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La exposición Serendipia>Instalar invita al espectador a ser parte del caos

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Detrás del arte hay tecnología. Siempre la ha habido por tanto existe un conjunto de saberes prácticos y teóricos que permiten su realización. Pero, ¿qué sucede en tiempos modernos donde la tecnología, con una acepción más cercana a lo generado por códigos y máquinas, interfiere en la creación artística? Muchas veces la imagen creada es perfecta, pero otras veces es afectada por fallos, glitches.

El 25 de noviembre la galería Espacio Monitor, ubicada en el Centro de Arte Los Galpones, inauguró la exhibición Serendipia>Instalar. 36 obras de artistas venezolanos y extranjeros que tocan el tema del glitch o fallo tecnológico quedaron en manos de los artistas y curadores Elizabeth Cemborain y José Luis García. Así, en lo que García llama un geekroom se encuentra un sinfín de obras de arte (como instalaciones, videoarte, pinturas, reproducciones) y objetos cotidianos que dialogan entre sí y que buscan cuestionar al espectador.

Serendipia>Instalar permitió que Cemborain y García asumieran los roles de curadores, museógrafos y coleccionistas de diversas obras de artistas como Luis Arroyo, Rafael Arteaga, Alessandro Balteo-Yazbeck, Muu Blanco, Iván Candeo, Carlos Castillo, Alberto Cavalieri, Isabel Cisneros, Carlos Cruz-Diez, Magdalena Fernández, Alexander Gerdel, Dulce Gómez, Cristian Guardia, Ramsés Larzábal y Sebastián Llovera.

La lista de artistas la completan Pepe López, Rodrigo Machado Iturbe, Cipriano Martínez, Yucef Merhi, Luis Molina-Pantin, Pedro Morales, Enrique Moreno, Jesús Moreno-Granados, Ana Mosquera, Emilio Narciso, Rolando Peña, Dianora Pérez-Montilla, Luis Poleo, Gerardo Rojas, Salomé Rojas, Luis Romero, Vasco Szinetar y Efraín Ugueto. Además, se puede apreciar una obra del artista surcoreano, y llamado padre del videoarte, Nam June Paik, y también piezas de José Luis García y Elizabeth Cemborain en diferentes sectores de la galería.

Instalar es el primer módulo de la serie Serendipia. Una palabra que tiene que ver con el hallazgo de algo inesperado; de aquello a lo que se llega por error o casualidad, pero que se acepta y utiliza.Y aunque la serendipia, explica García, es mucho más utilizada en la ciencia, resultó catalizadora para conectarlo aún más con el arte. «Este proyecto habla, como artistas, de asumir roles especulativos. Y la idea, que en su momento se llamaba Glitch, era trabajar sobre las prácticas contemporáneas que tuvieran el fallo, error o hallazgo tecnológico como premisa. Es decir, cuyos resultados fuesen accidentales e inesperados», comenta.

«Se trata de reflejarnos en la historia del arte y viceversa. A nivel del espectador, generar un preámbulo de lo que verá. Es un marco de referencia histórico de cómo ha sido la práctica. Desde la primera obra robótica, la primera con sensores, la primera mujer que comenzó a crear alter egos y pasar la ficción a su propia realidad, y así. Hay bibliografía, bocetos y manifiestos. La idea es que fuera una lluvia de información: cuando uno entra no sabe hacia dónde enfocarse y es lo que pasa realmente en la internet de nuestro tiempo. Estamos sobrecargados de información y este es un contenedor mío. Yo ubico fácilmente dónde están las cosas, pero para quien entra es desconcertante», destaca García.

Lo primero que ve el espectador es una pared con una selección de obras de artistas que, además de referentes, inspiraron la exposición. En el geekroom (cuarto de quien es adicto a la tecnología) el visitante se siente acogido por sonidos digitales y algunas voces; para mirar hay que hacerlo dos veces, pues en cada rincón hay algo que captura la atención. Y entre un mobiliario que viene de La trayectoria inédita y otros, propiedad de los curadores, dialogan objetos con las obras de arte. Las piezas no tienen ficha (las irán poniendo progresivamente) y de esa manera se hace aún más complejo diferenciar el arte de lo que no es. Un guiño a la gran pregunta del arte contemporáneo.

«Nosotros juntamos elementos de nuestros talleres para configurarlos junto a las obras. Y la idea, como detonante, es que el espectador se enfrente a objetos y obras y no sepa discernir entre ellas. Pero que luego sepa determinar por qué algunas son obras de arte y otras no. Vas a conseguir muchas obras y objetos; a veces objetos instalados como obras y obras instalados como objetos. No está identificado, lo vamos a ir inventariando. La idea es que la gente, de a poco, y las veces que vuelva, se dé cuenta de cuáles estamos etiquetando como obras. Vamos a seguir incorporando piezas y objetos. La idea es generar un caos un poco mayor», destaca el curador.

