Empezó su carrera con 19 años huyendo de Michael Myers y, cuatro décadas después, aún no se ha librado de él. Jamie Lee Curtis regresa una vez más a Halloween con la cinta Halloween Kills y asegura que esta emblemática saga de terror le ha dado todo lo que ha conseguido en el cine.
«Sin Halloween no habría dejado huella», afirma a Efe la conocida como «reina del grito».
Tras relanzar la saga con Halloween (2018), una secuela directa de la original y mítica Halloween (1978) de John Carpenter, Curtis presenta este viernes en cines y la plataforma Peacock, Halloween Kills, segunda parte de esta trilogía que cerrará el año que viene Halloween Ends.
Como en la película de hace tres años, David Gordon Green es el director y Jason Blum, uno de los hombres en mayúsculas del terror contemporáneo, el arquitecto en la producción.
Halloween Kills comienza exactamente donde acabó Halloween: Laurie (Jamie Lee Curtis), su hija Karen (Judy Greer) y su nieta Allyson (Andi Matichak) encerraron a Michael Myers en un sótano ardiendo para que se pudra entre las llamas.
Pero Michael Myers, por supuesto, encuentra el modo de escapar.
-¿Cómo consiguieron David Gordon Green y Jason Blum entender y replicar la esencia de Carpenter y de la Halloween original?
-Algo que la mayoría de gente no sabe es que estas nuevas películas empezaron con un email el 7 de septiembre de 2017 a las 8.04 de la tarde.
Era un correo electrónico de Jason Blum para David Gordon Green que decía: «Halloween. Control creativo total. Carpenter hace la banda sonora. ¿Es este un recreo en el que te gustaría jugar?».
El siguiente correo, a las 8:30 de la mañana, es de David a Jason y la primera palabra es «guau». Luego dice que este es el mejor email de mañana que jamás ha recibido y cuenta: «¿Sabes? He seguido a Carpenter y su música. Él y su hijo hicieron un concierto en Austin y fue la hostia…».
Así que estaba muy claro que Jason eligió a David sabiendo que esto sería algo que David querría hacer (…). Ese es el milagro. Jason, que es brillante, sabía que David sería capaz de honrar la saga e inventar un nuevo mundo haciendo una reverencia al trabajo original de Carpenter. Y dio en el blanco.
Esto muestra lo inteligente que es Jason y también lo clarividente que es David. Con Halloween (2018) hizo una película sobre el trauma femenino antes del movimiento #MeToo. Y luego hizo una cinta sobre la violencia de la turba y el daño colateral en la comunidad antes de toda la furia pública que hemos visto en el mundo.
Siento esta respuesta tan larga. La próxima será más corta (sonríe).
La progresión de la violencia
–Halloween iba del trauma de Laurie y su familia, pero Halloween Kills habla del trauma que sufre todo el pueblo de Haddonfield.
-Lo que sucede es que Michael es un fénix.
Michael sobrevive al fuego (…). Y yo creo que ha ascendido, ha trascendido. Se ha metamorfoseado en algo más poderoso de lo que nunca ha sido.
La natural progresión de la violencia es que sea aún más violenta. Está en el ADN de Michael que cada uno de sus asesinatos sea más exagerado. Si antes era un ataque, ahora son cinco. Eso muestra su trascendencia.
Ahora es más brutal y eso se corresponde con el nivel de violencia que vemos en el mundo. Es un momento interesante para estrenar esta película.
-¿Cómo se derrota al mal total sin caer uno mismo en el mal?
-Bueno, yo he visto «Batman». ¿No se convierte Batman en alguien malvado? (risas). Pero creo que nosotros no vamos ahí: no vamos a ver de repente a Laurie como una asesina en serie.
Lo que te respondería la parte listilla de mí es que se derrota con humor (sonríe). Pero, ya en serio, creo que para vencer al mal se necesita una especial elegancia (…) y ser más inteligente.
Desde el momento que conocimos a Laurie y la profesora le pidió que describiera a dos filósofos, ella decía unas palabras que todavía recuerdo a mis 62 años aunque solo las dije una vez cuando tenía 19 (recita el diálogo entero de memoria). Así que sabemos que Laurie es una mujer realmente inteligente.
-¿Cómo habría sido su vida y su carrera sin Halloween?
-Creo que no habría dejado huella.
A mí me han rechazado personas brillantes y grandes cineastas, he estado en condiciones de hacer grandes papeles y no los conseguí. Eso está en la naturaleza de ser un artista.
El mejor consejo que me han dado fue de alguien que me dijo: «Tienes algo. No sé qué es, pero es algo». Yo, que era una actriz joven con estos ojos grandes, le miré y le dije: «Yo tampoco lo sé. ¿Qué es?». Y él me respondió: «Nunca quieras saberlo. El momento en que lo sepas, lo perderás. Lo que pasa con el talento es que no deberías saber cuál es su ingrediente secreto: solo haz tu cosa».
Y así te lo digo: nunca he pensado en ello. No tengo ni puta idea de por qué sucedió tal cosa (en mi carrera), esa otra y esa otra (…). No sé por qué fue Halloween, no sé por qué fueron estas películas, ni por qué después de tantos años he podido hacer estas nuevas cintas. No tengo ni idea.
Solo me levanto cada día y pienso: «Vale, genial, qué vamos a hacer hoy». Así es cómo lo hago. No lo puedo intelectualizar: solo necesito quitarme del jodido en medio.