ENTRETENIMIENTO

Gustavo Dudamel celebró los 100 años de la LA Phil con un concierto histórico

por Avatar EFE

Gustavo Dudamel, Zubin Mehta y Esa-Pekka Salonen: un trío estelar de maestros para un concierto único. Así celebró la Filarmónica de Los Ángeles sus 100 años con una velada para la historia. En ella estas tres grandes batutas compartieron programa y, al final, dirigieron una obra juntos.

El Walt Disney Concert Hall acogió este concierto coincidiendo un siglo del primer concierto de la Filarmónica de Los Ángeles (LA Phil), que fue el 24 de octubre de 1919. Y para tan especial cumpleaños, LA Phil contó con tres maestros que dejaron huella como directores al frente de esta orquesta: el indio Mehta, el finlandés Salonen y el venezolano Dudamel.

«El día antes del ensayo, yo estaba como un niño antes de la Navidad esperando a recibir el regalo», dijo a Efe Dudamel. «Es un momento único. Sobre todo compartir una obra y dirigirla junto a dos maestros como Salonen y Mehta. Así que va a ser una experiencia muy hermosa, es muy especial. Y significa lo que es este momento para la Filarmónica de Los Ángeles: excelencia, futuro, encuentro. Todo ese tipo de elementos que hacen a esta familia algo maravilloso», remató.

Dudamel se refirió así a From Space I Saw Earth, obra de Daníel Bjarnason para ser dirigida por tres batutas de modo simultáneo. Y que, además, fue encargada específicamente para este concierto.

El chileno Paolo Bortolameolli, que es director asociado de LA Phil, aseguró a Efe que se trataba de «una ocasión realmente épica».

«Es una noche que realmente no se puede olvidar: ver a estos tres maestros compartiendo escenario cada uno con su repertorio. Y, al final, con esta obra que fue especialmente escrita para ellos. Realmente es una maravilla, un honor estar viviendo este momento histórico», apuntó el joven director.

«Son tres maestros emblemáticos. Hablamos de tres generaciones de maestros que aportaron muchísimo al desarrollo y crecimiento artístico y la visión que tiene esta institución. Es un lujo», añadió.

Sin duda, el lujo y la exclusividad fueron una parte importante de la noche, porque después del concierto había una cena de gala al aire libre.

Pero en la parte estrictamente musical, los espectadores pudieron no solo disfrutar de estos tres directores sino, también, comparar sus diferentes estilos.

Así, un explosivo y muy dinámico Salonen fue el primero en subirse al podio para afrontar la Sinfonía número 4 de Witold Lutoslawski.

Después llegó el turno de Mehta, toda una leyenda de la música clásica y todavía activo a sus 83 años de edad.

Con bastón y banqueta para negar el paso del tiempo, el indio recibió grandes aplausos por La valse de Maurice Ravel. También dirigió el preludio de Los maestros cantores de Núremberg de Richard Wagner.

Y si Salonen y Mehta representan parte del legado de LA Phil, una orquesta con vocación experimental y de apertura al gran público, a continuación llegó Dudamel. El venezolano, siempre muy expresivo y detallista, simbolizó el presente y futuro de esta institución con la interpretación de una suite de El pájaro de fuego de Igor Stravinsky.

Pero el instante más esperado por el público llegó en la parte final cuando los tres dirigieron conjuntamente From Space I Saw Earth.

Dudamel se colocó en la posición habitual del director y se hizo cargo de las cuerdas; mientras que Salonen y Mehta, en dos podios situados en medio de los instrumentos, se ocuparon de los vientos y las percusiones.

Con tres batutas en lugar de una, los maestros pusieron mucho hincapié en una perfecta sincronización. Cada vez que Salonen y Mehta se giraban para mirar a Dudamel y clavar el tiempo con el venezolano, en el público se escuchaban unas risas de satisfacción por estar viendo algo único.

La obra terminó, además, con un guiño al futuro de LA Phil cuando una docena de chicos de YOLA, programa educativo promulgado por Dudamel en Los Ángeles para jóvenes con pocos recursos, insipirado en el sistema de orquestas venezolano, apareció entre el público sin avisar para el toque final de percusión con el que finalizó el concierto.