«Hasta que sea asombroso» es la frase que más repite y se repite José Rafael Guzmán. Una frase sencilla, pero poderosa para él y su público. Nació de una conversación que tuvo hace un par de años con su papá, cuando comenzó a grabar Comida, calle y comedia. En ese entonces, le dijo: ‘¿Te imaginas que estas locuras las compre un canal?’. Y su padre le respondió: ‘Eso sería asombroso’.
Hace casi dos años, José Rafael emprendió un viaje junto con Silvia Baquero para documentar la travesía de los migrantes venezolanos que deciden huir, caminando, de la crisis política, social y económica que vive Venezuela. Con poco equipaje salieron desde Cúcuta y tenían como destino Bogotá. En la carretera, tras pedir cola y hacer algunas paradas, se encontraron con cuatro personas (Papelón, Geraldine, la Virgencita e Igor) que, sin saberlo, serían parte de uno de los proyectos más importantes del comediante: Caminantes, que esta semana llegó a las pantallas de NatGeo Mundo, solo para Estados Unidos.
El lunes 5 de octubre la comunidad hispanohablante pudo ver, por primera o segunda vez, el documental que forma parte de la serie de comedia de Jóse Rafael Guzmán −como prefiere que le digan−, Comida, calle y comedia. Es la segunda temporada del proyecto. Durante su estreno, a las 9:00 pm, las redes se llenaron de comentarios. Incluso, Caminantes se hizo tendencia en Twitter. Fue una hora en la que los mensajes de cariño y apoyo no pararon de llenar el timeline del comediante, algo que agradeció.
Caminantes llegó a Youtube en febrero de 2019. Sin embargo, hace poco más de año y medio el comediante eliminó los videos de la plataforma, lo que llamó la atención de sus seguidores. Luego, Jóse Rafael reveló que estaba en negociaciones con un canal para su transmisión. Finalmente, la semana pasada todos se enteraron de la buena noticia.
«NatGeo se mostró interesado en Caminantes y me pidió que, mientras evaluaban la posibilidad de comprarlo, lo quitara de Youtube porque no iban a comprar algo que todo el mundo ya hubiese visto», recuerda Jóse Rafael, que asegura que la propuesta llegó sin buscarla.
Aunque estar en NatGeo representa un hito en la carrera del comediante, este triunfo no es sólo de él. «Es un logro para mí, para Venezuela, así todo el mundo verá lo que está pasando, y además de una manera mucho más digerible. Definitivamente es un logro para la comedia. Es la primera vez que llega a un canal como NatGeo y, bueno, la llevé yo», dice con orgullo.
Caminantes muestra el difícil y doloroso proceso de emigrar sólo con lo que se lleva puesto y apenas algunas pertenencias. Todo visto con humor, pero sin burlas. Para algunos hallar un punto medio entre la comedia y la migración es complicado; sin embargo, para Guzmán no fue así. «Ambas están súper ligadas y debe ser así, para que las cosas duras de la migración pasen de manera más fácil por la vida del inmigrante», considera. El comediante asegura que todas las personas, sobre todo los inmigrantes, deberían recurrir a la comedia porque ayuda a que las malas experiencias sean más sencillas de transitar: «El sentido del humor y los chistes sirven para enfrentar las situaciones que en algún un momento pueden ser una tragedia pero que, luego, al recordarlas, te darán risa».
Todo el recorrido se grabó con celulares, pues eran más fáciles y discretos de trasladar, y pensando para el formato de Youtube. Al principio esto era un obstáculo para NatGeo, por lo que antes de llegar a las pantallas todo el material se adaptó a los estándares de la televisión. «Hubo que hacerle un tratamiento al video para, de alguna manera, ponerlo decente y que se viera bien, para que no tuviese blur, que no mareara ni temblara. Y, después de mucho trabajo, se logró estabilizar la imagen», explica.
