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Gladiadoras vinotinto

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El documental Nos llaman guerreras lleva a la gran pantalla la historia de varias jugadoras de la selección femenina sub-20 de fútbol, que tantas satisfacciones ha brindado al país. Aquí, tres de ellas comparten cómo lograronvestir la camiseta granatey los realizadores del audiovisual revelan detalles de su recién estrenada producción, que muestra el lado personal de las atletas y sus esfuerzos en pos de la victoria

La que bate records

Verónica Herrera

“¿Cómo es que tienes tantos seguidores? ¿Cómo que sales en una película? ¡Eres famosa!”. Las compañeras de Verónica Herrera, en Iowa, no entendían cómo es que una chica de 18 años tieneen su Instagram 135.000 seguidores. Más atónitas todavía se quedaron al descubrir que es la titular de un récord Guinness.

A los cinco años, Herrera comenzó a patear el balón de su hermano contra las rejas. Un día, mientras esperaba que este saliera de las prácticas de fútbol en la Hermandad Gallega, un entrenador se dio cuenta de que la niñita sabía lo que hacía. “Para un encuentro de futbol sala les faltaba un jugador y me metieron. Ese día llegué a mi casa contando que tenía partido”, rememora divertida.

Adiós ballet, adiós natación, adiós karate. El abuelo la apoyó. La mamá pensó que era una fiebre pasajera. El papá no estaba de acuerdo. Lo que a sus familiares les parecía un hobby que indudablemente la hacía feliz –primero en las filas del Deportivo Galicia, luego en las del Caracas FC y más recientemente en el Deportivo La Guaira– tomó un giro inesperado cuando la invitaron a acompañar a la selección nacional a la Copa Libertadores 2012 en Brasil. “Yo pensé que iba a ver nada más porque era la más pequeña. El entrenador me dijo: ‘Te voy a meter y vas a jugar como titular’… ¿Quién yo? ¡Si tengo 12 años! ¿Cómo voy a jugar con mujeres de 20?”. El técnico no era el único que confiaba en ella: Marialba Zambrano, una de sus compañeras, hizo una apuesta contra una contrincante uruguaya: “Ustedes no nos van a ganar porque ella no las va a dejar llegar”. Dicho y hecho. Herrera no les permitió acceso al arco y el encuentro se zanjó 2 a 0 en favor nuestro.

De vuelta a casa, la joven defensa no tenía ni idea de que su participación había sido histórica. “Mis amigos insistían en que yo había batido un récord y no les creía, hasta que nos pusimos a averiguar y resultó que era verdad”. Con sus 12 años, 10 meses y 8 días de edad, Verónica Herrera se convirtió en la jugadora más joven en participar en una Copa Libertadores de América.

A los 13 recibió el llamado para aspirar a formar parte de la selección nacional; la convocaron para concentrarse en San Felipe y poner a prueba su desempeño. “A pesar de que estaba muy emocionada fue un momento difícil: entrenar muy fuerte, mosquitos por todas partes, ser la menor, estar sin mi familia… Había días en los que llamaba a mi mamá diciéndole que me viniera a buscar y ella me decía: ‘Dale que tú puedes, esto es lo que tú querías’… Si no hubiera sido por ella y por mi abuelo, que siempre me han animado, hubiera tirado la toalla”. Tal fue su esfuerzo que, aunque inicialmente no iba a competir, la incluyeron de una vezen el siguiente torneo como lateral titular. Hasta se golpeó con un poste para evitar un gol y terminó designada como la jugadora más valiosa del encuentro.

¿A qué atribuye la consistencia y la calidad de la selección? “Hay gente que asume que solo somos un equipo deportivo, pero en realidad somos una familia. A veces pasamos más tiempo compartiendo con nuestras compañeras que con nuestros padres o hermanos y eso ha hecho que, más que una selección, haya de por medio una amistad bonita. Yo sé que si en algún momento tengo un problema que no tiene nada que ver con el fútbol y necesito hablar con alguien, ellas están allí para apoyarme”.

Con una lesión superada, dos campeonatos sudamericanos y dos cuartos lugares en mundiales sub-17 al cinto, Herrera sefue en agosto a estudiar al Iowa Western Community College, donde espera seguir creciendo como futbolista y donde está demostrando su casta antes de empezar a estudiar Comunicación Social. Su sueño es jugar en Europa y portar la camiseta #2 del Bayern Munich. “Humildemente, no sé quién la tiene ahorita, pero la voy a tener yo”, acota con jocoso desparpajo. Sabe que su estilo de vida es muy distinto al del resto de sus amigas: el fútbol va primero que la vida social. “Implica mucho sacrificio, pero también da mucha satisfacción obtener recompensas en lo que amas. Cuando me preguntan cómo se avanza, les digo que se enfoquen en trabajar por lo que sueñan y en hacerlo cada vez mejor”. Por eso, cuando en Iowa la interrogan, sonríe y dice una verdad que día a día se le va quedando más corta. “Bueno, sí, soy un poquito famosa”.

