Stella, la hija de Melanie Griffith y Antonio Banderas, presentó una solicitud para eliminar de su nombre el apellido de su madre. Así consta en los documentos legales que consignó ante un juez en Los Ángeles.
La modelo, actriz y empresaria de 25 años de edad quiere acortar su nombre a Stella Del Carmen Banderas quitando el apellido «extra» y con el argumento de que habitualmente no lo utiliza. «Por lo general, no uso Griffith cuando me refiero a mí misma o en documentos», explicó en la solicitud, a la que tuvo acceso el medio The Blast. «Entonces, eliminar el nombre coincidiría con mi uso habitual», señaló.
Stella nació en España y es hermana de la actriz Dakota Johnson y de Alexander Bauer por parte de su madre.
La joven de 25 años tuvo su debut como actriz en la película de 1999 Crazy in Alabama, que dirigió su padre y protagonizó su madre. La hija menor de Melanie, que es bilingüe y domina tanto el idioma español como el inglés, asistió recientemente al Festival Internacional de Cine de San Sebastián junto con su padre.
La decisión de Stella de acortar su nombre parecería no estar vinculada a su relación con su madre, quien recientemente recibió un especial regalo de cumpleaños de parte de sus dos hijas. El mes pasado, la estrella de Secretaria ejecutiva compartió en el día de su aniversario una imagen llena de globos junto a la que escribió: «Amo a mis hijas».
Stella Del Carmen y cómo es ser “la hija de…”
En una columna publicada por Stella del Carmen a finales del año pasado en la revista Vanity Fair, la joven relató cómo la popularidad de sus padres marcó su infancia y su adolescencia. Aunque reconoció que disfruta de una vida llena de oportunidades gracias a formar parte de una de las familias más célebres de Hollywood, de la que afirma sentirse muy agradecida, lamentó no poder disfrutar del anonimato y de la intimidad como aquellos que nada tienen que ver con la fama, los focos y el cine.
A lo largo del texto publicado por la edición española de la prestigiosa revista, la joven empresaria contó que pudo crecer alejada de los medios de comunicación como una niña más; sin embargo, fue durante su adolescencia cuando comenzó a sufrir el peso de la fama de sus padres. «Pude olvidarme por completo durante varios años hasta que terminé la secundaria y llegué a la universidad en una ciudad distinta y la primera frase que me decía todo el mundo era: ‘¿Tu padre es Antonio Banderas?’. O los cuchicheos a mis espaldas eran: ‘¡Su madre es Melanie Griffith!», señaló la nieta de Tippi Hedren.
La actriz también compartió una anécdota que le ocurrió en uno de los viajes más emocionantes que hizo en su vida. A raíz del divorcio de sus padres después de casi dos décadas juntos, Stella viajó con Antonio Banderas a Perú, donde recorrieron el Camino Inca hasta llegar a las ruinas de Machu Picchu, pero ni siquiera en el rincón más recóndito del mundo evitaron ser reconocidos.
En esta aventura inolvidable, padre e hija pasaron días inmersos en un increíble entorno, que sirvió de reflexión y unión para ambos. «Nunca olvidaré cuando mi padre y yo nos fuimos cinco días a una excursión a Machu Picchu, en Perú, recorriendo entera la dificilísima ruta, y lo primero que vimos al llegar a la cumbre, no fue la antigua y bella ciudadela inca, sino a un señor con una cámara sacándonos fotos mientras yo lloraba después de hacer ese viaje juntos, lleno de emociones, en el que habíamos reforzado nuestra relación. De verdad que no es normal».
De todas maneras, la hija de Banderas y Griffith afirmó que pese a las consecuencias de la fama de sus padres, se considera una verdadera afortunada y admitió que su vida es «un precioso regalo». «Esto no lo cuento porque yo sea una desagradecida. Creo que me ha tocado aprender a experimentar las cosas con tranquilidad y a observar, más que a reaccionar. Sin duda, mi vida ha sido un precioso regalo y algo que jamás he tratado de dar por sentado, de ahí mi forma de ser, la encarnación misma de darle muchas vueltas a todo», dijo.
«Los primeros años de mi vida los pasé viajando de rodaje en rodaje, llevo recorriendo el mundo desde que nací, he ido a colegios increíbles. […] He sido bendecida con un estilo de vida y unas oportunidades que la mayor parte de la gente no podrá experimentar», cuenta quien a los 16 años, por ejemplo, tuvo el privilegio de conocer al que fuera presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en su propia casa. Y, según sus palabras, si algo aprendió es, precisamente, a no prejuzgar a los demás: «No podemos elegir las circunstancias en las que nacemos y no hay forma alguna de saber cómo es, realmente, la vida de los otros».