Aunque han pasado muchos años desde que Carmen Sevilla se retiró de la vida pública hasta su muerte, esta misma semana, a los 92 años de edad, la historia de la novia de España está escrita a base de importantes y exitosos títulos de la industria del cine. Desde la década de 1950 y hasta 1980, la artista trabajó en incontables películas, siendo musa del séptimo arte español junto con otras estrellas de la época como Paquita Rico, Marisol o Lola Flores.
A pesar de que el éxito de la artista podía haber sido internacional, de haber aceptado un contrato en Hollywood que optó por rechazar por el idioma y la distancia, su trabajo durante tantos años permitió a Carmen amasar una enorme fortuna. Además de sus ingresos como artista consagrada, hay que recordar que el matrimonio de la sevillana con Augusto Algueró duró 13 años, entre 1961 y 1974, y fue una de las etapas de mayor éxito del compositor. Unidos sus ingresos, la pareja se consagró como una de las más pudientes del momento. Un éxito económico que terminó prácticamente a la vez que su historia de amor.
Tras ese divorcio y convertida en madre de su único hijo y ahora heredero universal, Augusto Algueró hijo, Carmen Sevilla se enamoró de Vicente Patuel, por el que dejó su vida de lujos y se retiró a una finca extremeña. Una etapa marcada por la felicidad de la artista, por sus archiconocidas ovejitas y también por sus primeras dificultades económicas. Ese retiro supuso un «pozo sin fondo» del que solo lograron recuperarse vendiendo la exclusiva de su boda. Tras este paso, la pareja vendió también una finca y Carmen volvió a la televisión de la mano del Telecupón, por el que ingresaba 300.000 pesetas cada día de emisión.
Recuperada económicamente y volviendo a manejar grandes cantidades de dinero, Sevilla compró un piso en Madrid, un ático en Marbella y numerosas joyas y obras de arte. En el año 2000 Vicente Patuel murió y al enviudar Carmen decidió vender la última finca que poseían juntos. Tras el Telecupón llegó Cine de Barrio, programa por el que se ha publicado que llegó a cobrar 24.000 euros semanales. Ese fue ese su último trabajo para el público.
Han pasado 12 años desde que la famosa actriz apareció por última vez en el programa de cine clásico. Más de una década en la que el hermetismo sobre todo lo referente a ella ha sido absoluto, siendo el dato de su ingreso en una residencia el único con el que se contaba. Una larguísima temporada en la que se desconoce qué ha pasado con sus pertenencias y efectivo, más allá de presuponerse que el desembolso por tantos años en una de las mejores residencias del país podría haber mermado su patrimonio. Pero si de algo no cabe duda es que su hijo tendrá, a partir de ahora, el poder para administrar y gestionar todo lo que con tanto trabajo su madre ganó a lo largo de su vida.