En Instagram: @vvherrera2

La que superó a Messi 

Daniuska Rodríguez

Hay que tener mucho cuidado con lo que se le pide a Daniuska Rodríguez, porque se lo toma en serio y lo sobrepasa. Cuando el técnico Kenneth Zseremeta le pidió de regalo un gol en el encuentro Venezuela- Colombia en Cabudare, en el Sudamericano Sub-17 de 2016, la chica se lo decretó. “Te prometo que te voy a hacer uno excelente”. Marcó uno presentable, pero no tan bonito comolo quería. “Tranquilo, que tu gol todavía no ha llegado”, le aclaró. En el minuto 66, tras defender el balón del continuo asedio de dos oponentes, loencajó preciso, lapidario, redondito. “Le dije: ahí está tu gol. Es más, ese va para el Puskás, tú vas a ver”, cuenta risueña.

Tiempo después, la despertó el teléfono. Una de sus compañeras le avisó que, de hecho, su anotación había sido seleccionada en la contienda por el mejor gol en el concurso The Best de la FIFA, en un grupo que la enfrentaba directamente con rivales como Messi y Neymar por el premio Puskás. “No lo podía creer. Me puse a llorar de la emoción. Creo que ha sido el mejor recuerdo que he podido dejarle hasta ahora a mi país”. Era la primera vez que una mujer americana entraba en la justa, en la que Deyna Castellanos compitió al año siguiente. En la gala en Zurich, Rodríguez se enfrentó al surrealismo de ser felicitada por Diego Armando Maradona, Sergio Ramos y Marcelo Vieira, entre muchos otros colosos que la halagaron. “Ronaldo es mi ídolo y me preguntó si quería tomarme una foto con él. Todos fueron muy amables conmigo”. Aunque su gol (el único femenino en esa edición) quedó en tercer lugar,ni Messi ni Neymar lograron alcanzarla en el top 3. El comentario de sus amigos era siempre el mismo. “Naaa’ guará, Daniuska. Te pasaste”.

Ese mismo año, una seria lesión de rodilla la sacó del campo. No pudo disputar el Mundial de Jordania, al que acudió de todos modos para animar a sus compañeras. Admite que aunque fue desesperante gritar desde la banca y no poder intervenir, su reposo era un sacrificio necesario para poder retomar su lugar sin peores secuelas. Ya recuperada en pleno, sigue activa dentro de la selección. ¿Qué piensa al jugar? “Cuando entro en la cancha, antes de tocar la pelota, pienso en que tengo que hacerlo bien porque mi familia y mis amigos me están viendo. Que si mis compañeras dan el 100%, yo tengo que dar 200%”. ¿Por qué exigirse tanto? “No sé, siempre he sido así. No decaigo cuando las cosas van mal. Si el partido no se está dando, hay que levantarlo”.

Admite que la transición de técnicos la afectó y que si bien la reciente caída de la selecciónen los Suramericanos Sub-20 de Ecuador les truncóel paso al próximo Mundial, las ganas de trabajar se mantienen. “A pesar de que hicimos todo el trabajo al pie de la letra, el fútbol es así. Esta vez nos tocó aprender de la derrota. De lo malo se aprende y lo bueno se supera”. Miembros de otras selecciones le han comentado que está jugando mejor que antes de lesionarse y sabe que todavía le queda mucho por aportar. “Creo que nadie esperaba que volviera así, pero esto es nada más el comienzo”, revela pícara. Bastó que la humilde niñita de Machango (Zulia)-que empezó a jugar sin zapatos en las calles de Valencia a los 8 años de edad- fuera descubierta por el entrenador Simón Lozano y luego cayera en manos de Zseremeta para que floreciera su potencial. Con el apoyo de su familia, lo que tenía de chiquiticalo compensaba con tenacidad. Y aunque ya cumplió 19 años, hay rasgos que no cambiaron.

¿Cuál es el secreto de formar un frente donde no afectan los protagonismos? “En la selección jugamos todas para una. Sabemos que si no jalamos juntas en el mismo sentido, no vamos a llegar; que si tú la pierdes, yo la recupero; que lo que yo no pueda hacer, tú sí. Aunque por ratos nos toque el liderazgo o momentáneamente nos moleste algo, no tenemos tiempo de entrar en conflictos dentro del campo. Tenemos tantos años conviviendo que sabemos que lo importante es hacer un trabajo compacto, apegado a lo que el entrenador pide. La meta siempre es la misma y hay que asumirla en grupo. Si no entiendes eso, tarde o temprano lo tienes que aprender”.

En Instagram: @daniuska0507


Poder femenino

Jennifer Socorro, David Alonso y Edwin Corona son los directores de Nos llaman guerreras, un documental de AlAgua Cinema que presenta la historia de cinco de las jugadoras de la Vinotinto femenina sub-20. En lo que comenzó como una serie de micros y terminó convertido en largometraje, este proyecto –actualmente en cartelera– siguió a Deyna Castellanos, Sandra Luzardo, Daniuska Rodríguez, Yerliane Moreno y Verónica Herrera en su preparación para el Mundial sub-17 de Jordania en 2016. “Después de los Sudamericanos de 2016, donde quedaron bicampeonas, comenzaron a salir noticias sobre qué pasaba con ellas en sus casas, cuáles eran sus realidades. Nos dimos cuenta de que era un equipo con grandes logros, pero fuera de la cancha se sabía muy poco de ellas”, relata Socorro.

