Desde acusarlos de mentir hasta denunciar una «guerra contra Meghan», el príncipe Harry y su esposa suben el tono contra la familia real británica en la esperada segunda y última entrega de su documental en Netflix que se estrena este jueves.
Tras el éxito de los tres primeros episodios, donde arremetieron contra la prensa sensacionalista británica por su trato a la exactriz de ascendencia afroamericana, la pareja parece apuntar ahora al Palacio de Buckingham y al príncipe William para justificar su sorprendente salida de la monarquía en 2020.
En dos nuevos tráilers publicados en los últimos días, se ve a Meghan diciendo: «No sólo me echaron a los lobos, me utilizaron para alimentar a los lobos».
Su abogada Jenny Afia insiste en este punto, diciendo que «había una verdadera guerra contra Meghan». Vio «pruebas de que hubo informaciones procedentes del palacio contra Harry y Meghan en beneficio de otras personas».
«Les parece normal mentir para proteger a mi hermano, pero no estaban dispuestos a decir la verdad para protegernos a nosotros», asegura el príncipe refiriéndose a William, de 40 años de edad.
El duque de Sussex, de 38 años, que publicará su libro de memorias Spare (Recambio) en enero, también se graba a sí mismo con su teléfono mientras abandona el Reino Unido y denuncia el «robo de la libertad».
Estos nuevos episodios pueden resultar explosivos para la realeza, en un periodo crucial tres meses después de la muerte de Isabel II y la llegada al trono de Carlos III.
«Como esperábamos desde la semana pasada, se han quitado los guantes», escribe la corresponsal real del Daily Mail, Rebecca English.
Para su colega de ITV Chris Ship, el asunto «se vuelve sucio». «Este tráiler sugiere que (Harry) va a culpar a su hermano, o al menos a su entorno, de algunas de las historias sobre los Sussex que han salido en la prensa. Se trata de una escalada considerable», añadió.
¿Una respuesta de Buckingham?
De momento, el palacio no ha hecho ningún comentario sobre el contenido del documental de Harry y Meghan.
Pero si las acusaciones vertidas en la última parte son serias, Buckingham podría verse obligado a romper su silencio esta vez.
Carlos III, la reina consorte Camila, William y su esposa Kate tienen previsto mostrar la unidad de la familia real asistiendo juntos el jueves al concierto real de Navidad. El evento será en la Abadía de Westminster, que será televisado durante las fiestas.
Y el martes, el servicio de prensa de Kate y William publicó una foto de la pareja preferida de la prensa sensacionalista británica vistiendo pantalones vaqueros, sonrientes y relajados. Los fotografiaron mientras caminaban con sus hijos por la finca real de Sandringham. Muy lejos de la imagen formal y privada que retrata de ellos Meghan en el documental.
Los tres primeros episodios del documental de Harry y Meghan producido por Netflix totalizaron 81,55 millones de horas de visionado. Esta es la mayor cifra jamás alcanzada por un documental en su primera semana de estreno, según la plataforma de streaming.
Pero en el Reino Unido, la popularidad de Harry y Meghan volvió a caer justo antes del estreno del documental, pese a que ya eran los miembros de la realeza más impopulares.
La prensa británica los vapuleó tras los primeros episodios, acusándolos de «indecencia» y de «atentar contra el legado de la reina» Isabel II. En particular al criticar a la Commonwealth, a la que ella mostró gran apego durante sus 70 años de reinado.
Algunos medios ya lo consideran «un punto de no retorno» en el distanciamiento de Harry respecto a Carlos III y William. Una reconciliación parece ahora improbable, seis meses antes de la coronación oficial de su padre.