ENTRETENIMIENTO

Joel Novoa quiere mostrar el universo más íntimo de Frida Kahlo

por Avatar Grace Lafontant

Desde el siglo pasado Frida Kahlo intentó cambiar el mundo con su irreverencia, sus ideas, acciones avantgarde y, sobre todo, con sus icónicas obras de arte. Hoy su historia de sufrimiento y rebeldía es fuente de inspiración para artistas alrededor del mundo. Desde el año pasado está en manos del director y guionista venezolano Joel Novoa contar la historia de la pintora mexicana en formato serie.

En 2002, la directora Julie Taymor llevó a Frida Kahlo a la gran pantalla con Salma Hayek como protagonista. En aquel momento, la historia se centró en el sufrimiento de la pintora, y aunque es importante, ese no es el único enfoque que el guionista de 34 años de edad quiere darle a su proyecto, cuyo nombre aún no puede revelar. En esta oportunidad, Novoa, quien dirigió episodios de la serie Arrow y en 2013 los filmes Machsom y Esclavo de Dios, quiere contar la riqueza cultural del personaje y todos los acontecimientos que la llevaron a ser la celebrada pintora en la que se convirtió.

Aún la producción no tiene un elenco confirmado, pues continúan las negociaciones. Lo mismo ocurre con la distribuidora. Los detalles sobre cómo se incorporará la obra de la artista son un misterio, aunque según el director «irá más alláy estará genial». Lo que sí se sabe es que contará con la música de Carlos Baute y un guion escrito por Novoa y su esposa, también escritora y fotógrafa, Marilú Godinez. Además, espera comenzar con el rodaje a finales de este año en locaciones significativas en la vida de Kahlo: México, Estados Unidos y Francia.

Novoa anhelaba realizar esta serie desde hace años y confía en que es absolutamente relevante si se toma en cuenta el momento histórico actual. «Entre más pasa el tiempo, nos acercamos más a ese mundo que ella quería; uno donde todo el deber ser se rompe y nace un mundo imaginativo mucho mejor que lo conservador», comenta. Además, su esposa también estaba detrás de una serie sobre Kahlo por su significado para la cultura mexicana y su relevancia para movimientos feministas. Ambos, entonces, perseguían al mismo personaje. Sin embargo, ha sido gracias a Marlon Quintero, productor venezolano y director de CIC Media, que el proyecto comenzó a andar.

«Fueron varias coincidencias. La serie la traíamos en mente desde hace tiempo, pero la persona que nos contacta es Marlon Quintero. Cuando él recibió la serie, me lo comentó en una conversación, todavía peleaba por los derechos con la Frida Kahlo Corporation. Él tiene una relación empresarial con ellos y me parece que la serie tiene que ver con eso. Y cuando ya tenía todo listo, me explicó y comenzamos a trabajar juntos en el proyecto. También participa Carlos Baute, quien es un intermediario: está en la producción y en la música de la serie», dice Novoa, quien comenzó a escribir el guion a mediados de 2020.

De acuerdo con el guionista esta serie tendrá varias temporadas para explorar la vida de la artista y el subtexto de su historia. Es decir, se podrá conocer qué hubo detrás de su vida pública, sus pinturas y romances, lo que no sale en los libros. Todo esto soportado por un exhaustivo proceso de investigación bibliográfico y el aporte de la Frida Kahlo Corporation en detalles puntuales que, según el director, alimentan la historia.

Bautizada como Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón en 1907, la artista mexicana conoció una vida cargada de sufrimiento: primero, una poliomielitis a los seis años de edad; luego, a los 18 sufrió un accidente en un tranvía que la dejó inmovilizada, pero a partir de entonces comenzó su carrera como pintora. Postrada en su cama y sanando sus fracturas, se dedicó a traducir el dolor en imágenes. Durante su vida sufrió varias crisis emocionales y abortos; y en 1954, tras varios años de padecimientos y de que le amputaran una pierna por gangrena, Kahlo falleció en La Casa Azul, Coyoacán.

