ENTRETENIMIENTO

Julian Marley & The Wailers revivieron el legado de Bob Marley

por Avatar Karem González

Es la viva imagen de su padre. Bob Marley dejó 11 hijos reconocidos. Ziggy y Julian siempre fueron los más parecidos físicamente a su progenitor.

Cuando este último pisó el escenario de la Concha Acústica de Bello Monte, en Caracas, el viernes 10 de mayo, algo quedaba claro: si el cantante, músico y compositor jamaiquino, leyenda del reggae, estuviese vivo, se vería exactamente igual a su hijo.

Concierto Julian Marley The Wailers Caracas

Foto Ezequiel Carías  (con el Samsung Galaxy S24 Ultra)

«¡Venezuela!» fue la primera palabra que salió de la boca de Julian Ricardo Marley Pounder en tarima. Eran las 8:30 en punto. No gritaba ni hablaba demasiado. No en principio. Se refugiaba cómodamente en monosílabos, peace, love, unity, people, teñidos de un peculiar acento creole jamaiquino para afianzar su mensaje. Como su padre, prefería comunicarse a través de la música, del espíritu.

Vestido todo de jean y con mocasines negros, nunca se cambió durante la presentación, actuaba como marioneta de los sonidos que se escuchaban en el anfiteatro, los grandes éxitos de Bob Marley.

Comenzó con «Rastaman vibration». Cerraba los ojos y se entregaba a mover con soltura sus largos dreadlocks. Bailaba al son de todo y nada, la coordinación parecía no ser lo importante. Sentir, fluir, sí. Ritmos espasmódicos lo acompañaban mientras continuaba su viaje por canciones emblemáticas como «Revolution», «Bellyful», «Running away / Crazybalhead» y «Slave driver».

Concierto Julian Marley The Wailers Caracas

Julian Marley es la imagen viva de su padre Bob | Foto Ezequiel Carías

Al cabo de media hora, mucho más cómodo, de su pecho y garganta comenzaban a salir típicos «Waaah yuh!», bramidos o llamados de atención entre canciones que fueron repetidos por el público cómplice. Pero las 5.000 personas -tal vez más según la casa productora- que se congregaron en la Concha Acústica se hicieron notar verdaderamente cuando los primeros acordes de «No woman, no cry» comenzaron a sonar.

«Love, love is the message. That’s all», dijo Julian quien prefería seguir cerrando los ojos y dejándose llevar por el coreo incesante de la fanaticada. Sonreía mucho. Y se divertía.

¿Eso fue todo?

«Zimbabwe», «Stir it up», «Is this love», «Lively up yourself», «Three little birds» y «One love» marcarían el final de un concierto que se despidió a tan solo una hora de haber comenzado. Para muchos, muy poco tiempo. Faltaban muchos más temas.

«Thank you, Venezuela», se despidió un emocionado Marley junto con su banda. Todos desapareciendo rápidamente del escenario.

«Otra, otra, otra», se quejaba el público. Se negaban a retirarse aún del recinto. Al cabo de 10 minutos y un falso final, Julian Marley regresó, pero esta vez solo en compañía de Donald Kinsey, legendario guitarrista de The Wailers, para interpretar «Redemption song» en acústico.

Concierto Julian Marley The Wailers Caracas

El guitarrista de The Wailers sostuvo la noche con su impresionante forma de tocar guitarra

Con las emociones puestas a prueba y una marea de personas que se dividía entre llorar, cantar o abrazarse, el show continuó con la interpretación de otros éxitos entre los que destacaron «Get up, stand up», «Jamming», «Exodus» y «Let’s get together».

Marcadas casi las 11:00 pm y volviendo a dar las gracias por la receptividad y el cariño recibido, el hijo del mítico Bob Marley y la banda que alguna vez lideró se despidieron dejando un sabor agridulce entre los presentes, quienes seguían queriendo más música. Más soul y reggae.

«Julian lleva el legado directo de su padre más que cualquier otro hijo», comentaban entre el público. «Todos siguen el legado de una forma u otra; Damian con un nuevo estilo, Ziggy a su manera, Rohan en una industria diferente, pero Julian literalmente encarna la propia energía de Bob y la mantiene. Él lo personifica», continuaban.

«Es difícil describirlo, pero tiene algo que tenía su padre. Puedes sentir su presencia en el escenario. Estoy seguro de que Bob estuvo en Caracas esta noche en espíritu», le dijo otro de los asistentes, visiblemente emocionado, a su pareja. Hacía más de 30 años tuvo la oportunidad de verlo en vivo en concierto.

