El gestor cultural, productor y dramaturgo Juan Carlos Duque llegó a la presidencia del Centro Cultural Chacao (CCCH) en el momento indicado. Antes de asumir el cargo, le ofrecieron varias veces en el pasado dirigir el recinto que cuenta con la Sala Experimental Raúl Delgado Estévez, dos salas de teatro, la galería de arte La Caja, varias salas de ensayo y diversas áreas de usos múltiples. Lo consideraban la persona idónea para el puesto por su experiencia como productor, asegura el también creador de contenidos en redes sociales. Sin embargo, debido a sus estudios y trabajo en el exterior no pudo asumir la responsabilidad. Hasta ahora.
Egresado de la especialización de Publicidad y Mercadeo de Comunicación Social en la Universidad Santa María, Duque, hermano del alcalde Chacao, Gustavo Duque, cuenta con 5 años de experiencia como productor en Unión Radio. Trabajó 15 años en Venevisión donde produjo diferentes programas, desde política hasta ¡Sálvese quien pueda! Como dramaturgo ha escrito más de 30 textos que ha presentado en el país y fuera de él. Durante ocho años trabajó en en Miami, Estados Unidos, como productor en programas como Master Chef. También fue productor ejecutivo de programas de espectáculos en EVTV Miami hasta que decidió regresar a Venezuela a finales de 2022.
«Una de las cosas que tenía en mente era apoyar a mi hermano Gustavo Duque en su gestión como alcalde del Municipio Chacao. Ese año presenté algunas obras en el teatro en el CCCH como el monólogo No soy loca, soy bipolar. Decidí también hacer un musical grande llamado Scrooge, un cuento de navidad de Charles Dickens. Finalmente, se presentó la situación del cambio de presidente del recinto a finales de 2023″, cuenta. Y pasa así, rápido, por su parentesco, evitando detenerse en él.
En ese momento, Duque estaba en el país después de haber estado en Madrid, España, donde hizo un curso en la Universidad Complutense de Madrid sobre gestión cultural. Se dijo a sí mismo: «¿por qué no?». Y aceptó la oportunidad dispuesto a llevar al CCCH al nivel de los grandes teatros internacionales. «Para asumir este tipo de cargo es importante tener la empatía de un productor cuando ya ha trabajado y sabe los requerimientos del teatro. Gracias a mi experiencia soy respetado y escuchado en el gremio, además tengo acceso a muchos productores que son mis amigos», comenta.
Para Duque, el tiempo de Dios es perfecto. Su nuevo cargo como presidente del CCCH lo asume con seriedad y se muestra agradecido con el grupo de profesionales con los que trabajará para reactivar el recinto, sobre todo a nivel artístico. «Sabemos que este es un teatro que depende también de la alcaldía pero queremos, de alguna forma, librarnos de ese tono tan institucional que se ha manejado siempre, que también por una época fue algo elitesco. Queremos que sea un espacio en el que todo el mundo se identifique, en el que quiera estar y compartir», afirma.
Reconocer debilidades y ser modernos
Juan Carlos Duque apuesta por una gestión moderna basada, sobre todo, en su experiencia y trabajos previos. Su foco: pensar en el público más que en la élite y los críticos aunque asegura que en el recinto todos serán bienvenidos. Su meta principal es convertir el CCCH en un lugar amable en el que todos se sientan cómodos y puedan disfrutar de un espacio para el encuentro y la tertulia. «Un lugar al que quieran venir no sólo a ver teatro, sino que vengan porque les provoca estar aquí. Quiero que sea el sitio en el que público sepa que se va a conseguir a los artistas, un lugar de encuentro como en algún momento fue el Ateneo de Caracas», confiesa.
Para lograrlo, Duque asegura que lo primero es determinar lo que hace falta mejorar y que esos cambios se vean rápido. «Le he dicho a mi equipo que vamos a toda velocidad y que tienen que correr conmigo. Para lograr esos objetivos necesitas que haya armonía y que todos estén sintonizados en una misma línea». En ese sentido recibió una gran respuesta del equipo: 70 personas que trabajan en el CCCH, entre personal administrativo, mantenimiento y técnicos, dispuestos a reactivar el recinto.
El CCCH, dice Duque, es un lugar privilegiado en cuanto a estructura, ubicación, incluso personal. Pero el centro cultural no escapó de la fuerte crisis que vivió el gremio cultural desde la pandemia, una emergencia sanitaria que se sumó a la difícil situación que atravesaba el país. «Poco a poco nos hemos recuperado de esa crisis que aquí fue doble, hay que ir conociendo de nuevo al público. Tenemos que reconocer que también mucha gente se fue y los que emigraron muchos eran parte de nuestro público. Poco a poco siento que el teatro ha ido levantando la cabeza, los años anteriores han sido de una resucitación de la cultura en nuestro país».
