La Unión Soviética cayó y lo que pudo haber sido una alegría para muchos fue una devastación para el pueblo cubano, su principal socio comercial. Las importaciones de combustibles, alimentos, entre otros, finalizaron. Como se dice coloquialmente en Venezuela, «la masa no daba para bollo». La comida se empezó a racionar en este período especial. En medio de esto estaba Beatriz, sus tres hijos, Alberto, Mariela y Roberto, y la abuela Tulia. Con tres latas tenían que sobrevivir y de forma misteriosa empezaron a desaparecer. Beatriz no quiere desconfiar de su familia. Pero ha pasado tanto tiempo en esas colas y solo dan tres latas. Las esconde y cada vez que revisa solo quedan dos. Se preocupa: ¿qué van a comer el día después? Esa es la incesante búsqueda de Escindida.
Original del venezolano Elio Palencia, el actor Francisco Aguana, de 28 años de edad, dirige una adaptación fiel. Apenas la leyó supo que tenía que montarla «con o sin festival», asegura. No fue su primera experiencia como director, antes había escrito y dirigido Atentado, una obra de 15 minutos que se presentó en 2018 en Microteatro Venezuela, en los espacios del Urban Cuplé.
Dos años después retoma la dirección con nueve actores y dos bailarinas: Omaira Abinade como Beatriz; Jesús Carreño como Alberto; Anais Maucó como Mariela; Manuelita Zelwer como la abuela Tulia; Jeizer Ruiz como Roberto; Eunehis Calles como Miguel y Sofía Molina como una joven del pueblo (este personaje no tiene nombre).
También hay dos actrices que interpretan varios personajes. Sandra Moncada hace el papel de Santa Bárbara, de una prostituta y una joven que quiere tener un bebé. Todos identificados a través de la obra. Karla Viera, por su parte, interpreta a Diana y a una locutora de radio.
Las latas son apenas uno de los problemas que atraviesa esta familia. Durante la obra se va entretejiendo la subjetividad de cada uno: la abuela con cáncer, Alberto con una pareja que no es aceptada por la mayoría, Roberto que también desea irse pero a la vez intenta ser el mejor beisbolista de todos. Y está la madre: una que se cuestiona a sí misma constantemente qué fue de su vida. Dice en un monólogo: «¿En qué momento me quedé detenida en la cola de la compra? Yo tenía más cosas. ¿Tenía? Era. ¿Era más cosas? ¿Yo era más cosas? Tenía, era. ¡Qué confusión de verbos!».
Desde hace dos años Francisco Aguana quería participar en el Festival de Jóvenes Directores Trasnocho. Lo que lo detonó fue haber leído Escindida, que llegó a sus manos luego de que el autor le regalara una copia, pues habían trabajado juntos en un montaje en Maracay.
«Cuando leí Escindida me impactó mucho. Esto fue escrito entre 1991 y 1993 y ¡nos parecemos tanto! Es muy abrumador ver que hay tantos puntos de conexión de nuestra realidad. Hemos vivido aproximadamente 10 años en el Período Especial. Esto hay que comunicarlo, porque yo siento que nuestra sociedad es demasiado evasiva en relación con la crisis. Es como “a todos vamos a sacarle un chiste, a todo vamos a darle la curva para no confrontarlo” y yo soy de los que piensa que las crisis hay que confrontarlas. Esta es mi ventana para comunicar y conseguí una obra que tenía un discurso que yo quería decir, por eso me decidí contundentemente», señala el director, quien lleva desde los 12 años trabajando sobre las tablas.
Es licenciado en Comunicación Social de la Universidad Católica Cecilio Acosta. Inició sus estudios de teatro Fundación teatral Sol Naciente en Maracay, donde nació. Se formó en el Gimnasio de Actores en Caracas, hizo un laboratorio de investigación teatral con Carlos Díaz, también hizo talleres de Noel Cisneros y fue parte del elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro. Y, aunque ha coqueteado también con la dramaturgia, «siempre me quedaré con la actuación».
Agrega: «El teatro es mi vida porque ya no me imagino haciendo otra cosa. Yo tengo un título de comunicación social y esta chévere, pero yo no me imagino haciendo otra cosa sino actuando ya sea en televisión, cine, teatro. El teatro para mí es parte fundamental de mi vida y me parece que es un medio bastante amplio para yo expresar, comunicar lo que tengo para decir».
El montaje de Escindida se realizó en tres meses y no fue fácil. Es reunir a 11 personas para ensayos y que, además, tiene su propia iluminación: usan poco la luz de los andamiajes de la Sala Plural de Trasnocho. «Hay condiciones de país que hace que sea complejo. Yo tuve que pedir demasiadas cosas prestadas y demasiados favores para hacer esta obra. Tú compras un tornillo para ponerle una escenografía y ya todo es mucho dinero. Nuestra industria, que es la que apoya a través de los auspicios, no tiene mucha confianza en la juventud creadora. Confié en lo que me dijo mi maestro Carlos Díaz en un momento: “El teatro te dará todo lo que necesita para hacerse”. Y así fue».
No es la primera obra de un venezolano en el festival. Hace tres semanas se presentó La última actuación de Sara Bernhardt, de Néstor Caballero, dirigida por Andrea Levada. Hasta ahora el festival ha presentado las visiones de jóvenes sobre las obras del franco-rumano Eugène Ionesco (Las sillas) y los españoles María Prado (La ciudad rota) y Carlos Be (Añicos). Aún faltan en la competencia Danzon Park (Arístides Vargas), dirigida por Raquel Zapata; Passport (Gustavo Ott), dirigida por Danny Cruz y ¿Te duele? (Cesar Brie), dirigida por Glenda Medina.
Añade Aguana: «He visto las anteriores obras del festival y es un grupo interesante, porque en su mayoría son mujeres y espero que eso deje de ser noticia y se convierta en algo normal. Es un impulso para que tomen la confianza de dirigir y hacer sus proyectos. El esfuerzo de todos es maravilloso. Yo creo que todo el mundo tiene que buscar cabida en otra sala, tiene que intentar no dejar morir sus proyectos. Este país no es solamente una crisis sino gente que le está echando pichón y un trabajo arduo para mantener la cultura a flote y también al país, porque la cultura es parte del país».
Escindida
Del 14 de febrero al 23 de febrero
Viernes 07:30 pm
Sábado 07:00 pm
Domingo 06:30 pm
Entrada 150.000 bolívares