Pero no todo en su vida fue padecimiento. Cursó sus estudios primarios, tenía amigos queridos y se reunía con un grupo de jóvenes estudiantes revolucionarios. Años más tarde, la pintora se casó dos veces con el muralista Diego Rivera, a quien amó toda su vida y admiraba por su trabajo e ideas. Formó parte del Partido Comunista con él y la fotógrafa Tina Modotti, y frecuentaba sus reuniones. Luego, años más tarde, su obra comenzó a interesar a artistas plásticos como el surrealista André Bretón, quien la invitó a exponer en Francia.

La pintura de Kahlo fue catalogada por Bretón como surrealista, pero ella lo desmintió y aseguró que no pintaba sus sueños sino su realidad. Creó un lenguaje propio donde explicaba su mundo interior a través de la visibilidad de órganos como el corazón y las venas. Sus autorretratos le dieron licencia a las mujeres para expresar sus propios sufrimientos a través de la simbología e interpretación. Tanto ella como su esposo exaltaban el arte popular mexicano e inspiraron el arte indígena en otros pintores. Incluso en su ropa, la artista rendía homenaje a su cultura.

Frida Kahlo fue un personaje complejo que supo expresar con maestría sus inquietudes en la pintura. La obra favorita de Novoa es Lo que el agua me dio (1938), pues allí se ven reflejados elementos que caracterizan a la artista y los momentos más duros de su vida. Enfrentarse, entonces, a un icono de la vanguardia resultó un ejercicio  de respeto e intimidación al cual se sumó su esposa para llevarlo a cabo. «Es un monstruo de personaje acompañada por otros monstruos como Diego Rivera o Trotsky en una era que cambió al mundo», confiesa el director.

Lo que el agua me dio

Lo que el agua me dio

Escribir sobre temas que atañen la idiosincrasia latinoamericana es apasionante para Novoa. Y este sentimiento fue avivado por la introducción a la cultura mexicana que le dio su esposa años atrás. Así, ella le hizo darse cuenta de la importancia de la historia de Kahlo para México en un momento en el que los valores, dice Novoa, están en plena revolución. La serie, si bien histórica, está concebida para la sociedad contemporánea. Y con todo esto en mente, el guionista venezolano se alejará de la dirección al menos para el primer episodio, pues quiere que esté al frente una mujer mexicana para asegurar una representación auténtica.

«Yo creo que, más que como pintora, va a funcionar como personaje inspirador porque la gente se va a ver reflejada en ella. La idea es mostrarla con la mayor intimidad posible. Producirá conversaciones y eso ya es mucho. Inevitablemente esta serie va a ser polémica porque ya el personaje lo es: no hay salida. Tocará fibras que son muy sensibles en este momento, en un mundo que está cambiando tanto. Pero que lo vea una niña y que Frida sea una figura para seguir, con sus contradicciones y fortalezas, imaginar que una hija mía la vea como una role model, en un mundo donde no hay demasiadas, hace que todo esto valga la pena», añade el escritor.

Bajo la mirada de Novoa, Frida Kahlo fue una mujer valiente porque, entre otras cosas, se liberó de las cadenas de su tiempo e intentó salir de la sombra del machismo latinoamericano desde que era tan solo una niña. También destaca la contradicción evidente en su personalidad y experiencias, por ejemplo, su matrimonio con el muralista Diego Rivera. Y si tuviera que definir a Kahlo con una pintura sería con Las dos Fridas (1939) porque allí se evidencia la dualidad entre su identidad, nacionalismo y amor por Rivera, contra lo que se esperaba de ella cuando era soltera.

Cuenta el guionista que desde hace años no asumía el rol de escritor, pero que ha disfrutado todos los proyectos de los que ha formado parte como director. Dice que ha logrado vender algunos guiones para series que no se han realizado todavía. Por ello, esta representa para él una oportunidad de pasar al nivel profesional. «Esta serie para mí es muy importante y hacerlo con un tema que me interesa muchísimo es apasionante. Al final son cosas con las que tengo que ver. Vengo de Venezuela y me aceptan, así como si fuera de Argentina o Chile, somos todos del mismo continente. Es acercarme a mis raíces de la manera que puedo. También trabajar en algo que quiero que exista», puntualiza.

