La actriz estadounidense Jennifer Aniston reveló en entrevista con la revista Allure publicada este miércoles que intentó ser madre y se sometió sin éxito a tratamientos de fertilidad durante una época muy dura de su vida, mientras recibía críticas por supuestamente priorizar su carrera sobre una familia.
«Años y años de especulaciones… Fue realmente duro. Estaba sometiéndome a FIV (fertilización in vitro), tomando té chinos, de todo. Estaba dándolo todo por ello. Habría dado lo que fuera si alguien me hubiera dicho: ‘Congela tus óvulos. Hazte un favor’. Simplemente no lo piensas. Así que aquí estoy hoy. El barco ha partido», dice la actriz.
La protagonista de la serie Friends (1994-2004), no obstante, asegura que tiene «cero remordimientos» por no haber sido madre e incluso siente «un poco de alivio» al no tener que pensar en la posibilidad de quedar embarazada, algo que en su caso define como «un camino muy difícil».
Jennifer Aniston señala que fue muy doloroso enfrentarse al mismo tiempo a la «narrativa» esgrimida por los tabloides de que «era egoísta» y que solo le importaba su carrera para especular sobre su vida personal, ante lo que expresó: «Que Dios perdone a la mujer que tiene éxito y no tiene un hijo».
Y recuerda aquellas especulaciones que se propagaron tras su ruptura con Brad Pitt. «Y la razón por la que me dejó mi marido, por la que rompimos y acabamos nuestro matrimonio, era porque no le daba un hijo. Mentiras completas. No tengo nada que esconder en este punto», indicó.
«Tengo tanta gratitud»
A esa etapa de su vida parece referirse cuando defiende que se siente más a gusto consigo misma a los 53 años de edad que cuando era más joven, ubicando su peor momento a finales de su década de los 30 y principios de los 40.
«Por eso tengo tanta gratitud por todas esas cosas de mierda. Si no, me habría quedado siendo una persona con miedo, nervios e insegura sobre quién era», agrega la intérprete, que zanja con un «Ahora me importa un pito».
Aniston, acompañada de sus perros en su casa de Los Ángeles, revela también haber hecho las paces con su madre, con quien tuvo una relación complicada, fruto de un esfuerzo personal por resolver asuntos que arrastraba desde su infancia y que influyeron en su visión de las relaciones.
«No quería emparejarme con alguien hasta que parte de ese trabajo estuviera hecho. No sería justo», comenta al respecto, comparando esa situación con «mudarse a una casa en la que no hay paredes» y describiéndose preparada para una relación, pero sin interés en casarse de nuevo.
«Pasé muchos años protegiendo mi historia con la FIV. Soy muy protectora con estas partes porque siento que hay muy poco que puedo guardar para mí misma. (El mundo) crea narrativas que no son verdad, así que yo puedo contar la verdad. Es como si estuviera saliendo de hibernar. No tengo nada que esconder», recalca.