La exposición pareciera invitar al espectador a que interactúe con algunas piezas, sin embargo, no es el carácter lúdico al que aspiran Cemborain y García. Más bien, esa interacción sucede a través de dispositivos móviles: hay códigos QR en ciertas obras y otras sorpresas que van más allá de la clásica experiencia de encontrarse frente a una obra. Los curadores ven Serendipia>Instalarcomo una puesta en escena que se concretó gracias a la experiencia de ambos como artistas, pero además de la de Cemborain como arquitecto y la de García como museógrafo y editor gráfico.

Operación Gedeón. Dianora Pérez

En la entrada, al lado de un fragmento del texto que acompaña a Serendipia>Instalar, se encuentra una obra del artista Nam June Paik que pertenece a la colección de Nicomedes Febres, director de la galería D’Museo. Es la antesala a una exposición que representa un profundo trabajo de investigación y cuidadoso montaje. Obras que rinden homenaje a otras; reinterpretaciones y la presentación de obras ya expuestas, pero en diferentes formatos, son parte de la búsqueda de la exposición.

«Son muchos años investigando sobre el tema. Y desde el punto de vista referencial, lo que hice fue decantarlo y quedarme con estas obras o prácticas que, desde mi perspectiva, no tienen un marco teórico riguroso, sino que tiene que ver con el encuentro conmigo y cómo yo me enfrento a esta historia del arte, o en mi cotidianidad cruzada con Elizabeth. Yo dialogo con ella e incorporo lo de ella. Aunque hay mucho más mío. Hay cosas que nos vinculan a los dos. Encontrar un punto medio es complicado. Seleccioné las piezas que en cierto modo tendrían conexión con lo que desarrollaría en sala», sostiene García.

Sebastián Llovera, ganador de la edición 22 del Salón Jóvenes con FIA, presenta cómo la inteligencia artificial es capaz de generar nuevas formas a partir de un banco de imágenes preseleccionadas. «En este caso de machine learning (aprendizaje de la máquina), Sebastián estaba investigando sobre hongos y alimentó toda una base de datos y comenzó a manipular el sistema para que, a partir de eso, se crearan nuevas especies de hongos», comenta el curador, quien además sugiere el uso de teléfonos inteligentes para apreciar la realidad aumentada que esta obra ofrece.

«Todo lo que veas aquí, escanéalo», agrega Cemborain para referirse a unos códigos QR presentes en la obra de Ana Mosquera, artista venezolana reconocida con la Mención Carmen Cordovez Crespo en la edición del XVI Premio Eugenio Mendoza de la Sala Mendoza. Del trabajo de Mosquera para Serendipia>Instalar se aprecia un videoarte y un textil dispuestos por los curadores en diálogo con piezas de otros artistas.

Más adelante, se puede ver un estandarte de los años ochenta venezolanos: Intento de vuelo fallido, videoarte de Carlos Castillo. El artista y cineasta caraqueño tomó una cámara de video super8 y la lanzó desde lo más alto de Parque Central. De acuerdo con el curador, este video es una obra emblemática en la historia del arte venezolano. Y se encuentra reproducido en Espacio Monitor en distintos tiempos de caída. Además, lo acompaña el boceto de una experiencia sensorial y artística de los ochenta que simulaba, gracias a unos arneses, la caída.

Sin embargo, entre las obras, hay piezas de tecnología ya obsoleta. Esto, en parte, es un tema de archivo y coleccionismo. Sobre ello elabora la curadora: «Es que, de pronto, con una computadora generaste una obra que solo ese objeto podía generar, luego se te dañó; pero piensas que lo puedes arreglar, y luego tienes una computadora vieja. Así como la gente que colecciona carros muy viejos, uno es así con los objetos que usó». Por otro lado, la tecnología es vista hoy día por el mercadeo como algo nostálgico y se apela a ella por su valor sentimental más que utilitario.

El maestro Carlos Cruz-Diez, recuerda García, entre otras cosas, trabajaba con la serendipia, el hallazgo. Entonces, entre glitches, se encuentra la pieza Inducción al amarillo. Y sobre ella, una obra del artista plástico Pepe López dialoga con respecto al color con Cromointerferencia de narrativa, una obra de la exposición Scaperoomde Espacio Monitor. La instalación hablaba de la diáspora: «Él hizo esta obra en homenaje a Carlos Cruz-Diez y la representó con unos ganchos de ropa. Recuerda a cuando estás empacando todo para irte y eso queda», explica García.

