La 33ª edición de la Feria del Libro de Bogotá (FILBo), que cerró este domingo y se celebró por primera vez de forma híbrida, llegó a más de 1,8 millones de personas con los 669 eventos virtuales y 129 presenciales celebrados durante los últimos 17 días.
«Esta edición número 33 de la Feria Internacional del Libro nos permitió reencontrar los diferentes actores del sector editorial y libreros con sus públicos», consideró tras el cierre Andrés López Valderrama, presidente de Corferias, el recinto ferial que alojó la mayoría de los actos presenciales de este encuentro literario.
Las actividades virtuales, que se retransmitieron a través de la web de la FILBo y sus redes sociales, han sido seguidas desde Colombia, México, Perú, Estados Unidos, Argentina, España, Chile, Ecuador, Francia y Alemania, según precisaron los organizadores en un comunicado, y los videos han tenido más de 870.000 reproducciones.
«Aquí estamos, nos adaptamos rápidamente a las circunstancias, seguimos comprometidos con mantener vivo un evento tan importante para el país, donde el libro y la lectura se toman la palabra en Colombia», aseguró el presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana del Libro, Enrique González Villa.
En los 17 días que duró la feria se mantuvieron encuentros en torno a los libros que abordaron temáticas tan diversas como el periodismo, la música, el conflicto armado, el medioambiente, la política de drogas y la poesía.
Contó con la participación de figuras como la escritora nigeriana Chimamanda Ngozie Adichie, la mexicana Alma Guillermoprieto y la colombiana Pilar Quintana, y también profesionales del campo de las matemáticas, la historia y la investigación.
El feminismo o la representación también estuvieron en una feria donde las escritoras lideraron muchas de las conversaciones.
«Lo que las escritoras hemos estado diciendo es que no nos sentimos cómodas con la etiqueta (de literatura femenina latinoamericana) por lo que implica, porque señala y hace referencia a otro fenómeno editorial y comercial de unos magníficos escritores, pero que era eurocentrista y se caracterizó por dejar afuera a las voces de mujeres escritoras», explicaba la uruguaya Fernanda Trías, autora de la novela distópica Mugre Rosa (Random House, 2021).
Sobre la representación y las minorías, la autora nigeriana de Americanah opinaba que «hay personas que no están plenamente representadas, y la literatura trata de poder. El poder se trata de qué historia es la que se cuenta y quién la cuenta», durante su conversatorio con la escritora Velia Vidal.
Un escaparate a Suecia
Esta edición, retrasada por la pandemia, contaba con Suecia como país invitado y ofreció una amplia ventana al panorama literario, cultural y científico del país nórdico.
Suecia arrancó su programación diaria haciendo historia en la FILBo con la primera charla inaugural de una autora mujer que representa el género de la literatura infantil, Jujja Wieslander, quien compartió con los lectores colombianos las anécdotas de la creación de sus libros Mamá Muu, un personaje que enseña a los niños sobre empoderamiento y sueños.
«Asumir el reto de la virtualidad ha sido la mejor oportunidad para acercar Suecia a más colombianos fuera de los límites de la presencialidad», alegó la embajadora sueca en Colombia, Helena Storm.