La propietaria de la casa clásica de Nueva York que pertenece a Carrie Bradshaw en la icónica serie Sex and the city está harta de que su vivienda sea un “destino turístico global” desde hace casi 30 años, y proyecta obstaculizar la entrada con una verja metálica para recuperar su “calidad de vida”.
La casa de cuatro pisos que se alza en el número 66 de Perry Street se parece a muchas otras del West Village, pero la legión de fans de la serie es capaz de distinguir la escalera de su entrada, por la que Carrie subió tantas veces con sus tacones Manolo Blahnik, y sigue acudiendo a admirarla.
“A cualquier hora del día o la noche, hay grupos de visitantes frente a la casa tomando fotos con flash, hablando en voz alta, publicando en redes sociales, haciendo videos de TikTok o simplemente celebrando el momento”, explicó la dueña en una carta sin firmar a las autoridades de conservación.