ENTRETENIMIENTO

Joaquin Phoenix, la persona ideal para un documental provegano

por Avatar AFP

La última película de Joaquin Phoenix no es clásica ni fácil de ver, pero ese no es su objetivo. Gunda, un documental provegano, intenta convencer al público de renunciar a la carne.

Para ello sigue el recorrido de animales de granja encantadores, cuyo destino los llevará al matadero.

Es la última apuesta del protagonista de Joker, ferviente militante animalista y vegano desde hace mucho tiempo, que hizo de productor ejecutivo de la película rodada en blanco y negro, totalmente desprovista de comentarios, diálogos y guión.

De todas formas, el espectador no necesita una trama para saber dónde van a terminar sus días Gunda, la cerda noruega que le da el nombre a la película, y sus crías.

«La vida de los cerditos no tiene mucho misterio. Se convierten en salchichas», dice el director del documental, Victor Kossakovsky.

«Pero Gunda se hizo famosa. Tanta gente dejó de comer carne (por la película) que el dueño de la granja decidió dejarla vivir en paz hasta el fin de sus días», explica.

Phoenix y el realizador ruso, que también es vegano, esperan que el largometraje, que se estrena el viernes, salvará la vida de otros numerosos animales.

Ambos se conocieron después de que el actor pronunciara un vibrante discurso animalista al recibir su Oscar al Mejor Actor en febrero. Con lágrimas en los ojos, la estrella denunció ante Hollywood cómo los humanos se permitían «inseminar artificialmente a una vaca… y cuando ésta da a luz» se le roba su bebé «a pesar de sus gritos de angustia».

Los allegados de Kossakovsky, acostumbrados a escuchar discursos similares del director, lo llamaron enseguida para saber si él era el autor del texto de Phoenix.

«Ni voz, ni mensaje»

«No, nunca le había hablado», dice Kossakovsky, cuyo equipo organizó rápidamente una proyección de Gunda para el actor. Éste recuerda lo emocionado que quedó tras vivir una «experiencia sin precedentes».

Phoenix llamó enseguida a Kossakovsky para felicitarlo: «Al fin, alguien lo hizo, alguien mostró a los animales como son».

«Enseguida formó parte del equipo. Fue un encuentro maravilloso», afirma el director sobre el actor.

Aunque el realizador ruso ganó numerosos premios y es una referencia para muchos cinéfilos, sigue siendo un desconocido para gran parte del público, por lo que reconoce que el carisma y la celebridad de Phoenix fueron una gran ventaja para dar a conocer el documental.

Para evitar posibles polémicas o acusaciones de manipulación, Kossakovsky decidió prescindir de todo comentario e incluso de música para poner a los animales en el centro de la película.

«Si pongo una música similar a la de La lista de Schindler, porque el tema es en realidad similar, el mundo entero va a llorar», dice.

Por ello eligió no poner «ninguna voz en off, ningún mensaje, ninguna música, nada que presione» al espectador. «Miren y decidan por ustedes», dice el director, vegetariano desde la infancia, que se hizo vegano durante el rodaje de Gunda.

«Mi Meryl Streep»

Esa elección es especialmente impactante al final de la película, cuando la cámara sigue a la cerda en la granja, cada vez más asustada respecto al destino de sus crías.

Kossakovsky no ha podido olvidar la mirada desesperada del animal al que eligió como protagonista de su película apenas unos minutos después de conocerlo. «Era mi Meryl Streep… una actriz increíblemente especial, capaz de transmitir emociones sin hablar», recuerda.

«Esperábamos buscar durante cuatro o seis meses. Pero el primer animal al que conocimos fue Gunda. Estaba claro que me hablaba».

La película se estrena el viernes en «cines virtuales» de Nueva York y Los Ángeles y se espera que llegue a las salas clásicas el próximo año.