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José Pisano: El reto más importante en el Trasnocho Cultural es el financiamiento

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José Pisano ha desarrollado una carrera como gestor cultural de manera natural. Arquitecto de formación, su sensibilidad hacia las bellas artes, sobre todo el cine, fue lo que marcó su camino. Tiene 20 años de trayectoria en la distribución y programación de cines: desde la Fundación La Previsora, pasando por Cines Unidos, 20th Century Fox hasta Cinematográfica Blancica -distribuidor de Sony Pictures y Warner Bros. en el país-, donde actualmente es director. Hoy inicia un nuevo capítulo al frente de Trasnocho Cultural como director del centro.

Al sótano de Paseo Las Mercedes llegó después de su gestión en la Fundación La Previsora. Se ha encargado, hasta hoy, de la programación de Cines Paseo: una combinación entre cine independiente y de autor, sin dejar de lado los grandes estrenos de Hollywood.

Comenzó su formación en el área a finales de los años 90, cuando como arquitecto comenzó a trabajar en la Torra La Previsora, en Plaza Venezuela. Allí se encargó de llevar la cartelera del Cine La Previsora, una sala cuyo público directo era, por su cercanía, los estudiantes y profesores de la UCV, y algunos curiosos al final del bulevar de Sabana Grande.

Siendo novato en el área buscó referentes y para él era George Korda, que había levantado una oferta que le resultó atractiva en Cines Plaza. “Fue una figura importante desde la década de los 50 hasta los 90. Cuando lo contacté, él ya era mayor. Hacía festivales de cine francés, traía mucho cine europeo”, dice. Llegaron a un acuerdo con la Cinemateca Nacional para restaurar la sala y comenzó la oferta. También había una galería a cargo de Milagros Maldonado.

A pesar de ser una fundación, se pretendía en ese entonces mantener la sala a través de la taquilla, la galería con la venta de obras y patrocinios en exposiciones. Un concepto rentable que Solveig Hoogesteijn quería para lo que era un incipiente proyecto: el Trasnocho Cultural.  Fue así como José Pisano, desde sus inicios, se incorporó al equipo que se estableció en Paseo Las Mercedes y donde ha estado durante dos décadas: además de director del centro cultural, también se mantendrá al frente de la programación de sus cines con un equipo encabezado por Leída García.

“Para mi generación el Ateneo de Caracas era una referencia muy importante, que es donde sale ese concepto cultural múltiple. Yo veía en Trasnocho una posibilidad maravillosa. Viniendo de un interés privado se podía llevar a cabo sin hacer una erogación de dinero que fuese necesaria para su mantenimiento. Es romper también el esquema de que la cultura tenía que ser subsidiada para poder existir. Siempre hablo de esa metáfora: era un sótano, una caverna oscura que fue transmitiendo luz desde esa ruptura estructural [una de las primeras modificaciones fue abrir la escalera que conecta Trasnocho con la PB del Centro Comercial] y, por otro lado, desde la generación de actividades culturales en estos ya casi 20 años”, señala.

Esa sala de cine en La Previsora fue el punto de inició que no solo lo llevó al Trasnocho, sino que le abrió puertas en cadenas y distribuidoras. “He sido muy privilegiado, porque he tenido un desarrollo dentro de la industria cinematográfica que tiene que ver con el cine más autoral y el más comercial. Si bien en lo personal disfruto más del cine de autor, porque creo que es uno que te hace reflexionar y me llena, no reniego del cine espectáculo porque también cumple su propia medida”, expresa.

Ahora tendrá a su cargo 25 personas que trabajan en el teatro, la Sala TAC y los cines, así como personal de taquilla y técnico. “En todas estas condiciones particulares pudiera parecer arriesgado, pero lo asumo con la mayor emoción y pasión para poder seguir adelante. Al final del día el confinamiento pasará y una estructura como Trasnocho, un proyecto tan ambicioso y exitoso en estos años, será mucho más poderoso en su oferta cultural”, agrega.

—Personalmente, ¿qué sacrificios supone ocupar un cargo como este? ¿Dudó en algún momento en aceptar el cargo?
—Primero, y fue una de las razones por las cuales le manifesté a Solveig que aceptaba aceptar el reto, es el tiempo que llevó en Trasnocho. Está por cumplir 20 años en octubre y yo formé parte desde la Programación de Cines Paseo. He sido muy cercano, conozco a los demás equipos del Trasnocho y eso me da una tranquilidad al respecto.