Como parte de su gestión, Duque realizó junto a su equipo trabajos de marketing para conocer las debilidades y trabajarlas, enfocados en mejorar la experiencia del público. «Una de las debilidades es el estacionamiento. Estamos hablando con estacionamientos de edificios aledaños para que el público pueda dejar sus carros. También estamos hablando con una compañía de valet parking. Hemos ido analizando y hablando sobre el proceso de teatro para mejorar la experiencia».
Duque recibe un teatro que, a pesar de las vicisitudes en el país y en el mundo, logró mantenerse en pie luego de haber estado cerrado gran parte del año pasado por cambios administrativos. Reconoce el esfuerzo del grupo de personas que están dispuestas a continuar trabajando en pro de la cultura y afirma que lo importante, ahora, es reforzar la parte artística. «Queremos que se presenten espectáculos siempre. Que el público siempre tenga una alternativa, si no es teatro, ofrecer una exposición, una película, un curso o simplemente que vengan a tomarse un café o un vino. Son muchas las cosas que se pueden hacer. Estamos enfocados en levantar esta institución y convertirla en referencia. Queremos que el CCCH también salga a la calle y la tome, intervenirla. Convertir la calle frente al teatro en una referencia y que sea el distrito del arte en nuestra ciudad. Que nuestra calle del CCCH sea el distrito del arte de Caracas».
Todos son bienvenidos
Hacer teatro, gestionarlo y vivir de las artes en general es un oficio que, en palabras de Duque, solo pueden cumplir aquellos que realmente aman lo que hacen. Los recintos culturales, como el CCCH, tienen que ser administrador por los mismos artistas porque, en su opinión, ellos son las únicas personas que están dispuestas a hacer sacrificios para mantenerlo a flote. Es una labor, asegura, que implica demasiados sacrificios para «mantener el bote a flote».
«Sabemos cuáles son las penurias que puede traer consigo vivir de la cultura aunque no soy de los que cree que amor al arte no dura. Para mí el arte puede ser tan comercial como cualquier otra empresa. Siento que precisamente se debe gestionar y quitar esa mentalidad de que los teatreros somos pobres, conformistas y que debemos aceptar lo poco que se gana, o no ganar nada, porque hacemos lo que nos gusta. Yo pienso que trabajando, gestionando y haciendo una gestión eficaz se pueden lograr alianzas incluso con la empresa privada para poder gestionar una institución como esta y convertirla en una empresa eficiente y hasta autónoma. Convertirnos en una de las instituciones de la cultura más importantes en el mundo y en Venezuela», reflexiona Juan Carlos Duque.
Así, guiado por el pensamiento de hacer rentable la cultura y lograr que se reconozca el CCCH como una institución a la altura, Duque comenzó su gestión con la visión de convertirlo un espacio integral. Que siempre haya una alternativa para el público los fines de semana esa es una de las metas que asume sin descartar la posibilidad de alquilar los espacios a empresas para eventos corporativos.
«Queremos que haya diferentes ofertas y ofrecerles el espacio a las compañías, estamos abiertas a todas. La única con la que estamos casados es con la orquesta sinfónica de Chacao que ensaya aquí», comenta. A propósito de la orquesta, en su gestión también se planteó reactivar los conciertos sinfónicos en el teatro al que definió como su espacio natural. «Todo el proceso de rescate que se ha realizado con el presidente de Cultura Chacao, Erser Sayas. La Orquesta Sinfónica de Chacao va a dar frutos este año», asegura.
Variada programación
Ha pasado poco más de un mes y Juan Carlos Duque asegura que ya tiene muy avanzada la programación del Centro Cultural Chacao para este 2024. La respuesta del gremio de productores, cuenta, fue muy positiva. «Tuve incluso que detenerme porque ya se me iban a acabar las fechas y quería dar opciones a otros espectáculos que pudieran aparecer. Sabemos que es un año que seguimos con la gestión de Gustavo Duque. Pero también sabemos que vienen unas elecciones, aunque no tenemos fecha. A pesar de eso, hemos podido avanzar muchísimo», comenta.
En la programación se contemplan espectáculos con estrellas de la televisión y el teatro venezolano. El año inició con el estreno de Mimí Lazo Producciones y la obra Tequila o ron. Continúa, actualmente, con el ciclo de conversatorios Historias de éxito, que se estrenó con Cristi Espinoza y Yulma García. El espacio está dedicado a realzar el talento y dar un mensaje positivo sobre los trabajadores venezolanos.
El 14 de febrero se presentó un espectáculo temático del Día de San Valentín, Inolvidable, junto a vocalistas que interpretaron canciones románticas. En cartelera está la obra Esperando al italiano, protagonizada por Hilda Abrahamz, Caridad Canelón, Carolina Perpetuo y Tania Sarabia. «Tendremos el regreso exclusivo de Perpetuo, quien viene al país después de 10 años», comenta Duque.