Decididos a contar esas historias, dedicaron mes y medio a entrevistarlas en los estados donde residen. Luzardo en Mérida, Moreno en Apure, Rodríguez en Carabobo, Herrera en Caracas y Castellanos en Tallahassee (Florida, Estados Unidos), ciudad donde estudia. “Por supuesto que nos hubiera encantado reseñar a las 22 jugadoras convocadas porque todas hacen un gran trabajo, pero por asunto de costos y tiempo era imposible. Las elegimos en función de la variedad geográfica, la trayectoria y la antigüedad”. Con el patrocinio del Fondo de Valores Inmobiliarios lograron acompañarlas al módulo de entrenamiento en México y también al Mundial de Jordania. Luego de haberse logrado la compleja acreditación ante la FIFA, dos días antes del viaje David Alonso falleció en un accidente. “Su pérdida fue un golpe durísimo, pero decidimos continuar en su honor porque amaba este proyecto y su sueño era verlo terminado. La fotografía la diseñó él y decidimos mantener su óptica”.

El resultado, más que una cinta sobre fútbol, es un abanico de historias humanas. “Esta película en parte refleja al país”, sostiene Edwin Corona. “Queríamos evidenciar que a pesar de los contrastes entre ellas, en la cancha esas diferencias quedan a un lado para conformar un equipo que quiere crecer, vivir mejor y darle alegrías a su gente. Somos un país con mala memoria y no queremos que el legado de todo lo que estas niñas han logrado se olvide, porque demuestra que, a pesar de tenerlo todo en contra, cuando se unen voluntades se puede lograr mucho”. En Instagram: @nosllamanguerreras.


La pantera

Yerliane Moreno

Maradona y Pelé. Messi y Neymar, Jr. Kaká, Ronaldinho, Zidane, Bergkamp, Robben. Todos han llevado la camiseta #10. Moreno, como la conocen en la Vinotinto, es la orgullosa portadora del célebre número sobre la espalda. “Siempre quise tenerlo”, confiesa. Además del buen augurio, a cuestas va también el compromiso ante las expectativas de todo un país, uno que no duda en depositar en este equipo sus esperanzas. Yerliane –nativa de Guasdualito, la mayor de los cuatro hijos de un comerciante y la encargada de un comedor escolar– celebró su cumpleaños 16 en pleno Mundial sub-17de Jordania, con una lesión que la llevó a perderse el primer partido. “Anestésienme. Yo voy a jugar”. Y así compitió, marcando un gol contra Canadá para sellar el pase de Venezuela a los cuartos de final. “Eran tantas mis ganas de hacer un buen papel que lo logré. Aunque sabía que no podía patear con la misma fuerza, demostré de qué estaba hecha”.

Sus asistencias a Deyna Castellanos fueron claves. “La Pantera”, como también la conocen, comenzó en el balompié a los 5 años de edad bajo la guía de su padre en una cancha de asfalto. A los 7 la inscribieron en un equipo de varones, que pronto descubrieron que ser niña no le impedía luchar por el balón con la misma intensidad y que subestimarla no tenía caso. Después de jugar en Barinas –en constantes viajes que representaban un gasto importante para sus padres–, el esfuerzo de Moreno dio frutos al fichar en la selección nacional a los 13 años y ganarse a pulso la titularidad.

Aunque alejarse de su casa la afectaba anímicamente, poco a poco lo ha superado. Este año, por ejemplo, la selección recibió 2018 sin sus familias, durante una concentración con miras al Suramericano Sub-20 recientemente efectuado en Ecuador. “Eso fue muy duro, pero tengo claro que mi deber es cumplir mi sueño y además quiero ayudar económicamente a mi familia. Cuando vas entrando al campo y escuchas el himno de la FIFA y tu himno nacional sientes muchos nervios, pero también recuerdas todo lo que has recorrido y ese momento se transforma en emoción, más que preocupación. En Ecuador quizás lo que más nos afectó fue el cambio de estilo de trabajo porque tenemos un nuevo entrenador. Pero a pesar de que no fue nuestro torneo, nos fuimos con la frente en alto”.

A sus 17, la delantera del Deportivo Táchira espera jugar en Europa y ya ha recibido propuestas en Colombia, Brasil y España. Agradece formar parte del documental que muestra el trabajo duro de la selección, pues recibir el apoyo de la fanaticada la reconforta. “Se siente bien que la gente esté pendiente de ti y que te pidan fotos, pero cuando me preguntan cómo hacer para llegar aquí, les digo que los sacrificios y los obstáculos hay que enfrentarlos sin desmayar para lograr lo que quieren, con humildad y con trabajo. A nosotras lo que nos motiva es recordar de dónde venimos”.

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