en 2021 cuando se retome, en cierta forma, el calendario de conciertos», dice Humberto Sánchez Amaya.
En Venezuela se suspendieron varios espectáculos, entre ellos el Sunset Roll Festival, que se celebraría el 10 y el 11 de abril, en la playa del Caribean Mall de Puerto La Cruz. Ante la medida los organizadores indicaron que esperan a que la situación se normalice; sin embargo, el evento quedaría para el próximo año.
Los organizadores del Sunset indicaron que, aunque suspender el festival fue una decisión difícil, agradecen que la medida se tomó a tiempo para minimizar las pérdidas. Así ocurrió con otros eventos pautados en el país.
Decir en este momento cómo será la dinámica de los conciertos o cuáles serán las medidas de seguridad sanitaria que se adoptarán es arriesgado. Sin embargo, Ana María Díaz, productora de espectáculos, cree que, luego de la pandemia, en los eventos masivos se podría mantener por un tiempo el uso de tapabocas, guantes y se podría tomar la temperatura de las personas al ingresar, como hicieron en el Vive Latino en México. «Creo que los códigos van a cambiar, aunque eso aún no lo sabemos, estamos sobre un terreno bastante inestable. Tenemos que estar muy atentos a las normas que dicte la Organización Mundial de la Salud sobre esto», dice.
Por su parte, José Lasses, director general de Cusica, considera que las medidas a seguir dependerán de la creación de una vacuna. Mientras esto no ocurra las actividades económicas se reanudarán poco a poco, siendo la industria del entretenimiento una de las últimas en retomar su ritmo; para cuando esto ocurra, probablemente los conciertos se tendrán que realizar en espacios muy amplios, manteniendo el distanciamiento social y con un número limitado de personas. «Será muy difícil adaptarse a estas nuevas circunstancias y también será el reto más grande que tendrán todas las empresas para mantenerse activas», dice.
El factor económico también es importante, sobre todo en un país con una de las crisis económicas más complejas de la región y que, probablemente, se intensificará luego de la pandemia. Por esto, Díaz indica que es necesario medir la capacidad que tienen las personas de comprar una entrada, y una buena forma de hacerlo, dice, es a través de los eventos pagos en Zoom, la aplicación de videoconferencias. Sin embargo, todavía son pocas las opciones que se ofrecen en esta plataforma en el país.
Sobre la disposición de las personas para asistir a un concierto, el director general de Cusica asegura que dependerá de las condiciones sanitarias que puedan garantizar estos eventos. «A partir de ahora los productores tendrán que hacer un enorme esfuerzo para cumplir con las medidas», afirma.
Tanto Díaz como Lasses coinciden en que, luego de la pandemia, la forma de realizar todo tipo de eventos cambiará, sobre todo festivales y conciertos. «Esto podría ser un cambio que si sabemos aprovechar nos va a permitir hacer las cosas mejor», asegura la productora.
Sin embargo, Díaz destaca que en este momento es crucial trabajar en equipo para que el gremio del entretenimiento se recupere, uno de los más afectados por el confinamiento. «Si queremos ver resultados tenemos que trabajar juntos y buscar soluciones entre todos para que podamos levantar nuestro sector», añade.
Mientras el confinamiento se mantenga, los artistas continúen compartiendo contenido online y los productores esperen las medidas sanitarias de los organismos internacionales para realizar conciertos, el trabajo de la crítica musical y del público es el mismo: comentar, escudriñar, compartir y disfrutar de la nueva música que se geste durante estos días.
«De todo esto saldrá algo mucho mejor que tenía que aparecer. El periodismo musical, los conciertos, la música, los artistas y la audiencia, siguen ahí, sólo hay que descifrar los tiempos que vivimos, el lenguaje que se usa y la forma de exposición que se impone», dice William Padrón.