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El clásico mapa de la industria de Hollywood, con algunos nombres de gran historia en el cine, la TV y los otros medios ocupando las posiciones más estratégicas, podría quedar desactualizado muy pronto. Si se aceleran algunos movimientos subterráneos o bajo el radar que los observadores y analistas más sagaces de la industria tratan de desentrañar al menos dos de los grandes estudios de Hollywood, tradicionales y dominantes en el último siglo podrían cambiar de manos.

Los nombres involucrados en una nueva ola de posibles compras, fusiones o reestructuraciones que los analistas vislumbran para los primeros meses de 2024 o más allá son Paramount y Warner. Las noticias más cercanas podrían llegar por el lado de Paramount, no tanto a partir de una compra directa del estudio por parte de alguno de sus actuales competidores sino del control directo de sus operaciones, que podría hacerse realidad si se llegara a confirmar la adquisición de una de las empresas de mayor valor estratégico del grupo que actualmente maneja el estudio.

Así lo sugiere una nota que acaba de publicar el influyente portal de noticias de Hollywood Indiewire. Los estudios Paramount forman parte del poderoso holding Paramount Global. Otras marcas destacadas de este megaprotagonista de la industria del entretenimiento son la cadena CBS, los canales MTV, Comedy Central y Nickelodeon, la editorial Simon & Schuster y una enorme cantidad de emisoras de TV regionales y locales a lo largo de todo el mundo.

Inversión multimillonaria

Nadie parece por ahora, según evalúa Indiewire, estar dispuesto a pagar los casi 30.000 millones de dólares que costaría una eventual venta en bloque de Paramount Global. Pero el control de la nave insignia del grupo, los estudios Paramount, podría hacerse realidad si algún comprador se interesa en adquirir National Amusements (NAI), la cadena global de salas de cine que posee 77% de las acciones con derecho a voto de Paramount Global.

La cifra que maneja el mercado es de 2.000 millones de dólares. Quien ponga ese dinero sobre la mesa para adquirir National Amusements podría asegurarse el control de Paramount sin necesidad de adquirir un estudio cuyo valor patrimonial se estima en casi 19.000 millones. Y en el caso de que Paramount cambie de manos (actores tan fuertes como Comcast, Apple y Amazon más de una vez insinuaron interés por controlar un estudio tradicional), la primera consecuencia sería el traspaso a alguna de ellas de la actual masa global de suscriptores de la plataforma de streaming Paramount+.

Comcast es el propietario de Universal, otro de los estudios de Hollywood con mayor historia. Desde 2022 por lo menos corren los rumores de que estaría interesado en quedarse con Warner, uno de sus actuales rivales y dueño también de una tradición centenaria en el cine de Hollywood.

En octubre pasado, a través de una investigación de Variety, se supo que un número significativo de empleados de Warner esperan no solo que el estudio cambie de manos en un plazo más o menos corto. También están convencidos de que el nuevo dueño será uno de sus actuales competidores. Un estudio rival, más precisamente Universal, controlado por Comcast.

Los cinco jugadores top

Warner, fundado en 1923, es hasta hoy uno de los selectos integrantes del llamado club de los Big Five junto a Universal, Paramount, Walt Disney Studios y Sony Pictures. Curiosamente (o no) Warner y Paramount son los únicos estudios sobrevivientes de la gran época de oro de Hollywood, cuando a esos nombres dominantes en la industria del cine se sumaban Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), RKO Pictures, 20th Century Fox y Columbia Pictures.

RKO fue el primero en desaparecer (quedó disuelto en 1959), MGM hoy es propiedad del gigante del comercio electrónico Amazon, Columbia fue absorbida por Sony y Fox pasó a formar parte en 2019 de los activos de Disney. ¿Qué pasará con Warner y Paramount? ¿Seguirán como antes o quedarán expuestos también ellos a la próxima ola de cambios corporativos?

Los analistas miran el 8 de abril de 2024 como una fecha clave para definir el futuro de ambos estudios. A partir de ese día, el conglomerado Warner-Discovery quedará habilitado por la ley estadounidense para participar de cualquier futura operación de venta o fusión con otra empresa. Y la misma corriente podría comprometer también el futuro de Paramount. El máximo ejecutivo de Paramount Global, Bob Bakish, dejó abierta la posibilidad de una venta más de una vez en los últimos meses.

Pero estos rumores podrían cruzarse en las próximas semanas y meses con tendencias que van hacia la dirección opuesta. Un estado de cautela generalizada empieza a dominar a la industria desde se conoció en las últimas horas el primer informe preliminar sobre las perspectivas globales de la industria del cine según los números de taquilla, que vuelven a ser negativas.

El primer borrador del informe anual sobre los números de venta de entradas que lee la industria, a cargo de la consultora Gower Street Analytics, proyectan una baja de 5% para 2024 en la taquilla mundial a partir del impacto de la larga huelga de los actores y los escritores de Hollywood en la producción de contenidos.

Según ese borrador, la recaudación global de los cines en 2023 sería de unos 33.500 millones de dólares y bajaría a 31.500 millones el año que viene. Esas cifras indican al mismo tiempo 20% menos de entradas vendidas en relación con el promedio alcanzado durante el período 2017-2019, previo al estallido de la pandemia.

Los analistas de Gower estiman que por la huelga se perdió la mitad del tiempo disponible para producir películas y que la baja proyectada en la venta de entradas en 2024 será el resultado de la menor cantidad de material disponible para ser estrenado el año que viene. Ese sería el disparador de la tendencia declinante y no, como piensan algunos observadores, una pérdida de interés por ver películas en pantalla grande como efecto irreversible de todo lo que se vivió durante la pandemia. Citan, como ejemplo de que la gente vuelve al cine de inmediato cuando hay películas atractivas, el éxito de Barbie (Warner) y Oppenheimer (Universal), que impulsaron un récord histórico en la venta global de entradas en julio pasado.

Mientras tanto, todo este nuevo escenario de atención preferencial en los próximos meses podría dilatar cualquier definición inmediata sobre el futuro de Warner y de Paramount. Pero la industria de Hollywood cree que, tarde o temprano, el mapa actual cambiará inexorablemente de contornos, límites y nombres.


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