Supone un mayor sacrificio en tiempo por la complejidad de las labores, por lo particular del momento que estamos enfrentando, y por tantas situaciones que requieren de mi mayor atención, en conjunto con la capacidad que tenga para enfrentar el cargo, con la mayor pasión. Para mí es fundamental esos equipos de trabajo que ya están formados. No he titubeado en manifestarles mi apoyo y que trabajaré codo a codo con ellos para que puedan llevar a cabo su labor, que al final del día es la labor de Trasnocho en cada una de sus áreas.

—En la rueda de prensa, Solveig Hoogesteijn señaló que «el timón que le estoy dando a José es un timón lleno de dificultades y de retos». ¿Cuál considera que son esas dificultades y retos que debe enfrentar ahora?
—La dificultad y el reto más importante es el financiamiento. Ser lo suficientemente hábil e inteligente para poder conseguir los recursos que nos permitan tener la tranquilidad financiera para operar. El Trasnocho pudo sobrevivir por ahorros que se tenía. En este momento se está produciendo algo en taquilla, que no es suficiente para poder afrontar todos los gastos. También por otro lado conseguimos ayudas de embajadas, institutos, y estamos participando en ayudas internacionales enfocadas en la crisis de gestión cultural que se ha generado a raíz de la ausencia de espectadores por la pandemia. Se trata de explorar todas las posibilidades y cómo podemos potenciar algunas.

Por otro lado, tener el máximo cuidado como lo hemos venido haciendo en nuestras actividades presenciales para garantizar una seguridad en el esquema 7+7, que no ayuda mucho porque prácticamente el año se nos reduce a la mitad y confiados en que no ocurran situaciones críticas que nos obliguen a replantearnos. Tenemos un aforo limitado de 30-35% según la sala.

Hay áreas, como la educativa, que se pueden explorar y profundizar un poco más. La página web nos ha dejado una lección enorme, que nos sacó de esa burbuja que era el Trasnocho dentro del sótano de Las Mercedes, dedicado a Caracas como entorno más inmediato. Cuando te agradecen, aún con todas las dificultades que hay en las regiones del país, porque tuvieron la posibilidad de ver una película o una obra, te motiva a seguir. También tener contacto con un venezolano en el exilio que desde otra latitud mantiene una relación afectiva en lo cultural. Es un área que se puede explorar y ampliar más en comparación con la oferta que ya tenemos.

—¿Cuáles serán las primeras actividades que se desarrollarán en el marco de su gestión?
—Lo que es cine, teatro y galería continuarán con los proyectos que ya se venían realizando. En cine se prepara un Festival de Cine Alemán, seguirán Clásicos Trasnocho, y los cineforos que se han continuado de forma virtual, pero se retomarán de manera presencial. En teatro se mantendrán nuestras actividades como el Concurso de Dramaturgia, el Festival de Jóvenes Directores, las obras que vienen en desarrollo. También podemos quizás crear teatros-foros, espacios de reflexión, profundizar lo que es el pensamiento alrededor del hecho teatral. En la galería ya hay una serie de exposiciones previstas para este año. Yo creo que hay una posibilidad de mejora en la parte comunicacional, en redes sociales, en la propia plataforma web de Trasnocho que puede ser más efectiva. Son áreas que se están analizando.

También establecer alianzas mucho más estrechas con quienes comparten vida en Trasnocho, por ejemplo, quisiera con la librería El Buscón desarrollar muchas más actividades. Allí hay un potencial enorme. Es una labor ambiciosa, pero con mucha disciplina y muy buenos equipos de trabajo se podrá llevar adelante.

