«Qué ladilla». Esa expresión de hastío usada en la jerga venezolana es quizá la frase que más repiten los personajes de Dirección opuesta, sobre todo su protagonista, Eugenia Biancci, harta de la cotidianidad, de la crisis del país, de la ciudad, de los estudios, de sus padres, de sus amigos. «No quiero hacer nada», dice sin pena. No sabe qué hacer con su vida después de terminar bachillerato. Su versión adolescente es un recuerdo al que está obligada a regresar después de que un mensaje detone el recordatorio de un aniversario. A sus 30 años, en Roma, tendrá que volver a su pasado.
Alejandro Bellame es el director de la película, una de las que abrió la edición 17 del Festival de Cine Venezolano, que se inauguró el lunes. Sus 50 cupos se agotaron rápidamente en la plataforma Cine Mestizo. La película es una adaptación del exitoso libro Blue Label/Etiqueta Azul de Eduardo Sánchez Rugeles. Por esta obra el escritor recibió el Premio Iberoamericano Arturo Uslar Pietri en 2010. Más de 10.000 ejemplares se vendieron en el país, incluyendo la edición de Libros El Nacional y tres reimpresiones a cargo de Ediciones B. El libro fue llevado a Estados Unidos para público latino por el sello Sudaquia Editores y traducido al inglés por Turtle Point Press en 2018. También fue publicado por Kalathos.
Dirección Opuesta (2020)
Alejandro Bellame
Género ficción – 120 minutosProyección: Lunes, miércoles y viernes por 24h. Disponible en Cine Mestizo.
Si el libro es un viaje por Venezuela en búsqueda de los documentos que certifiquen que Eugenia es tan venezolana como francesa, la película es un viaje a la memoria. Eugenia —ahora italiana porque la coproducción con ese país permitió a la producción aplicar al fondo Ibermedia— cuida de Nora (Diana Volpe), quien le insiste que responda los mensajes que irrumpen en su día a día. En esa conversación comienza el regreso a su adolescencia en Caracas.
Escrita a cuatro manos con Rugeles, es la primera adaptación de Bellame, director de los filmes El tinte de la fama (2008) y El rumor de las piedras (2011). No descarta realizar otra adaptación si se le presenta la oportunidad, aunque reconoce que es más difícil, sobre todo por la comunidad que se creó alrededor del libro. «Al principio estaba temeroso. Cuando comenzamos a trabajar no conocía bien a Eduardo, porque el proceso podría resultar doloroso al hacer renuncias. Yo estaba midiendo hasta dónde podía vulnerar ese punto de honor. En el proceso nos dimos cuenta de que ambos estábamos alineados en el deseo de hacer cine. La novela tiene unos grandes personajes. Había que conservar eso y variar algo la estructura dramática y temporal», dice Bellame desde Italia, donde reside desde 2019.
También fue el primer guion de Sanchéz Rugeles. Ya en 2021 tiene dos adaptaciones de sus libros a la pantalla grande en proceso: Jezabel, que dirige Hernán Jabes y Liubliana, a cargo de Héctor Palma. Incluso, colaboró en una historia original que se estrenó en el Festival de Cine de Málaga el mes pasado, Las consecuencias, de la directora venezolana Claudia Pinto.
Dirección opuesta cuenta en dos horas la historia de una juventud desenfadada, que nada espera —ni quiere esperar— del país. El presente cansa, el futuro también, pero es más prometedor si consigues cruzar las fronteras. En una reunión de amigos, un joven señala Tanzania como su lugar de destino. «¿Qué hay en Tanzania?», le preguntan. No sabe, pero todos coinciden: «Nada puede ser peor que esto», refiriéndose al país.
Claudia Rojas, actriz destacada en teatro, cine y televisión, interpreta a Eugenia Biancci en sus 30 y de adolescente. Etapas muy diferentes entre sí. Aplicó al casting y no quedó en un principio, pero después de que María Gabriela de Faría saliera de la producción por un compromiso laboral con Netflix, se incorporó rápidamente. Christian González interpreta a Luis Tévez, un chamo que en la película trabaja en la biblioteca a la que van después del colegio. Habla de Simón Bolívar y de historia sin endiosamientos.
El Tévez de la película es distinto al del libro en cuanto a gustos musicales: ya no admira a Bob Dylan, pero sí a Cayayo Troconis. Para él es «un duro». Los derechos por la música del artista estadounidense ganador del Premio Nobel de Literatura 2016 resultaron demasiado costosos para la producción. La familia de Carlos Eduardo Troconis cedió dos canciones inéditas: «Dirección opuesta» (que le da el nombre a la película) y «Alma perpetua». La posibilidad de publicar la banda sonora del filme es una idea con la que la producción fantasea, pero no hay nada concreto.
