El actor y director mexicano Gael García Bernal afirmó el domingo, durante la inauguración del Santiago Festival Internacional de Cine, que el papel del séptimo arte no es dar soluciones a los males de la humanidad, sino abrir interrogantes en la mente de los espectadores.
“Me gustan las películas que están cargadas de realidad, que nos enseñan cómo es la vida o a hablar de lo que nunca se ha hablado. Si las películas fueran la solución a nuestros males serían terribles, porque lo que hacen ellas es abrir interrogantes”, dijo García.
El mexicano y el actor brasileño Wagner Moura son los invitados de honor del festival que tiene lugar en la capital chilena. En el evento se proyectarán aproximadamente 100 filmes de diversas nacionalidades.
García asistió a una rueda de prensa con los medios antes de desfilar por la alfombra roja de la 15 edición del evento. El actor también presentará su segundo largometraje tras las cámaras, Chicuarotes.
El filme, indicó, busca retratar una situación universal como la desesperanza juvenil desde un enfoque que mezcla el drama y el humor. Afirmó que hay que reírse porque dentro de la risa se encuentra la parte hermosa de la vida.
“Chicuarotes es una película que si moviéramos a otra parte de Latinoamérica se convertiría en un filme increíblemente violento. Pero algo tiene la Ciudad de México. Es una urbe que oscila siempre entre el drama y el humor de una forma insoportable pero también atractiva”, manifestó el intérprete.
Para mantener viva esa conexión con la realidad en la cinta, el equipo de rodaje realizó un taller durante dos años en el pueblo de San Gregorio Atlapulco. Su objetivo era seleccionar y preparar a un grupo de habitantes para que formara parte del argumento.
“Si me hubiesen dicho que tenía únicamente seis meses para hacer la película no sé si la habría aceptado. Necesitábamos tiempo para hacer los talleres, crecer desde adentro. Y esta es también una postura interesante que compartimos muchos en nuestra industria, porque el cine es un experimento de trascendencia”, indicó.
El protagonista de largometrajes como Amores perros (2000) o También la lluvia (2010) tuvo su primera experiencia como director en 2007 con Déficit, una aventura de la que reconoció haber aprendido mucho de lo que ahora aplicó en Chicuarotes.