Harvey Weinstein pasó de ser el productor más exitoso de las últimas décadas al demonio más perverso de Hollywood. Y la lista de hechos y dichos que lo llevaron a esa categoría sigue acrecentándose. A horas de que el tribunal que lo encontró culpable de los delitos de abuso sexual y violación que pesaban en su contra dé a conocer la condena, trascendió un mensaje en el que el ex ejecutivo de Miramax y The Weinstein Company expresa que la actriz Jennifer Anniston «debería ser asesinada».
La frase, según informó el portal Page Six, forma parte de una serie de correos electrónicos que Weinstein envió y que salieron a la luz. Entre esos mensajes también se encuentran pedidos desesperados a sus poderosos amigos para limpiar su imagen y conservar su lugar privilegiado dentro de la industria.
En ese momento, su publicista, Sallie Hofmeister, lo alertó sobre la posibilidad de que la actriz de Friends se sumara a la lista de denunciantes en un artículo de Esquire. La mujer le reenvió un mensaje que había recibido de alguien de la publicación, asegurando que Aniston le había contado a un amigo que en 2005, durante la filmación de Descarrilados, el productor la acosó sexualmente y la puso contra la pared mientras le tocaba el trasero.
Ese mensaje en el que afirmaba que Anniston «debería ser asesinada», además decía: «A través de los años, él frecuentemente se quedaba mirando fijamente su escote y movía su boca, haciendo que Jennifer se sintiera incómoda… Harvey estaba encaprichado con Jennifer Aniston. Estaba completamente obsesionado con ella y constantemente decía lo buena que estaba».
Rápida respuesta
La respuesta de Weinstein tardó 45 minutos y fue tan escueta como clara: «Jennifer Aniston debería ser asesinada».
El Enquire nunca publicó esa acusación y un vocero de la actriz afirmó que esos alegatos eran falsos. «Jennifer nunca fue acosada ni atacada sexualmente por Harvey Weinstein», dijo el publicista Stephen Huvane. Y agregó: «Él nunca estuvo lo suficientemente cerca para tocarla y ella nunca estuvo a solas con él».
Cena incómoda
Aniston le contó el año pasado a Variety que Weinstein se comportó «como un cerdo» durante la cena posterior al estreno de Descarrilados. «Recuerdo que yo estaba sentada en una mesa con Clive Owen y nuestros productores, y una amiga mía estaba sentada junto a mí. Él, literalmente, se acercó a la mesa y le ordenó a mi amiga: ‘Levantate’. Y yo pensé: ‘¡Oh, Dios mío!’. Así que mi amiga se levantó, se cambió de lugar y él se sentó. Fue una increíble muestra de su prepotencia».
En esa misma entrevista Aniston acusó al productor de haberla presionado para que usara un vestido diseñado por su entonces esposa, Georgina Chapman, durante el estreno de la película, pero ella se negó.
Además del «e-mail» sobre la protagonista de The Morning Show, trascendieron otros que dan cuenta del desesperado intento de Weinstein por conservar el apoyo de algunos de los más poderosos empresarios, como el ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg; el fundador de Amazon, Jeff Bezos; y el entonces CEO de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein. En esos mensajes aseguraba que muchos de los alegatos en su contra eran falsos y que había comenzado una terapia para dejar de lado su conducta y poder tener, así, una nueva oportunidad.
En esos textos, el productor revelaba que estaba seguro de que el directorio de The Weinstein Company lo iba a despedir y solicitaba que enviaran cartas de apoyo para respaldarlo y poder conservar su puesto. «Estoy desesperado por tu ayuda», decía uno de esos mensajes.
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