Cuando era apenas un adolescente de 14 años de edad, Jesús Santana se escapaba del liceo para ir a comprar los libros que le recomendaba Raúl Bethencourt en la desaparecida librería Suma de Sabana Grande. Luego, iba por algún disco en Archivo Musical y terminaba reunido con otro de sus mentores, Walter Rodríguez. Poco a poco, Santana se fue formando como lector y luego como librero gracias a maestros como Javier Marichal, Andrés Boersner o Sérgio Alves.
Su curiosidad lo llevó a interesarse desde joven en aquellos libros raros que no todos leían; un interés que ahora, tras 12 años como librero de la desaparecida librería Estudios de La Castellana, define la visión de Insomnia, su librería ubicada en los espacios de la Fundación La Poeteca, en Los Palos Grandes. Allí Santana, quien siempre piensa en el lector y en la oferta que existe en el mercado, tiene un catálogo exclusivo de libros.
“La librería Insomnia surge por una cuestión cultural. Pienso mucho en el lector y la oferta que se le da. Desde que tengo 14 años empecé a caminar por las librerías buscando lo más extraño de la literatura. Eso es lo que siempre me ha movido: buscar editoriales y autores que sean extraños y ofrecer eso de una manera cultural a los lectores venezolanos”, explica.
Como librero, el también músico y vocalista de las bandas de Black Metal Eighth Sin y Quebrantos, considera que una librería es como una casa de familia. Su salida de Estudios, en abril de 2021, fue una situación difícil de afrontar por la inmediatez del cierre que no les permitió ni a los lectores ni a los empleados el luto. A su juicio, la decisión tomada por la nueva gerencia debido a la situación económica del país, no se ejecutó de la mejor forma. “Mi salida fue bastante engorrosa por la forma en la que se manejó. Fue abrupta, hasta ofensiva. No me pareció que esa decisión fuera la correcta. Cuando tú destruyes un hogar como una librería las personas deben tener su luto. No se manejó así”, afirma.
Sin embargo, que Estudios cerrara sus puertas le brindó la oportunidad de arriesgarse y buscar a aquellos que compartieran su visión sobre lo que se le debe ofrecer a los lectores. La despedida le permitió materializar su idea de independizarse y tener su propio espacio, una meta que siempre tuvo en mente. Fue así como terminó conversando con Marlo Ovalles, presidente de la Fundación La Poeteca.
“Le comenté que me interesaba muchísimo unirme con gente que quisiera trabajar con una librería y mostrar lo que se ofrecía anteriormente en Estudios. Marlo también tenía la intención de tener una librería con Ricardo Ramírez Requena, director de La Poeteca”, relata Jesús Santana.
Apenas comenzaron a conversar, buscaron nombres para la librería. Así surgieron dos posibles opciones: Oniria e Insomnia, palabras que hacen referencia al poeta y músico español Santi Balmes, quien canta en el grupo Love of Lesbian. “Él escribió un poema que se llama Oniria e Insomnia. Yo dije: ¿qué mejor nombre para una librería? Además de utilizar un poeta que me inspira. Decidimos, entre los tres, que sería Insomnia”, cuenta Santana.
Finalmente, el 27 de diciembre de 2021, Insomnia abrió sus puertas con 200 títulos en su catálogo.
Actual y extraño
Con la intención de expandirse, crecer y ofrecer una opción distinta, Insomnia comenzó 2022 con buen pie. Los lectores, emocionados luego del cierre de Estudios, acudieron a la pequeña habitación blanca en la que funciona Insomnia en busca de los libros que no encuentran en otro lugar.
“Lo que más hemos vendido es el autor Mircea Cărtărescu. Se ha vendido muchísimo Eugenio Montejo, su obra completa editada por la editorial Pretexto, el tomo I. También se vendió mucho Miyó Vestrini, otra poeta venezolana, y Pessoa. La gente sí compra libros en Venezuela. Yo tenía mis dudas al principio porque era abrir una librería pequeña y comenzar paso a paso. Pero la gente que me conocía desde Estudio de inmediato vino a buscar esta opción”, confiesa Santana.
Luego de dos meses de abrir sus puertas, la librería realizó su segundo pedido esta semana para reponer algunos de los títulos más vendidos y ofrecer novedades. Y ya se está trabajando para que aquellos que estén interesados puedan observar el catálogo de los 200 títulos disponibles (que serían alrededor de 300 ejemplares) en la página web de la librería.
