ENTRETENIMIENTO

Guillermo Dávila anuncia sorpresas en la gira por Lima que podría concretar el primer encuentro con su hijo peruano

por Avatar GDA | El Comercio | Perú

Guillermo Dávila canta cuando está alegre, pero también lo hace cuando necesita mitigar sus penas. Más que un medio para ganarse la vida, la música representa para el artista venezolano un recurso para vencer sus temores y acercarse a los que más ama. En mayo de 2020, su gira Cerca de ti lo traerá de regreso a Venezuela, luego de seis años de ausencia; y un mes después lo llevará a Perú para ofrecer dos presentaciones y -probablemente- concretar el primer encuentro físico con su hijo Vasco Madueño.

Las presentaciones del artista de 64 años de edad en Perú serán el 19 y el 20 de junio en el Centro de Convenciones del hotel María Angola, en Miraflores.

—Han pasado casi 20 años desde la última vez que visitó Perú, ¿por qué esperó tanto tiempo para regresar?

—Por las cosas que acontecieron, las condiciones no estaban dadas para volver.

Paternidad controvertida

—¿Se refiere a la polémica que se generó en relación con su hijo peruano, Vasco Madueño? ¿Cómo va la relación con él?

—A todo lo que se dijo. Vasco y yo estamos muy bien, conversamos, chateamos, estamos construyendo nuestra relación. Es bello y maduro para su edad, está en plena formación artística, le gusta el rock, la vena está aflorando. A todos mis hijos les gusta el arte: Guillermo Manuel es baterista, Marielena es actriz y Daniela diseñadora gráfica. El arte siempre rodea mi vida, me siento bendecido por eso.

—¿Reconoció a Vasco legalmente como su hijo?

—Eso es lo más cercano, no está lejos de la realidad; pero quisiera manejar este tema de una manera muy privada, porque es delicado. Muchas personas quisieron hacer de esto un show, y lo que lograron fue hacernos daño. Te adelanto que en mi visita a Perú habrá muchas sorpresas, incluso en mis conciertos.

—¿Vasco le acompañará en sus presentaciones en Lima?

—Habrá sorpresas.

—Su gira también le llevará de regreso a Venezuela, adonde dijo que no regresaría por temor a terminar preso debido a sus declaraciones contra el gobierno de Maduro. ¿Qué lo animó a volver?

—Venezuela es mi casa, mi país, lo extraño muchísimo; además, hay mucha gente a la que quiero ver, y con Perú me ocurre igual.

Química perfecta

—¿Aprovechará su visita a Perú para ver a Gisela Valcárcel?

—A Gisela le digo de una vez: Prepárate porque voy a aparecer de sorpresa y disfrazado.

—Siempre se especuló con un posible romance entre Gisela y usted. ¿El romance existió?

—No se dio, pero sí le veía las piernas (risas). Ella despierta muchas cosas porque es una mujer muy sensual, carismática e inteligente. La tengo en mi lista.

—Hace seis años llegó a Florida, Estados Unidos, huyendo de la crisis política y económica que se vive en Venezuela. ¿Se reinventó en ese país?

—Salí de Venezuela, como lo hacen muchos venezolanos; y sí, hice muchas cosas para reinventarme, pero la historia cambió cuando me encontraron una infección en los pulmones, que me puso al borde de la muerte. Permanecí catorce días sin sentir nada, y cuando recobré el conocimiento me dijeron: “Te has muerto ocho veces”. La gente especuló muchísimo y la prensa hizo noticia matando a un ídolo (risas).

—¿Algunos artistas de su generación han hecho colaboraciones en reguetón. ¿Grabaría algún tema en ese género?

—En Perú alguien hizo una versión en reguetón de “Solo pienso en ti”, llegué a oírla en mi computadora, fue increíble. Me imaginaba la historia de Ligia Elena (telenovela que tuvo como tema principal la canción de Guillermo Dávila) con protagonistas reguetoneros (risas). No descarto incursionar en ese género, pero no solo en reguetón, sino también en canciones eróticas, para cobrar más.

—¿Trabaja en alguna nueva producción?

—Compongo y actualmente estoy grabando un tema más que voy a lanzar por Internet, por mi canal de Youtube y mi página.

—¿Tiene planes para volver a actuar?

—Quiero hacer varias cosas, como ensayos, contar anécdotas de mis viajes, mis historias. El camino que me falta recorrer es largo, todavía me queda mucho por hacer.