Erick Palacios debuta en el cine con Vadier, un personaje excéntrico, impertinente a veces, que piensa poco lo que dice. Acompaña a Eugenia y Luis en el viaje. Edmary Fuentes ya tenía participaciones en cortometrajes y series de televisión. Interpreta a Titina, la amiga más cercana de Luis y tiene su propio pesar, suficiente para que le haga una recomendación a Eugenia: «Vivir es de pinga. Vive, chamita, vive».
Más allá del desdén general con el que se expresan sus personajes, («El país siempre fue un verguero, ¿de qué otra forma podía terminar», señala Luis en la carretera) una cadena de televisión pone el contexto de la película. Se escucha al expresidente Hugo Chávez (1999-2013) en aquel soberbio discurso en el que anunció el fin de la concesión de RCTV.
La adaptación mantiene la esencia del libro. En el texto Eugenia escribe sus memorias y se las dedica a Cristina Bárcenas (Titina) y a Luis Tévez. En la película está obligada a recordar el viaje de Semana Santa que hizo con un joven que ya no forma parte de su vida. El crítico literario Miguel Gomes dijo sobre las novelas de Sánchez Rugeles que «sus historias fluyen no como ríos, sino como sistemas hidrográficos; en ellos las diversas anécdotas se entreveran y tejen sus cursos». A su modo y con lo que permite el discurso audiovisual, la película también se teje entre tres líneas: el presente de Eugenia en Roma, un monólogo adolescente y sus recuerdos.
«La película se parece mucho a lo que teníamos en mente desde que empezamos a escribir el guion. Siempre fuimos muy conscientes de que no teníamos los recursos para hacer lo que hubiésemos querido, pero lo que hicimos fue adaptarnos a la expectativa. Desde el guion nuestro trabajo fue adaptarnos a lo que sabíamos que podíamos hacer. Uno es el peor espectador de su propio trabajo, no tienes objetividad para apreciarlo; es la maldición de los directores. Apartando esa condición, quedé satisfecho con todo el trabajo colectivo», agrega Bellame.
En realidad, se siente satisfecho con su trabajo como realizador: «El tinte de la fama no tuvo suerte ni en taquilla ni en festivales. Con el paso del tiempo se ha convertido es una especie de mito urbano, algo que se menciona muchas veces, pero que poca gente ha visto. El rumor de las piedras ya fue una película más madura y con más presupuesto. También con mejores resultados en público, ventas y festivales. Yo creo que todas las películas tienen un gran compromiso de mi parte».
Dirección opuesta era una película muy esperada y que costó mucho levantar. No solo en lo económico, sino también ya iniciada la producción. Las grabaciones en Mérida fueron complicadas. Parte del equipo se enfermó, incluyendo el propio director. «Fue muy duro por las condiciones naturales, el frío. Recuerdo que Christian rodó algunas escenas constipado. Hasta yo me sentía muy mal, pero seguíamos adelante. Fueron momentos muy difíciles. Del resto, fue el disfrute de trabajar con los actores, el trabajo en equipo, comprometido e intenso; una gran fraternidad», cuenta Bellame. También grabaron en Altamira de Cáceres, Barinitas, Calderas, Boconoito, Acarigua y Caracas.
Las complicaciones también alcanzaron su estreno. Debutó el año pasado en el Festival de Cinequest en San José, California (Estados Unidos), pero poco después fue cancelado por la pandemia de covid-19. Bellame indica que suspendieron la inscripción en festivales a partir de ese momento. «La gran mayoría había decidido pasar a la modalidad online y sentimos que no tenía mucho sentido, porque si algo bueno tienen los festivales es precisamente la posibilidad de confrontar de manera presencial, también la posibilidad de hacer contactos para ventas, otros proyectos… Teníamos expectativas de que la situación pudiera controlarse rápido».
Pero el tiempo fue pasando y la película ya había sido presentada. Retomaron las postulaciones y regresaron en abril como parte de la selección del Festival de Cine Latino de Chicago, en el que obtuvieron el tercer lugar de los Audience Choice Awards (Premio del Público), en abril de 2021.
«El mercado está cambiando radicalmente. Hay muchas películas que se quedaron sin reservas. Pareciera que va más por el cine de género, lo nuevo. Hay que diagnosticar y tratar de entender hacia dónde va el mercado. Las plataformas se fortalecieron en la pandemia y eso ha hecho que todo sea una especie de revolución en la que hay que entender para continuar», comenta Bellame.
Pronto, dice el director, habrá más noticias del trayecto que continuará la película. Su futuro en las salas comerciales del país aún está por verse, las condiciones impuestas por la pandemia —que aún está presente en el país, donde no existe hasta ahora un plan de vacunación— determinarán cuál será la fecha indicada para su estreno. En redes sociales el escritor Eduardo Sánchez Rugeles comentó que el filme llegará a las salas en diciembre.