El mundo de la música celebra 50 años de vida de una de las figuras más influyentes del rap, Jay-Z. El rapero que con las afiladas críticas sociales logró formar un imperio que se extendió a marcas de ropa, alcohol y empresas digitales.
Tal ha sido el éxito de Shawn Carter, mejor conocido como Jay-Z, que fue nombrado como uno de los 100 artistas más importantes de todos los tiempos por la revista Rolling Stone. Para el académico Michael Eric Dyson es un personaje digno de estudio.
«Estuve dando clases sobre él durante 10 años», explicó Dyson, que publicará el libro Jay-Z: Made in America. En la publicación el experto analiza a través de sus letras el medio siglo de vida del músico.
«El deseo constante de ser mejor, de aprovecharse, de hacer algo nuevo, de encontrar un nuevo proyecto, siempre una nueva aventura», dijo Dyson sobre la característica que define el carácter y la carrera de Jay-Z.
El rapero nació y creció en un humilde barrio de Brooklyn, Nueva York. Los escasos recursos de su familia lo llevaron a buscar en las drogas su principal fuente de ingresos. De allí que se describa públicamente a sí mismo como un antiguo narcotraficante convertido en músico.
«Vendí kilos de cocaína, ¿y qué? Creo que puedo vender discos. No soy un empresario, yo soy la empresa», dice en la canción de 2005 «Diamonds from Sierra Leona«, en la que colabora con Kanye West.
Dyson, profesor de la Universidad de Georgetown, insiste en que las canciones del rapero merecen ser estudiadas y analizadas seriamente. El experto compara la escritura de Jay-Z con los poemas del ganador de cuatro premios Pulitzer de poesía Robert Frost. «Es un Robert Frost con acento de Brooklyn», aseguró.
Sus rimas no dejan lugar a dudas de su predilección no sólo por la música, sino también por los negocios. Tres años después de publicar su primer disco fundó la firma de ropa Rocawear y, en 2003, la cadena de bares de lujo 40/40 Club.
La buena marcha de ambas empresas le permitió fundar en 2008 su compañía de entretenimiento Roc Nation. Después compró la tecnológica Aspiro, que incluye el servicio de música por internet Tidal, que se convirtió en el tercero más grande de esta categoría.
También es el propietario de la marca de champán Armand de Brignac, conocido por sus grandes botellas doradas populares entre artistas de alto perfil. Además, invirtió en la aplicación móvil de aviones privados JetSmarter y en la compañía de puros Cohiba.
Con el éxito de estas empresas, sus 14 álbumes y los más de 100 millones de discos que vendió en todo el mundo, se estima que Jay-Z acumula a sus 50 años una fortuna de unos 1.000 millones de dólares, según cifras de la revista Forbes.
«No puedo ayudar a los pobres si soy uno de ellos, así que me hice rico y lo devolví», enuncia en su canción «Moment of Clarity» (2003).
Entre sus esfuerzos por lograr un mundo más equitativo se encuentra su organización The Shawn Carter Foudation, con la que apoya a estudiantes que se enfrentan a dificultades socioeconómicas durante sus estudios universitarios. También colaboró en campañas con Naciones Unidas y donó 1 millón de dólares a la Cruz Roja tras el Huracán Katrina, que asoló Nueva Orleans en 2005.
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