Uno de los creadores de contenidos para televisión de habla hispana más famosos del mundo es Roberto Gómez Bolaños, conocido como Chespirito. Sus productos hicieron reír a generaciones enteras en países como Argentina, Venezuela, Perú e incluso otros de población no hispanohablante como Brasil.
El hijo del comediante, Roberto Gómez Fernández, sorprendió al anunciar en Twitter la suspensión de los programas de iconos de la comedia mexicana: El Chavo del 8 y El Chapulín colorado.
“Aunque tristes por la decisión, mi familia y yo esperamos que pronto esté Chespirito en las pantallas del mundo. Seguiremos insistiendo y estoy seguro de que lo lograremos», escribió el heredero de Roberto Gómez Bolaños. Los motivos apuntan una disputa por los derechos de la serie que tendría Fernández con la empresa Televisa.
La cadena mexicana llegó a un acuerdo inicial con el comediante para continuar transmitiendo las emisiones en todo el mundo. Este se realizó con Grupo Chespirito, un ente creado en 2005 para comercializar los productos, además de la serie animada.
En 2014, cuando Gómez Bolaños murió, la empresa que lidera Emilio Azcárraga Jean comercializaba la marca de El Chavo, no solo la serie clásica, en empresas como Bimbo, McDonald’s, Barcel y Kellog’s.
El Grupo Chespirito tomaría fuerza una década después. Maca Rotter, quien fuera ejecutiva de Televisa Consumer Products, decidió crear su propia empresa, Panadería Licensing & Marketing, que promovería productos como El Chavo y El Chapulín en alianza con Grupo Televisa.
Sin embargo, el Grupo Chespirito, liderado por su hijo, decidió dar vuelta al tema y despedirse de cualquier alianza con Televisa en el área de productos para el consumidor. En 2017 les quitó el derecho de usar la imagen de los personajes de la serie, desde peluches, aplicaciones, discos y vestimenta.
En esa nueva etapa, Gómez Fernández anunció que acercaría las obras y personajes de su padre a las nuevas generaciones.
El acuerdo no implicó que Televisa cediera los derechos del programa clásico de El Chavo del 8, que según Forbes históricamente había aportado 1.700 millones de dólares a la empresa, suma que tanto Televisa como Roberto Gómez Fernández desmintieron en su momento.
La suspensión del programa, que se pausa luego de 47 años, parece obedecer a un cambio contractual en los acuerdos originales entre Grupo Televisa y Grupo Chespirito, este último dueño además de los guiones de las series.
Ambas empresas no han dado una declaración oficial, pero testigos aseguran que Televisa debía renovar contrato a finales de julio, lo cual no ocurrió.
Esta situación rompe con años de acuerdos entre Grupo Chespirito y Televisa, que incluso lucharon unidos en disputas contra actores que le dieron vida a personajes.
Uno de ellos, Carlos Villagrán, quien interpretó a Quico, tuvo que crear su carrera en Latinoamérica con el nombre Kiko. Por su parte, María Antonieta de las Nieves, La Chilindrina, entabló un juicio por el derecho a usar su personaje y llegó a un acuerdo, así que este no forma parte de la serie animada ni de otros productos.
La empresa Televisa ya no vio como un negocio rentable la transmisión de los programas creados por Roberto Gómez Bolaños, motivo por el que no se renovó el contrato con la familia del humorista, explicó Edgar Vivar.
“No se renovaron derechos”, aseguró Vivar
Edgar Vivar, actor reconocido por formar parte del universo creado por Chespirito con personajes como Ñoño y el señor Barriga, habló en un programa radial sobre el posible origen del desacuerdo.
«Roberto Gómez Bolaños tenía apalabrado, contrato de por medio, el usufructo de los derechos de los personajes y de su creación literaria hasta el 30 de julio de este año. Casi seis años después de su muerte y no se renovaron esos derechos, la empresa Televisa no quiso pagar», explicó Vivar, reseñó El Universal.
De acuerdo con Vivar, gracias a esto los derechos regresaron a los herederos, aunque no llegaron a un acuerdo con Televisa y todavía lo están hablando.
«Por un lado, pienso que esto es bueno porque va a dar oportunidad de renegociar algo, un negocio que le ha dado a la empresa Televisa muchísimos millones de dólares, muchísimo dinero que hablando por mí como intérprete y parte del programa gran parte de ese dinero nunca lo vimos nosotros», añadió.
Si bien Televisa sigue siendo dueño de todo el material grabado, de no renovarse el contrato se podrían realizar nuevos productos para otras televisoras o plataformas.
«Qué visión y qué inteligencia de Roberto de ponerle un plazo a esto», enfatizó Vivar.