—El Festival de Jóvenes directores tiene un año sin hacerse por las condiciones de la pandemia. ¿En caso de tener las condiciones se convocará?
—Sí, absolutamente. De hecho, ya estamos trabajando en un proyecto. Estamos buscando ayuda para replantearlo en unas condiciones que permitan realizarlo. Una de las cosas a la que estamos dedicados ahora es a darle cierre al Festival de 2020 que quedó justamente con la presentación de su última de su obra. Escindida, la pieza ganadora, no se ha podido presentar y por ahora no se va a poder porque tiene muchos actores en su puesta en escena. Presentamos ¿Te Duele?, que fue Mención Especial. Vamos a hacer una entrega de reconocimiento a los que salieron premiados. Cerramos ese proyecto y estamos trabajando en el nuevo festival, que, por las condiciones, creo que será para 2022; pero continua.

Escindida, de hecho, forma parte de su oferta virtual
—Sí, es una grabación. Pero queremos también presentarla en vivo. Como todo hecho teatral tiene una magia en su puesta en escena. Estuvimos conversando si era posible, pero ha sido complejo. Esperemos que la situación evolucione de una forma que nos permita tener mayor seguridad en todo sentido y que pueda eventualmente presentarse y que tenga, aunque sea, una corta temporada. Creemos que es un buen trabajo que fue montado con mucha sensibilidad por parte de Francisco Aguana.

—La gestión cultural se ha hecho con el paso de los años más complicado, sobre todo después de que en el ámbito público se viera afectado luego de que se decretó la llamada “revolución cultural”, más tarde la crisis económica afectó la gestión privada. Hay un desprecio por la cultura desde el chavismo-madurismo. ¿Cómo seguir haciendo cultura en ese contexto?
—Es bastante compleja esa pregunta. Tengo varios puntos de vista. En el país seguimos personas que apostamos por esto y tenemos la capacidad para hacerlo y creemos que Venezuela puede ser el país posible y el país en el que nosotros queremos seguir estando y queremos seguir ofreciendo. Pero más importante es que hay un público que necesita que esto esté y es el que te agradece ya sea desde el interior del país, desde el exterior, o desde Caracas.

Yo recuerdo una vez en Clásicos Trasnocho presentamos La novicia rebelde, que es una película de mediados de los 60, entonces viene una señora muy mayor y una joven. Eran la abuela y la nieta. La señora me dice “no sabe lo emocionada que estoy de volver a ver esto en pantalla grande, una película que en mi juventud me emocionó”. La chiquita me comenta “no sabe lo bien que es ver una película en el cine que yo solo había visto en video”. Esas son las cosas que me inflan de alguna manera. Como eso hay otras historias vinculadas con otras áreas.

El ser humano necesita alimentarse bien para mantener un cuerpo saludable, pero no podemos descuidar nuestro espíritu, que se alimenta de disfrutar una película, de escuchar música, de leer un libro, de informarnos; es lo que nos hace ser una mejor persona, y a la vez mejores ciudadanos. Creo que de esto se trata también este ejercicio que tiene que ver con la cultura, de formar ciudadanía y de mantener una civilización, de tratar de tener una conexión, que no estamos completamente aislados. Uno a veces se cuestiona, seguir o no seguir, porque llegas a un punto en la vida en el que quisieras tener algo más tranquilo, pero, por otro lado, no quiero que eso pase. Todavía tengo mucha energía, mucho que aportar y quisiera seguir haciéndolo, y haciéndolo en Venezuela. Eso te empuja a seguir insistiendo.

—Si le pregunto por un centro cultural internacional al que el Trasnocho quisiera parecerse, ¿cuál me diría?
—Es complicado, porque creo por mi propia experiencia, que el Trasnocho tiene unas características muy únicas, particulares. La Metropolitan Opera House de Nueva York es un centro dedicado fundamentalmente a la música, pero tiene un espiral que lleva hacia las otras áreas, de hecho, hay cines en la cercanía; tiene un efecto radial. Un centro donde existan todas estas cosas realmente creo que no existe. Muchas veces nos han contactado de otros lugares en América Latina donde nos comentan lo único de la experiencia. Te puedo dar referencias de teatro como el National Theater de Londres, o en la música el Metropolitan Opera House, o Matadero en Madrid. Pero creo que somos una experiencia única. Es muy bonito y motivador que sea reconocido de esa manera.

—Tres palabras que definen al Trasnocho Cultural.
—Compromiso. Responsabilidad. Calidad artística. Bajo la premisa del compromiso y la responsabilidad, tratar de ofertar la mejor propuesta cultural posible.

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