Esta serie será valiosa por tanto la cultura latinoamericana se verá representada. Y Novoa es un activista de la inclusión. Forma parte de organizaciones que buscan darle visibilidad a las minorías. Incluso, junto con otros directores, lanzó en 2020 la plataforma LatinxDirectors con el fin de proyectar a realizadores latinos. Pero, por otra parte, rechaza la inclusión forzada. «Creo que hay como una especie de flojera donde parece que meten todos los colores en un solo lugar para cumplir los requisitos y eso es un error que termina afectando mucho el resultado. La inclusión verdadera se debe dar de forma orgánica porque así apoyas más a esa persona y a la cultura», acota.

Realizar un rodaje en 2021 no es una tarea fácil. El covid-19 ha cambiado la manera de relacionarse. Sin embargo, y con las vacunas ya listas, Joel Novoa se mantiene optimista y espera que para finales de año el mundo esté mejor. Sin embargo, grabar en condiciones pandémicas no le sería nuevo, pues desde el año pasado trabaja en una serie para Netflix en Estados Unidos y una serie que él define como pionera con Sony Latinoamérica.

«Me ha tocado grabar con las mascarillas puestas y es insoportable. Como director es horrible, pero el producto se mantiene intacto porque los actores tienen los protocolos de seguridad suficientes como para que todo lo que sufrimos detrás de cámara no se vea en escena. Es una época difícil y complicada porque con toda esta crisis no es lo mismo dirigir a un actor y que no te vea la expresión facial. Se crea una dinámica distinta y hay que adaptarse. No es lo más lindo y romántico del mundo. Tenemos esa idea romántica del cine, la televisión, la dirección y con esto se le va un poco. Pero si el contenido vive y funciona, por ahí recuperas un poco esa magia», añade Novoa.

Sin embargo, el guionista cree que de estos tiempos pandémicos saldrán proyectos interesantes. «Necesitamos cosas que nos eleven la imaginación, que nos conecten con el entretenimiento y es complicado acertarlo porque tienes que conectar con tiempos donde esto no existe. Es un momento difícil donde no hay una regla impuesta y todo el mundo está como probando y experimentando. De aquí saldrán cosas muy lindas para el futuro. Todos estamos inventando, viendo qué funciona y qué no. Los planes cambian todos los días y eso nos afecta como creadores porque no hay certezas y hacer producciones es algo muy de fábrica, un trabajo muy preciso y no tenemos precisión ahorita».

Joel Novoa es hijo de Elia Schneider, reconocida cineasta venezolana, quien falleció en agosto del año pasado en Estados Unidos debido a un cáncer de hígado con el que batallaba desde hace 27 años. Schneider dirigió filmes como Huelepega en el año 1999, película ganadora de 15 galardones internacionales, Punto y raya (2004), Solo en 2011 y Tamara, su último largometraje, en 2016. También dedicó su vida al ballet clásico y al teatro, donde se desempeñó como directora y dramaturga.

«Ha sido muy duro. Mi madre y yo éramos muy unidos, incluso a nivel laboral. Ha sido muy difícil. Es la pérdida de una madre, alguien incondicional desde nací. Mi referencia. Pero, viéndolo hoy para atrás, el covid me dio la oportunidad de estar en casa y acompañarla en los últimos meses que tuvo de vida. Estuve allí a su lado y esa es de las pocas cosas que le agradezco al virus», comenta Novoa, quien explica que Elia y Frida comparten similitudes. «Mi madre viene de una familia judía conservadora. Rompió sus reglas, hizo lo que quiso en la vida, se comprometió con su arte. La vida de mi madre y la de Frida tienen mucho en común y eso me motiva a nivel personal».

Mientras que no inicia el proceso de grabación, Joel Novoa está en California trabajando en el proyecto. Revisando lo que llama la biblia de la serie y negociando con las distribuidoras, representantes y demás instituciones que la harán posible.