Controvertida. Provocadora. Rebelde. Gloria Trevi estuvo a la altura del ícono que es este sábado, en el CCCT, en un concierto que se pensó no se llevaría a cabo tras la inclemente lluvia que azotó Caracas desde las 8:00 pm cuando, en la terraza del centro comercial, justamente se presentaba Morella, la venezolana que abrió el show de la diva mexicana.
Sin embargo, y contra todo pronóstico, se cumplió la promesa que la superestrella mexicana había hecho a la capital, ofreciendo –a las 10:40 pm y aún con rocío cayendo del cielo– un espectáculo impecable como parte de su Isla Divina World Tour, con una Trevi cargada de energía y con muchas ganas de comunicarse con el público que la ha seguido en las buenas y en las malas de una vida no exenta de polémica.
Durante más de dos horas repasó los grandes éxitos que abarcan su prolífica carrera de más de tres décadas, entre los que destacaron «Pelo suelto», «Con los ojos cerrados», «Todos me miran», «Gloria», entre otros, y por supuesto, las canciones de su más reciente álbum.
Gran cantidad de fanáticos llegaron ataviados en lentejuelas y telas metalizadas, coloridos y estrafalarios atuendos, pomposos sombreros y hasta alas de ángeles. Asistir al show fue algo parecido a un statement, sobre todo por la cantidad de drag queens que imitaban orgullosamente a esa Trevi de los 90, con icónicos looks y enormes peinados. La comunidad LGBTQIA+ hizo acto presencia; es bien sabido que la artista se ha convertido en un icono de la cultura queer desde sus inicios. Además, resultó enternecedor ver a grandes grupos de niñas y jóvenes en primera fila, dando testimonio del alcance de la intérprete.
Gloria, Gloria, Gloria
Entre los impresionantes juegos de luces y efectos visuales en el escenario, tecnología de última generación, la banda, los bailarines y el encanto de Gloria, el show fue todo emoción.
«8 años más la pandemia nos mantuvieron alejados, ¡pero al fin estoy con ustedes en Caracas!», bramó La Trevi al comenzar el espectáculo, arrancando gritos desaforados y ovaciones entre su público. Repitió constantemente el amor que le tenía a Venezuela y la gratitud que sentía de estar acompañada esa noche de tanta «gente querida».
La personalidad única de la cantante fue el centro de todo: con palabras muy a lo Trevi, llenas de folklor picante y sentimiento, dotada de bromas, frases ingeniosas y de doble sentido, y pensamientos profundos sobre ciertos temas, ‘la greñuda’ se mostró divertida y encantadora. Su actitud, muy íntima con el público.
Gloria Trevi nunca dejó de interactuar con el público caraqueño | Fotos Karem González
No hubo ni un momento off durante el concierto. Destacó que, entre complejas acrobacias, la artista hizo infinidad de trucos en el escenario y mantuvo el ritmo de forma junto a sus bailarines principales. .
Un show único
Después de casi una hora donde “¿Qué hago aquí?”, “El recuento de los daños / ¿Qué voy a hacer sin él? / No querías lastimarme / Vas a recordarme / Hijoepu*# / Me lloras”; “Dr. Psiquiatra”, “Siempre a mí”, “En medio de la tempestad” y “El fin del mundo”, se hicieran notar entre vítores, brincos, ‘te amos’ y gente encima de sus sillas (a pesar de estar prohibido), Gloria Trevi se abrió pasó a través de una travesía de color e imágenes en pantalla que se confabularon para crear un cuento inmersivo. Desde el inicio del show la imaginería en el escenario hizo una declaración.
Sin embargo, algo que cautivó al público no solo fueron las transiciones e storytelling que la artista presentó a través de sus canciones, sino sus numerosos cambios de vestuario.
Trevi se presentó como una bailarina de hula en su Isla Divina, una princesa guerrera, una marinera y hasta como una rebelde con chaqueta de cuero y tachuelas. Los destellos de algunos de sus trajes brillaban al punto de encandilar… Siempre irreverente y sexy.
«La brisa en esta isla me tiene toda mojadita», bromeó durante la presentación. «Pero no, en serio: Isla divina eres tú Venezuela y voy a caminar por tu arena dejando huellas, como las que quiero dejar en tu vida», exclamó. «¡Me estoy metiendo en tus líquidos, Caracas, y se me va poniendo la piel chinita», señaló. Sus fanáticos enloquecieron una vez más.
La Trevi, inigualable
Pasada la medianoche, el concierto parecía no tener fin y a la fanaticada se le veía complacida ante la idea. «Si la gente de todo el mundo fuese como la de esta noche, todo fuese más bonito», comentó Trevi.
“Pelo suelto”, que arrancó alaridos entre los asistentes; “Sube”, “Nos volvimos locos”, “Con los ojos cerrados”, “Tribu”, “Vestida de azúcar”, “Yo tengo hoy / Las pequeñas cosas / Diosa de la noche”; “Como yo te amo”, “Gloria” y “Todos me miran” siguieron en el catálogo de éxitos de la artista, quien cantó al menos unas 26 de sus canciones más reconocidas.
Ya llegando casi al final marcado por un «¡Gracias, Venezuela», La Trevi se atrevió a dar un toque especial a su despedida. Con un brasier que escupía fuego, salió al escenario para agradecer no solo al país por acompañarla sino a quienes estuvieron detrás de algunos de sus diseños. «Este bra que ven aquí fue hecho por talento venezolano», señaló mientras fuegos artificiales salían de sus pechos. Se refería al diseñador Hamlet Beaumento. «¡Gracias, gracias, gracias!».
Su mensaje final se enfocó en dejar claro que, a pesar de los tiempos tumultuosos en los que muchos sintieron que el fin estaba cerca, la humanidad ha superado las catástrofes. «El mundo necesita de nuestra fuerza de voluntad para lograr un cambio».
“Fuego con fuego”, “Ábranse perras” y “Mañana” selló una noche que ella mismo prometió repetir pronto. “Nos veremos mucho más seguido”, destacó. “No existen las despedidas, y tú, Venezuela, eres mi lugar perfecto. Eres mi paraíso», concluyó Gloria Trevi.