Interpretó a dos de los héroes audiovisuales más exitosos de los últimos tiempos: el Neo de Matrix y el asesino imparable de John Wick, y ahora se dispone a ponerle la cara y el cuerpo a su propia creación. En el doble rol de guionista y protagonista, Keanu Reeves debuta en el mundo impreso del cómic en octubre, con la aparición de BRZRKR (debe leerse «berserker», como se conocía a los guerreros vikingos que combatían semidesnudos y cubiertos de pieles). Esta maxiserie de 12 entregas fue coescrita por Matt Kindt y dibujada por Alessandro Vitti, 2 veteranos del noveno arte con larga experiencia en DC Comics, Marvel y Dark Horse, entre otras editoriales norteamericanas.
«Soy fanático de las historietas desde chico y han sido, siempre, una significativa influencia en mi carrera. Tener el chance de crear BRZRKR y poder colaborar con estas leyendas de la industria es un sueño hecho realidad», aseguró Reeves, que en 2005 protagonizó Constantine, fallida adaptación del cómic gótico Hellblazer de la DC. Como en la recién estrenada en Netflix La vieja guardia, también basada en una novela gráfica, el personaje central de BRZRKR es un guerrero inmortal que libra sus batallas personales, mientras busca la posible redención de la muerte.
«No sabe quién es -adelantó la estrella de Hollywood sobre el personaje-. Solo sabe que nació hace 80.000 años, es hijo de un dios de la guerra y es mitad mortal-mitad deidad. Ha estado peleando por siglos debido a la compulsión hacia la violencia de su padre. Es brutal y mortífero, pero carga el pathos espiritual de un hombre atrapado por las respuestas que no tiene».
Perfecta máquina de matar, el berzerker fue sumando habilidades bélicas en cada uno de los conflictos armados conocidos, aprendiendo también a esconderse entre los pliegues de la historia para que nadie pueda reconocerlo. «Finge su muerte y sigue adelante -contó Reeves-. Cuando los lectores lo encuentran por primera vez, está ‘escondido’ en EE UU, operando como agente encubierto del gobierno en misiones peligrosas y de dudosa legalidad. Lo hace a cambio de ayuda para descubrir su verdadero origen y la naturaleza de sus cualidades sobrehumanas, mientras busca una forma de liberarse de esa maldición. Por supuesto, ambas partes tienen motivos ulteriores que el otro desconoce».
«Guardado» en Berlín por el parate en la filmación de Matrix 4 debido a la pandemia de covid-19, Reeves aprovechó el tiempo para terminar el guion de BRZRKR en largas charlas vía Skype con su coequiper Matt Kindt. «Además de diseñar el perfil de cada personaje, Keanu aportó toda su creatividad a las escenas de acción del cómic -confió Kindt-. Y ha sido muy generoso conmigo, permitiéndome incorporar a la trama mi fascinación por la historia, las conspiraciones y el espionaje, así como una estructura narrativa fragmentada» que cierra con un final sorpresa y explosivo.
Duro y estoico, sórdido y visceral, habitado por cierto pesimismo existencial que se traduce en un ácido sentido del humor que lo protege del exterior, pero también lo aísla del resto del mundo. Esas son algunas de las características del Berzerker que convencieron a Matt Gagnon, editor en jefe de Boom! Comics, de publicar el debut historietístico de Keanu Reeves. «Trabajar con él ha sido inmensamente satisfactorio -contó Gagnon-. Tiene instintos creativos excepcionales, una profunda sabiduría sobre la naturaleza humana y la habilidad narrativa para captar la emoción y comunicarla con sensibilidad e inteligencia. Todo eso hace de Keanu una real fuerza inspiradora».
Convencido de la calidad de BRZRKR, Gagnon logró sellar un preacuerdo con Netflix destinado a su futura adaptación para la pantalla, con la posibilidad cierta (y obvia) del protagónico a cargo de Reeves. «Si no soy yo, no importa; cualquier otro puede hacerlo. Porque lo relevante son los temas que toca el cómic: la relación entre violencia, moral y ética», concluyó el actor.
El último eslabón de una larga cadena
Desde el principio de los tiempos, la historieta y el cine estadounidenses vienen prestándose figuritas con intenciones comerciales. Primero fueron los guiones, después los personajes y, por último, las celebridades del star-system de Hollywood. John Wayne, Alan Ladd, Bob Hope, Jerry Lewis y Chuck Norris, entre otras figuras taquilleras, se transformaron en protagonistas de sus propios cómics.
En los últimos años, la tendencia editorial llevó a que los actores escribieran las peripecias de sus alter-egos historietísticos, con un ojo puesto en sus fanáticos seguidores y otro en el interés de los grandes estudios fílmicos. Nicolas Cage probó suerte con la novela gráfica de terror Voodoo Child (2006), Rosario Dawson con el drama forense-sobrenatural Occult Crime Taskforce (2006) y Samuel L. Jackson con el policial fantacientífico Cold Space (2010), pero ninguno pudo saltar del papel al celuloide. De lograr su desembarco en Netflix, el BRZRKR de Keanu Reeves podría ser el primero de una larga lista.