Joaquín Sabina dio sus primeras declaraciones en una entrevista con el periodista Jordi Évole, tras su grave caída del escenario del WiZink Center de Madrid el 12 de febrero. El cantautor, a quien operaron por un hematoma craneal a consecuencia del accidente, manifestó: » Desde que salí del hospital no he hablado con nadie realmente. Excepto en una sola ocasión que vinieron mis hijas, estoy realmente incomunicado».
Sabina, que aparece en las imágenes con el brazo izquierdo en cabestrillo, contó que su gran amigo Joan Manuel Serrat -quien lo acompañaba en el concierto el día que la luz de los focos lo deslumbró y se cayó desde dos metros de altura- es quien le levanta el ánimo durante la cuarentena. «Es una de las pocas personas que vi en el hospital. Y después hablamos por teléfono».
https://twitter.com/jordievole/status/1249434989244145670?ref_src=twsrc%5Etfw
Envió un sentido mensaje a todos sobre las precauciones que hay que tomar por la pandemia de coronavirus para evitar contagios. «Que no salga la gente de su casa, que parece que es lo único que está funcionando».
Joaquin Sabina fue dado de alta el 23 de febrero del Hospital Ruber Internacional de Madrid, donde ingresó a causa de un traumatismo en el hombro izquierdo y en el tórax, además de un pequeño coágulo craneoencefálico del que fue operado con éxito.
Pero no fue hasta el domingo 5 de abril cuando se le pudo ver por primera vez. Ocurrió en el balcón de su casa, en la plaza madrileña de Tirso de Molina, donde aplaudió a los médicos que luchan en estos días contra el covid-19. Junto con él estaba su pareja, Jimena Coronado, que lo acompaña en el aislamiento.
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