Dianora Pérez, quien recibió la mención Artista Emergente de la Embajada de España en la XV edición del Premio Eugenio Mendoza, está presente con Operación Gedeón, obra realizada sobre baterías de celulares. Cuenta el curador que la artista tuvo acceso a los audios de las conversaciones que hubo durante la masacre a Óscar Pérez en 2018: «Son situaciones muy dramáticas. Dianora encriptó esos mensajes, esas conversaciones en estos residuos de desecho tecnológico», dice.

La exposición continua con una sección de pornografía implícita. Allí, por ejemplo, un bordado en cruz de un estereograma del artista zuliano Pedro Morales. Realizado a finales de 1980, los estereogramas son patrones que visualmente parecen abstractos, pero que, viéndolos al centro, y gracias a la fatiga visual,se forma una figura tridimensional de una imagen. En este caso es una imagen pornográfica de una pareja haciendo el amor.

Desaceleración fantasmática de la escritura. Luis Arroyo

Más adelante, comenta Cemborain que Muu Blanco trabaja con abstracciones sonoras en su arte. «Él es DJ, y reinterpreta obras de otros músicos, le pone su estilo. Entonces, nos presenta dos series de trabajo en un video de imágenes que se suceden. Esta serie tiene el trabajo de vectorización de pinturas de los grandes maestros. En su mayoría, Soto, Otero y Cruz-Diez. La otra serie de trabajo es de abstracciones paisajísticas. Allí, él con su teléfono induce el glitch a diferentes paisajes que son importantes para él», puntualiza la curadora.

En el medio de la sala se encuentran dos obras de Luis Arroyo. Ganador del premio Arturo Michelena en 2016, entre otras piezas, fue seleccionada una que formó parte de la muestra Traducciones. Se trata de libros fabricados a partir de encefalogramas de personas alteradas de un hospital psiquiátrico que datan de los años cincuenta y sesenta. Cemborain destaca la elaboración de las carátulas de los libros porque, aunque parezcan antiguas, las realizó Arroyo para la exposición de 2012. En ellas se lee el nombre de filósofos y pensadores que cambiaron la estructura política global. Además, y como una posible lectura, pareciera que habla sobre cómo la locura influye en la historia.

Entre los 36 artistas, se encuentra uno que José Luis García describe como inesperado. Se trata de Rafael Arteaga. La invitación para participar en Serendipia>Instalar lo impulsó a desarrollar un fallo tecnológico a partir de una obra reciente. Arteaga trabaja actualmente con la imagen estática, pero transformándola en una dinámica. De manera que, y como si fuesen los fotogramas de algo que realmente ocurrió, el artista ofreció su interpretación del glitch a través de pinturas.

El número de obras de Serendipia>Instalar es desconocido y seguirá aumentando. Hasta marzo de 2022 el público podrá visitar Espacio Monitor y replantearse definiciones y pensar en el arte contemporáneo. Sobre la experiencia, Luis Miguel La Corte, director de la galería, comenta que esta exposición está hecha para despertar la curiosidad del público: «Es la presentación de una cantidad de ideas plasmadas en obras de enorme interés. No dudo que para todo el mundo sea fascinante. La verdad es que en el país no estamos habituados a que este tipo de eventos ocurra por lo que es una sorpresa para la gente de cualquier edad», asegura.

Para el año que viene, adelanta José Luis García, lanzarán un portal web donde llevarán a cabo encuentros con artistas y donde serán alojadas obras para el mercado de las Non-Fungible Token (NFT) o valores no fungibles. Además, el curador comenta que quieren realizar encuentros interdisciplinarios relacionados con cine y música, así como conferencias y debates. Para saber más sobre la exposición, se puede seguir la cuenta oficial de Serendipia en Instagram @serendipiaglitch.

La Corte celebra el regreso de los visitantes a la galería, que estrena su nueva sede en Los Galpones. «Se trata de retomar las cosas tal como son. La vida vía internet, vía zoom es demasiado limitada. Nada como presenciar las cosas, conectar directamente con las obras, con los artistas. Eso no tiene precio», dice el director.

Y finaliza: «Espacio Monitor vive una redimensión muy acorde con la época. Las dificultades que hay en el país y en el mundo, en general, implican nuevas necesidades. Seguimos haciendo cosas como esta a pesar de que no tenemos un espacio tan grande. Pero yo estoy completamente satisfecho con algo como esto. Es solo un cambio de escala».

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