La oferta inicial de Insomnia se fundamenta en libros producidos en España y publicados por editoriales españolas. Entre ellas, Acantilado, Alfaguara, Alpha Decay, Anagrama, Dirty Works, Difácil, Paseo Editorial, Es Pop, Alianza, Catedra, Jekyll & Jill, Errata Naturae, Hiperión, Impedimenta, Libros del Asteroide, Minúscula, Nórdica Libros, Pre-Textos, Planeta, Random House, Seix Barral y Visor, entre otras. También se ofrece el servicio de importación para aquellos lectores interesados en textos de editoriales españolas que no estén dentro del catálogo.
“Hay vínculos muy hermosos con editoriales como Impedimenta, Alfa Decay, Acantilado, entre otras. Por ahora trabajamos con un distribuidor en España a quien le hacemos el pedido y ellos nos reúnen con todas esas editoriales. Aunque las editoriales también están muy interesadas en tener una unión con la librería Insomnia. De hecho, tenemos escritores como el rumano Mircea Cărtărescu, que está fascinado con la librería”, comenta Jesús Santana.
La oferta se centra en lo más actual y extraño de la literatura con intención de expandirse hacia otros temas y trabajar con editoriales venezolanas. “En estos momentos estamos conversando con Oscar Todtmann que nos ha demostrado apoyo absoluto y estamos esperando los libros de Eclepsidra. Estamos abiertos a todas las editoriales venezolanas, lo venezolano también nos interesa porque eso también es lo más importante que maneja la Fundación La Poeteca”, explica el librero de 46 años de edad.
No se venden libros en digital, Insomnia se caracteriza por tener clientes a quienes les interesa el ejemplar. “Desde que abrimos en diciembre nos ha ido muy bien. No tengo ningún problema con lo digital, es necesario y rentable. Lo que sí tendremos es una página web con acceso al catálogo nacional e internacional”, revela Santana.
El oficio del librero
Libreros y lectores han tenido que enfrentar, en los últimos años, el doloroso cierre y la despedida de grandes librerías tanto en Caracas como en el interior del país. Con la crisis económica, social y política en el país, la falta de estos espacios dedicados podría llevar a pensar que el oficio del librero está desapareciendo. Pero Jesús Santana no cree que sea así. Aunque no haya librerías, el librero seguirá existiendo.
“Por ejemplo, uno de mis maestros, Javier Marichal, no está en la librería Alejandría en este momento, pero cuando lo visito, sigo viendo al gran librero, con o sin librería. En Venezuela sí hay libreros en las pequeñas librerías que quedan por allí y que están tratando de sobrevivir”.
El oficio del librero, que actualmente pareciera correr el riesgo de desaparecer, se aprende siendo un buen lector. Y, a juicio de Santana, lo que hace a un buen librero es saber escuchar. “Debes escuchar al que visita, tomar nota de todo lo que pide. Uno como librero se termina formando con el cliente, con el lector. Te dicen: ‘oye, yo leí un libro una vez…’ Y uno toma nota de eso para tratar de tener ese libro a la brevedad”, explica Jesús Santana.
Luego de 12 años en Estudios, para Santana no hay ninguna diferencia en la forma en la que se desempeña como librero de Insomnia. “La única diferencia es que es gente que piensa como yo con respecto al lector venezolano, lo que me parece genial. No hubo ninguna diferencia, porque al final uno como librero está para el lector y es curioso, porque los lectores siempre son los mismos. Vas a otra librería como cliente y hay personas que también son tus clientes”, señala.
Lectores y emprendedores
Para Santana, el lector venezolano es muy interesante. Explica que hay un porcentaje que está muy cerrado a las editoriales novedosas o a escritores diferentes. Sin embargo, es brillante, afirma. Y agrega: “Para mí es muy interesante compartir con el lector venezolano. He conversado con lectores de otros países y me sorprende mucho. Hay gente que cree que no existe el lector venezolano y eso es falso. Venezuela tiene unos grandes lectores”.
Tras abrir su propia librería y empezar de cero, Santana considera que la experiencia lo convirtió en un emprendedor. En realidad, todo el equipo de la Fundación La Poeteca lo es. “Conozco a Ovalles desde hace 5 años y vi cómo nació la fundación y nació desde un emprendedor. Por lo tanto, yo también soy un emprendedor porque ahora me uno al equipo”, afirma.
“Aunque a veces lo más difícil es la situación de los precios y la importación, creo que sí se puede lograr. Cuando uno trabaja con libros y ama a los libros, es algo hermoso trabajar”, concluye Jesús Santana.