Curtido en el periodismo, Javier Gómez Santander aterrizó de manera fortuita en el equipo de guion de La casa de papel, una serie española convertida en símbolo de rebeldía y lucha social que ha encandilado a una audiencia planetaria.
«Con una mirada más latina y emocional, hemos conectado con audiencias periféricas que miran el mundo desde posiciones similares a las nuestras», apuntó el jefe de guion de la serie en una videoconferencia organizada por el Instituto Cervantes de Manila, a la que se conectaron seguidores de todo el mundo.
Según Santander, plataformas como Netflix han roto con el monopolio anglosajón de la creación audiovisual. Esto ha permitido descubrir que las emociones que transmite una serie española no solo conectan con Latinoamérica, sino también con Filipinas, Turquía o Líbano.
«La casa de papel es hija de la debacle financiera de 2008, que dejó un mundo traumatizado con la crisis de liquidez» -apunta el guionista-, por lo que una trama basada en una banda de atracadores que imprime su propio dinero con caretas de Dalí y que canta «Bella Ciao» -himno de la resistencia partisana- enganchó a la audiencia.
La serie es la ficción de habla no inglesa más vista en Netflix y su cuarta temporada, que se estrenó el pasado 3 de abril con medio planeta confinado, ha sido vista por más de 65 millones de espectadores.
La clave es emocionar
Para Santander, la clave del éxito de cualquier creación -periodística, literaria o audiovisual- es que sea capaz de emocionar. Ese fue el mismo argumento con el que Álex Pina, creador y productor de La casa de papel, lo convenció para que prestara su pluma al proyecto.
«Yo iba a renunciar educadamente a la propuesta porque no me veía escribiendo guiones. Aunque a medida que Pina me contaba, el atraco me iba seduciendo. Cuando me dijo que él se dedicaba a generar emociones, me convenció», explicó Santander.
Después de haber trabajado en prensa, radio y televisión, Santander se lanzó a la literatura con El crimen del vendedor de tricotosas. Es una novela negra cargada de humor e ironía que fue un fracaso de ventas pero que tuvo a Pina entre sus lectores satisfechos.
La casa de papel también tropezó en sus inicios. Se estrenó en mayo de 2017 en la cadena tradicional española Antena 3, con 4 millones de espectadores, pero pronto cayó a dos millones, lo que precipitó su final.
Cuando era «un proyecto muerto» Netflix lo compró, lo subió a la plataforma en enero de 2018 y en un mes ya era un fenómeno mundial: «En Arabia Saudí una grada entera en un estadio de fútbol llevaba las caretas de Dalí y en el Carnaval de Río de Janeiro el traje de la banda de atracadores fue el disfraz más vendido».
Seguir o no seguir
Ante el éxito apabullante de las dos primeras temporadas -las que cubren el atraco triunfal a la Fábrica de Moneda y Timbre-, Netflix propuso al equipo de la serie que reviviera esa historia que ya tenía fin.
«La decisión que más nos costó fue si seguíamos. Por un lado, la serie se había convertido en un mito y queríamos mantenerlo, pero, por otro lado, la trama estaba cerrada», explicó Santander. Tuvo claro que la única opción era un nuevo atraco en el Banco de España, pero había que encontrar un buen motivo: la detención de Río.
Santander confiesa que el éxito de La casa de papel ha dado a todo el equipo de la productora Vancouver Media más libertad y confianza: «Ahora como creadores no tenemos que justificar tanto nuestras ideas».
Se han ganado la confianza de Netflix, que les ha encargado más proyectos: la serie Sky rojo, protagonizada por Miguel Ángel Silvestre y cuyo rodaje se ha visto paralizado por la cuarentena; y White Lines, serie ambientada en Ibiza que se estrenará en mayo, escrita por los guionistas de La casa de papel junto con Left Bank Pictures, productora de The Crown.
También vendrán nuevas temporadas de La casa de papel, donde se dará más recorrido a Manila, el nuevo personaje encarnado por Belén Cuesta que se une a la banda de atracadores.
«Al principio elegíamos los nombres al azar, pero ahora no. Manila es una ciudad evocadora y fácil de pronunciar en diferentes idiomas», explicó Santander sobre el apodo del nuevo personaje que ha causado furor entre la amplia legión de fans en Filipinas.
¿Y si el guionista traspasara la gran pantalla para integrar la banda? «Sería Sarajevo, sin lugar a dudas», confiesa con contundencia.