Por ahora Caminantes solo se puede ver en Estados Unidos. Sin embargo, Jóse Rafael no descarta que se pueda transmitir más adelante en Latinoamérica. Aunque asegura que llegar a la televisión toma mucho tiempo. «Esto es un pequeño paso, es el principio. Entrar a un canal es un proceso lento y espero, con tiempo y trabajo, ir ganando territorio. Tengan paciencia. Me muevo lo más rápido que puedo», afirma.
En el recorrido la presencia de Silvia Baquero, productora general de Caminantes, fue fundamental. Sin ella todo hubiese sido más cuesta arriba, reconoce Guzmán. «Creo que si ella no hubiese ido yo no lo hubiera logrado. Fue muy importante que Silvia estuviese allí por muchas razones. Ella es dos de las cuatro patas de la silla en este proyecto».
Aunque el comediante no repetirá la ruta que hizo con los caminantes, sí le gustaría hacer algo similar en otros lugares. Tiene pensado, cuando termine la pandemia del covid-19, visitar África para grabar una suerte de documental. Eso sí, sin dejar de lado el humor. «Quisiera hacer algo diferente, ver más mundo y buscar más comedia en los peores lugares. Me gustan mucho esos sitios porque ningún otro comediante va y eso lo hace más notorio», asegura.
En sus sueños más locos Jóse Rafael Guzmán se imagina ganando un Oscar. Pero, afirma, primero tiene que trabajar muy duro para materializar sus metas. «Entre soñando y trabajando algunas cosas se dan y otras no, pero uno siempre trata de que sean más las que se den que las que no».
Un año amargo, pero necesario
Para Jóse Rafael Guzmán 2019 fue un año complicado. Empezó con el recorrido que hizo junto a los caminantes en enero, continuó con un viaje por carretera en Estados Unidos, donde estuvo preso durante dos meses y medio. Y finalizó con un nuevo stand up que escribió en prisión y que le trajo muchas satisfacciones pero, sobre todo, crecimiento personal. «Fue amargo, pero necesario», afirma.
Entre agosto y octubre del año pasado el comediante estuvo en un centro de reclusión en Hudspeth, Texas. Estaba en Estados Unidos grabando nuevo material para la cuarta temporada de Comida, calle y comedia y cumpliendo uno de sus sueños: cruzar el país en carretera. En ese entonces, ya había viajado de este a oeste y ahora iba de regreso, cuando un checkpoint en El Paso lo detuvo y se lo llevaron preso por razones que –considera Guzmán– dejarán de existir en un par de años: llevaba consigo cannabis.
Lo más complicado de ese año fue su estancia en prisión, donde vivió un «pequeño infierno» en el que tuvo que usar todas sus habilidades para que no le hicieran daño. Jóse Rafael aún lidia con los traumas que le dejó esa experiencia. Va a terapia. «A mí me tocó y tengo que vivir con eso, cada vez mejor, pero ha sido fuerte. ¿Que hay gente que ha vivido cosas peores? Sí. Pero a mí me afectó», dice.
Sin embargo, no todo fue negativo. Esta experiencia le dejó algo de lo que está muy orgulloso hoy en día: su stand up Sin robar a nadie. Incluso, tiene en su casa, en Ciudad de México, la rutina enmarcada junto con otros objetos que utilizó en prisión. Lo más difícil de escribir en un ambiente hostil, como el de la cárcel, eran las distracciones, pues tenía que estar muy pendiente de su seguridad, además, muchos de sus compañeros querían saber de qué escribía, aunque no con las mejores intenciones. «Todo el mundo es muy agresivo y tenían una vibra de ‘¿qué te crees tú porque sabes escribir y nosotros no?’. Unas locuras que hicieron todo más complicado. Pero escribir fue lo que me mantuvo conectado con lo que yo era de verdad que, básicamente, no es ser preso», asegura.
2020 comenzó con buen pie. En enero el comediante visitó países de Latinoamérica y Europa para presentar su nuevo show. Un regreso que, confiesa, fue mejor de lo que esperaba. «Ese reencuentro con el público fue especial y siento que estuve a la altura del momento. No hay una persona que haya visto Sin robar a nadie y me diga que no le haya gustado», dice.