Concierto Julian Marley The Wailers Caracas

Alrededor de 5.000 personas, aproximadamente, formaron parte de la experiencia

The Wailers

Bob Marley and The Wailers grabaron, giraron e hicieron historia juntos entre 1972 y 1981. De hecho, fue el propio Bob quien solicitó que se mantuvieran unidos siempre. Hoy, como parte de la gira mundial que conmemora el 40 aniversario del álbum Legend, continúan con la misión miembros legítimos, hijos de leyendas y una gran cantidad de músicos talentosos.

Destacan Aston Barrett Jr., que figura en la batería que dejó su tío, Carlton ‘Carly’ Barrett. El guitarrista Donald Kinsey acompañado por Wendel ‘Junior Jazz’ Ferraro, dándole forma a una identidad sonora clásica.

Owen ‘Dreadie’ Reid, de la banda Uprising de Julian Marley y exalumno de Familyman, y Andrés Lopez (Albrosie, Lutan Fyah) quienes añaden aún más calidad a la alineación que se presentó este viernes en Caracas y que también incluye al más joven de la formación inicial de la banda, Tyrone Downie.

Las coristas de Julian Marley y la banda se robaron piropos y miradas durante la noche | Foto Ezequiel Carías (con el Samsung Galaxy S23 Ultra)

Anne-Marie Thompson y Tamara Barnes, en los coros, se llevaron aplausos y silbidos de aprobación no solo por ser las únicas mujeres sobre el escenario, ondeando sus vestidos blancos y las hermosas cuentas tradicionales que le servían como collar, sino por el acompañamiento y la sensibilidad que aportaron a cada una de las piezas interpretadas por Julian.

The Wailers brilló con luz propia. Y así también lo hizo durante su presentación Kemawan, agrupación de reggae/rock de origen venezolano, quienes abrieron el espectáculo.

Kemawan

A pesar de haber tocado ante una Concha Acústica que apenas había ocupado en un 30% su capacidad, a las 7:00 pm, sus juegos de luces multicolores en amarillo, rojo y verde (no aptos para ojos fotosensibles), calentaron motores entre los asistentes, quienes iban llegando poco a poco hasta sus ubicaciones.

En algún momento se pensó que el lugar no se llenaría. Pero a medida que fue pasando la noche, y paseándose entre sus temas más conocidos, Kemawan -durante su hora de presentación- se convirtió en una buena antesala para lo que vendría que, en palabras de la vocalista, «es la más pura forma de arte y cultura».

Vocalista de Kemawan en plena faena | Foto Ezequiel Carías

Legión de fanáticos

Las entradas tenían un costo de 125 dólares en VIP, 85 las platinium y 55 las generales, algo que, para algunos, les parecíó excesivo. «Pero es un show que lo vale, estaremos en frente de una leyenda», señaló Diego Toth quien, con 23 años, artista y productor musical.

Parecía que la idea de que el género es de nicho regiría el concierto. «En Venezuela existió una gran movida de reggae durante mucho tiempo», señaló otro encuestado que prefirió no decir su nombre. «Pero la comunidad se ha reducido. Por eso, que existan estos shows de nuevo, es una señal de que sigue estando vivo el interés por la buena música», destacó.

Concierto Julian Marley The Wailers Caracas

Foto Ezequiel Carías

Con sus dreadlocks casi tocando el piso, el joven que apenas pisaba los 30 años, fumaba tranquilamente un cigarro de Mary Jane, o weed, como es conocida la planta natural. El distintivo olor llegaba a mezclarse con el de las hamburguesas y la parrilla que preparaban justo en la entrada, en los foodtrucks de comida. Y nunca desapareció.

El estilo rastafari del chico, por su parte, supondría una dominación del espacio entre hombres y mujeres que asistieron al espectáculo. Paradójicamente, no fue el caso. La generación conocida como boomer, gran mayoría, se abrió cabida entre la Gen Z, que le seguía en número. Los millenials eran contados; sin embargo, todos coincidirían en una cosa. Esa noche, respirarían, sentirían y se conectarían con la misma vibra: mucha paz, mucho amor y mucho reggae.

Concierto Julian Marley The Wailers Caracas

Foto Ezequiel Carias (con el Samsung Galaxy S24 Ultras)