Joaquin Phoenix

Joker, dirigida por Todd Phillips y protagonizada por Joaquin Phoenix, fue una de las películas más aclamadas de 2019. La oscura interpretación sobre los cómics de DC resultaron una dura mirada sobre la actualidad que terminó elevando al filme por encima de las tradicionales obras de superhéroes y villanos. Gracias a su interpretación estrella, quien dio vida a Arthut Fleck fue galardonado con uno de los premios más codiciados para un actor. Sin embargo, años después admitió que el momento vivido no fue tan emocionante como podría creerse desde afuera.

Phoenix aceptó el rol del Guasón sabiendo que enfrentaba un gran desafío, no solo porque es un papel complejo sino también porque la vara quedó muy alta tras las increíbles interpretaciones de Heath Ledger y de Jack Nicholson. Pero, lejos de buscar imitarlos, aseguró que no miró ninguna de las películas anteriores con el objetivo de construir el personaje con su propia esencia.

Para lograr el papel se sometió a una severa dieta y terminó perdiendo cerca de 25 kilos. «Resulta que afecta tu mente y realmente empiezas a enloquecer cuando pierdes tanto peso en ese periodo», expresó durante una entrevista con la BBC.

Todo el esfuerzo puesto en la película, y el haberse involucrado en un proyecto que lo aterrorizaba, terminaron dando sus frutos. A comienzos de 2020 el actor subió recibió el premio Oscar al Mejor Actor. Fiel a su estilo poco convencional, Joaquin Phoenix decidió dedicar su discurso a la defensa de los derechos de los animales pero, tiempo después, admitió que no tenía nada preparado.

La realidad es que él no deseaba ganar porque no quería enfrentar el proceso de subir al escenario a recibir el premio. Así lo explicó durante una charla con el diario The Sunday Times, donde dio algunos de los detalles detrás de esa sufrida ceremonia que definió como «un gran agotamiento mental».

«Voy a ser sincero. No quería subir a ningún sitio ni hacer nada. No me entusiasmaba la oportunidad. Simplemente no soy así. Estaba lleno de miedo», declaró, en un rapto de sincericidio. Cuando se vio obligado a dirigirse a una multitud de personas que lo miraban en vivo y desde cada rincón del mundo, su primer instinto fue dar las gracias y salir corriendo.

Sin embargo, se tomó un segundo para pensar y decidió hablar sobre los animales. «Estaba en esa situación y había una parte de mí que solo quería decir ‘muchas gracias, genial. Buenas noches’. Pero, sentí que tenía que hacerlo. Si estoy aquí arriba, no puedo simplemente dar las gracias a mi madre», explicó.


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