Frank Spano ha demostrado en la última década su capacidad como director para contar historias complejas y distintas una de otra.
Debutó en 2011 con Hora menos, que narra la vida de dos mujeres de diferentes generaciones y clases sociales que sufren una tragedia. Siete años después estrenó Oculto, un documental sobre tres deportistas que persiguen sus sueños en medio de dificultades y gracias al apoyo de amigos y familiares.
Y ahora, el también actor y productor, que reside entre Madrid y Panamá desde hace más de 20 años, vuelve como director con Humanpersons, la historia de James (Luis Fernández), un colombiano traficante de órganos que en la cumbre de su adultez hace un viaje de regreso a su origen, que ha negado durante 35 años.
Cuando se le pregunta sobre el contraste entre una película y otra, Spano explica que desde que empezó a dirigir y a producir, estas historias han sido criaturas narrativas que le acompañan. «Son resultado de una necesidad de contar historias que siempre tienen un vínculo con el hecho humano, personal, cotidiano y familiar», dice.
Humanpersons hace justicia a lo que dice. El trasfondo es el universo tabú del tráfico de órganos mientras James, un personaje que a lo largo de la cinta se contradice y deja ver sus propias costuras, intenta salvar la vida de su hijo, JJ, cumpliendo una misión en Medellín, la ciudad donde creció y que tanto ha evitado.
James, que ha vivido los últimos 35 años de su vida en Estados Unidos, no quiere hablar en español, prefiere que su nombre sea pronunciado con acento anglosajón y evita cualquier contacto con el pasado.
Pero las circunstancias de su misión, su vinculación con unos mafiosos brasileños y un encuentro que no esperaba lo regresan a su pasado. Es un hombre que les ha sacado órganos a las personas para venderlos.
A Spano se le ocurrió la historia de Humanpersons en el año 2011, cuando leyó unos reportajes en un periódico español que hablaban acerca de cómo el Ejército serbio había vendido órganos para financiar parte de su armamento.
«A finales de ese año y en 2012 empecé a investigar. Surgió en mí entonces la necesidad de contar la historia de este personaje, James. Más de 3 años de investigación y 12 versiones de guion dieron con la película, que contiene una pequeña parte de lo que es el tráfico de órganos en el mundo«, relató el director.
Fue tanto el material que acumuló sobre del tema que tuvo que realizar una exhaustiva selección. Tenía la alternativa de contar un documental o una ficción. Pero consideró que el thriller dramático generaría un punto de encuentro con la emoción del espectador.
Para Luis Fernández, quien vive desde hace dos años con su esposa, la actriz Mimí Lazo, en Los Ángeles, James es uno de los personajes más difíciles que ha interpretado en su carrera. Es el traficante que carga con el peso de Humanpersons en sus hombros.
«Creo que no es nada grato hacer viajes como el de James, porque si para una persona que es, entre comillas, normal, es difícil, imagínate si has sido sobreviviente toda la vida, como James, que ha tenido que cometer crímenes inenarrables para sobrevivir. Enfrentarte a eso creo que es complejo. Por eso su melancolía y su desesperación, por un lado; y por otro, tener que ir a extremos a conseguir un hígado a cualquier precio para salvar a su hijo. Es algo con lo que cualquiera que sea padre podría identificarse», indicó el actor, que detalló que tanto él como Lazo han trabajado en varias películas que pronto se estrenarán. Reveló, además, que su pareja acaba de terminar su primera cinta y él espera debutar como director. Ambos trabajan en historias propias relacionadas con Venezuela.
Su interpretación en Humanpersons es la de un personaje que se muestra fuerte, pero sensible a la vez.
Aunque él señala que es más bien vulnerabilidad. «Es capaz de matar a diario extrayendo un hígado del corazón de una persona. Pero también es un hombre inmensamente vulnerable. Y si se quiere frágil. Recurre a la violencia y su práctica criminal es su salvación”, indicó.
Recordó que entre lo más complejo de interpretar a James se encuentra haber tenido que grabar en tres localidades distintas con climas extremadamente diferentes: Illinois, Medellín y Panamá.
Antiviolencia
A pesar de que Humanpersons es una cinta tensa y de suspenso, son pocas, por no decir nulas, las escenas violentas. Spano reconoce que lo quiso así, pues aunque le interesa hacer una relectura del thriller, prefirió evitarse demasiados momentos de acción.
«Mi propuesta es llegar a un nivel de violencia, evitando la violencia. Es decir, que lo violento sea la antiviolencia«, afirmó.
Quiso, de este modo, alcanzar niveles de emotividad pues, recalcando su papel como comunicador, espera generar una toma de conciencia respecto al tráfico de órganos. «Este problema es tan grande que no hay una sola respuesta en cada país. La perspectiva sobre el tráfico de órganos es totalmente distinta. Por eso, la manera de denunciar y hacer más universal el discurso era haciendo una historia llevada por un hombre que vive un viaje que pudiera vivir cualquier persona«.
Fernández opina: «Siento que la idea de Frank de hacer este viaje más interno que externo hace de las circunstancias meras excusas para que este hombre vaya hacia sí mismo. Como espectador puedo identificarme con él porque creo que todos, a lo largo de nuestras vidas, hacemos este viaje hacia nosotros mismos. Nos damos cuenta de nuestros errores y ponemos todo en perspectiva».
«Nos estamos comiendo unos a otros»
Sin embargo, la película no solo ha servido para contar una historia. Spano también la ha usado para generar campañas de responsabilidad social en los países donde se ha estrenado.
«A través de las redes sociales hemos creado una campaña para darle información a la gente sobre la importancia de la donación«, explicó.
Señaló que el tráfico de órganos sigue ocurriendo como resultado de la alta demanda y las pocas donaciones. «El problema con el tráfico mundial es que las leyes en cada país funcionan de manera distinta. Hay falta de información y educación. La película no pretende cubrir toda la información, es imposible, pero sí alertar para que se tome conciencia».
Y aunque es un tema que no suele abordarse abiertamente en el cine, advirtió que las cifras de organismos internacionales apuntan a que «estamos comiéndonos a nosotros mismos».
@Isaacgonzm
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