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Al calendario se le suma también el estreno de la obra de Hilda Abrahamz, Hasta que la muerte nos separe, junto a Jean Carlo Simancas. El 8 de marzo se presentará otra obra de Mimí Lazo, Mi sexta boda, escrita por Mónica Montañés, una fecha especial porque es el Día de la mujer. «Tendremos una producción de Elaiza Gil, vuelve a la actuación con una actuación del texto de La hora menguada, de Rómulo Gallegos. También vienen musicales, la nueva producción de Sonia Villamizar, Si o no, protagonizada por María Antonieta Duque, Aroldo Betancourt y la propia Sonia, dirigidos por Jean Carlo Simancas».
Se contemplan conciertos de la Orquesta Sinfónica de Chacao y la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho. «Además contaremos con ciclos de películas y cineforos. Varios premios se van a entregar aquí y por supuesto vienen muchos conciertos de artistas que ya confirmaremos próximamente», señala el presidente que quiere convertir al CCCH en un lugar de formación. Su meta es dar talleres e incluso asociarse con algunas universidades o institutos de educación.
El gran espectáculo de este año, opina Juan Carlos Duque, dependerá de los gustos del público. Explica: «Hay quienes están muy ansiosos por el nuevo estreno de la obra de Mimí Lazo, otros están pendientes de la obra de Elaiza. También se nos ha preguntado mucho por un musical que se presentará en mayo. Yo todavía no he querido revelar cuál es, pero es muy importante. Creo que podría ser de lo mejor del año con una productora muy importante de musicales en este país. Depende de los gustos de cada quien, dependerá del público cuál será el más grande del año».
En la programación también se contempla el estreno de Blancanieves de la mano de la escuela de Ballet de las Américas. El espectáculo contará con alrededor de 100 actores en escena, con fecha a anunciar. También habrá eventos de moda y celebraciones como las del Grupo Teja por sus 50 años de trayectoria. Lo hará con una obra original de José Simón Escalona titulada Marineros, protagonizada por Javier Vidal.
También los Vidal-Restifo traerán al CCCH su estreno del año con una obra sobre un encuentro entre Armado Reverón y Margot Benacerraf. «Eso va a ser para el último trimestre del año. Tenemos mucha programación y para todos los gustos», insiste. Juan Carlos Duque sueña con un espectáculo como El Rey león de Disney o Mamma Mía. También le encantaría traer artistas internacionales para dar conferencias, entre ellos, Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro.
Precios accesibles
A Juan Carlos Duque no le es ajena la fuerte crisis de taquilla que han enfrentado los recintos culturales en el país. Ante la situación que preocupa al gremio, Duque planea aplicar una promoción atractiva y constante, en medios de comunicación y redes sociales, de los espectáculos como parte de su gestión. «Redactaremos planes de marketing que logren atender a nuestro nicho, saber qué quiere ver el público y ofrecer esos espectáculos, sobre todo ofrecer calidad».
En la sala de teatro del CCCH caben más de 500 personas. La gestión de una sala de esas dimensiones es un negocio. No todos los espectáculos pueden llenarla. «Para eso tenemos la alternativa de alquilar media sala o reducir el espacio para espectáculos menores. Tenemos otra sala para otros tipos de espectáculos con menor aforo, La Viga. Queremos que esa sea un espacio de trabajo y expresión artística de jóvenes, para jóvenes. Sobre todo porque es de difícil acceso para los adultos mayores y queda tres pisos abajo. Eso igual lo vamos a solucionar en algún momento», comenta.
En cuanto a la crisis insiste en que se deben ofrecer espectáculos de calidad, bien promocionados y no excederse en los precios del boleto. Además, insiste en respetar el hecho de que el productor debe ganar para que le pueda ir bien y volver al teatro. Para lograrlo confía en su experiencia. Duque afirma que todo lo que ha hecho en los últimos años ha ido sumándose y lo han preparado para este reto.
«Para nadie es un secreto lo difícil que es producir un espectáculo de teatro en Venezuela con presupuestos nulos. Hace muchísimos años que no hay planes del Estado para la cultura. Con el tiempo uno le agarra la manera, creas tus propios métodos para gestionar. Uno de ellos tiene que ver mucho con las relaciones públicas, con el manejo incluso de los productos que vayas a vender. Hay que conocer el mercado y saber cómo vender la cultura. Todas las relaciones, contactos y conocimientos que acumulé en mi trayectoria sirven hoy en día para lograr una meta al frente del CCCH. Es allí cuando me digo que estoy preparado para asumir un cargo como este».
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