Sin embargo, al principio no todo fue tan sencillo. Antes de realizar el primer show Jóse Rafael Guzmán tenía un sentimiento de culpa por haber estado preso y sentía que debía disculparse con el público, aunque no era necesario. «Realmente yo no le había hecho daño a nadie. Luego me di cuenta de que la gente tampoco estaba esperando eso de mí», recuerda. Desde entonces todo mejoró.
El comediante siempre ha sido una persona muy querida por el público, desde su época en Chataing TV. Ese cariño de sus seguidores también ha aumentado en los últimos años. Incluso, algunos se han tatuado su famosa frase «Hasta que sea asombroso». Algo que para él es un honor y lo impulsa a seguir adelante. «Uno siempre quiere influenciar a las personas para bien y no para mal. Eso me motiva a seguir y hacer cosas cada vez más asombrosas», asegura.
El material que grabó en Estados Unidos para la cuarta temporada de Comida, calle y comedia está en proceso de edición. Pero adelanta que podrían ser ocho capítulos que, por el momento, no tienen fecha de estreno. «Prefiero esperar a que este rush de Caminantes pase para luego estrenar, cómodo, lo que viene», indica.
De la radio al podcast
Guzmán siempre ha estado presente en los medios de comunicación. Desde la televisión hasta la radio. Sin embargo, la censura lo alejó en varias oportunidades de ellos, hasta el punto de forzarlo a dejar el país: tiene una orden de captura en su contra por incitación al odio. Es un perseguido por el régimen político venezolano. El mismo reconoce que, por ahora, Venezuela no es su lugar.
De su época en la radio, cuando conducía el programa Calma pueblo con Verónica Gómez y Manuel Silva por La Mega 107.3 FM, lo que más extraña es ser el tipo de la mañana. Un título que Jóse Rafael considera importante y pocos logran tener. «El morning show de la radio, el principal de un país, es el que marca muchas cosas del día y ser esa persona es increíble», explica.
Si tuviera la oportunidad de cambiar algo de esa época no sería mucho, apenas algunos chistes y, quizá, habría manejado mejor algunas situaciones. Sin embargo, lo que ocurrió en el pasado no lo atormenta: «Lo que pasó, pasó. Ya fue».
En abril el comediante estrenó el primer episodio de su podcast El humano es un animal. Un proyecto que quería hacer desde hace tiempo y que el confinamiento aceleró. «La pandemia fue un catalizador de la idea y finalmente lo hice». Hasta la fecha hay más de 40 capítulos, que se publican en su canal de Youtube lunes y jueves.
Aunque disfrutó mucho su experiencia en la radio, prefiere la libertad que le ofrece el podcast. «En este nivel de mi vida me da fastidio tener que adaptarme al estilo de una emisora y no poder decir todo lo que pienso». Pero no se cierra a la idea de volver a la radio en algún momento. «No he tenido una oferta. Pero si la tuviese y me hubieran ofrecido un poco de plata la habría agarrado», dice entre risas.
En estos días de encierro considera que la comedia tiene un rol muy importante, aunque es un foco de discusiones en este momento. «La gente odia que los comediantes hagan chistes ahora porque todo lo consideran una ofensa, pero eso es parte de cómo se manejan las redes sociales hoy en día», comenta Guzmán, quien dedica su tiempo libre a sus perros, Sargento y Raquelita, y a sus clases de piano.
El futuro es incierto, pero está enfocado en su carrera. Quiere viajar, grabar y seguir haciendo comedia: «Vamos a ver adónde nos lleva toda esta ola de NatGeo». Mientras tanto, mantiene su atención en sus próximos proyectos: Comida, calle y comedia y Sin robar a nadie. «Es la joya más bella de la comedia, te lo digo sin temor a Dios. Ninguno me llega».
@Arianyabp